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Entre escombros y pertenencias carbonizadas familias latinas en L.A. sacan fuerza para levantarse

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La vivienda de madera, con una fachada que data de la década de los ’30, quedó arrasada. En la segunda planta, donde tres niños y cuatro adultos la habían hecho su hogar, solo quedó el rastro de cobijas, pijamas y camas devoradas por las llamas, cuyo penetrante olor a humo sigue en el ambiente.

“Todo quedó hecho carbón”, musitó María Novas, al recorrer las tres habitaciones en la que se estableció desde 1989, cuando llegó de su natal Guerrero, México para comenzar una nueva vida. Entre los escombros se logró identificar una billetera, una Biblia y un sobre de correo cerrado.

La familia de María no asimila la tragedia, al igual que 41 adultos y siete niños que están en el limbo. La tarde del miércoles, a eso de las 4:45 pm, dos viviendas fueron consumidas por las llamas, otra quedó parcialmente dañada en el vecindario Pico Union, al oeste del centro de Los Ángeles.

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Novas, de 55 años de edad, retrocedió en el tiempo. Mientras camina, junto a restos del techo tirados en el suelo, señaló una recámara. “Ahí estaban”, dijo con tristeza en relación a sus tres nietos, dos niños de 5 y 10 años y una adolescente (16) que disfrutaban de una siesta.

Ella recién había llegado a la casa y su hija se preparaba a salir al trabajo. Las dos se disponían a cocinar, pero de forma intempestiva se escuchó una explosión. A los pocos minutos retumbó nuevamente la vivienda. Subió el fuego y comenzó a penetrar en la habitación con fuerza.

“La lumbre estaba quemando los cuartos, corrimos y nos aventamos por las escaleras”, aseguró parada junto al tocador, donde quedan pintalabios, cremas y un bote de alcohol inservibles. “Nada más ropa de los niños alcanzamos a rescatar, toda humeada”, relató con incertidumbre de lo que vendrá.

El siniestro ocurrió en la esquina de las calles 12 Place y Bonnie Brae. Este jueves a primera hora el área estaba desolada. Transeúntes se detenían para ver la desgracia. En los alrededores, las familias afectadas estaban apostadas sobre la calle. Los bomberos, por su parte, continuaban con la investigación.

Algunos papeles y dos cilindros de gas vacíos, era lo que encontró en buen estado Edgardo Vásquez. En el 2013 llegó de El Salvador. Un año después se mudó a este edificio. Un amigo le ayudó a sacar sus pocas pertenencias, en principio las trasladaba para la casa de una tía en el mismo vecindario.

“Con la mente como estamos no hemos pensado qué vamos a hacer”, manifestó desconcertado el oriundo de Jocoro, Morazán. “Escuché la explosión, pero no supe de donde salió, lo que hice fue sacar a dos niños que estaban de visita”, rememoró sobre el desastre que lo desplazó de su hogar.

El siniestro fue atendido por 140 bomberos. En cuestión de 70 minutos fue sofocado. Los inquilinos, ayudados por la Cruz Roja, pasaron esa noche en un hotel.

En la entrada a la vivienda, con las manos vacías Fredy Acosta estaba sentado junto a ocho vecinos. “Un buen samaritano nos regaló un tamalito”, aseguró, quien regresó a la escena a las 6 de la mañana del jueves, pero cuando se acercaba el mediodía todavía no sabía en donde iba a dormir.

Edgar Flores, originario de Guatemala, rescató unos zapatos y ropa entre la devastación. Tenía seis meses de haber llegado a este edificio, dijo el inmigrante que genera sus ingresos para comer como pintor. “Lo que quisiéramos es que nos ayudaran con un lugar para vivir, no tenemos a dónde ir”.

¿Qué es lo que viene?

Las causas del incendio no están claras, manifestó David Ortiz, vocero del Departamento de Bomberos de Los Ángeles. La teoría que se tiene es que un incendio exterior se desplazó con celeridad hacia las viviendas. Lo que es un hecho, agregó, es que no podrá ser habitada.

“Si quieren ofrecer ayuda pueden contactar a la Cruz Roja”, indicó Ortiz, invitando a la comunidad a mostrar su solidaridad acercándose a la agencia humanitaria que canalizará los donativos hacia los afectados.

En la oficina de Gil Cedillo, concejal del Distrito 1, están dándole seguimiento a la tragedia. El funcionario reveló que se está “trabajando con la oficina de [la supervisora] Hilda Solís para que el Condado les pueda brindar a las familias un lugar más estable para vivir”.

Seguro contra incendios

Las propiedades destruidas estaban aseguradas. Sin embargo, las pérdidas de los inquilinos no están cubiertas. El peligro de un incendio es inminente, y a juicio de Joselito García-Ruiz, director del programa de desastre de la Cruz Roja, la prevención puede marcar la diferencia en un siniestro.

Cada año, esta agencia atiende un promedio de 700 incidentes en el Condado de Los Ángeles, el 90% son incendios. El especialista, entretanto, sostiene que junto a un detector de humo, un equipo de emergencia y un plan de escape no debe faltar un seguro para proteger las pertenencias.

“Se recomienda que cuando estás de inquilino tengan un seguro, por lo general no son muy caros”, advirtió García-Ruiz, destacando que en dos minutos no tienes tiempo para salvar muchas cosas. “Si tienes 10 o 20 mil dólares que cubre el contenido del hogar es un buen comienzo para la recuperación”.

Asistencia Humanitaria

Cruz Roja Los Ángeles

Tel. 310-477-1419

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