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Encuentran en las pupusas la forma de ofrecer becas a estudiantes indocumentados

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Cecilia Polanco creció comiendo pupusas. En su hogar no solo se consumen, sino que se preparan al mejor estilo salvadoreño. Aunque nació en Estados Unidos, esta joven ha utilizado este platillo de la cultura de sus padres para crear un proyecto de becas.

Esa tortilla rellena de queso, chicharrón y frijoles, acompañada de curtido y salsa de tomate, cruzó la frontera con los inmigrantes cuzcatlecos. Polanco, nacida en Los Ángeles, pensó en un negocio de pupusas porque le pareció que contaba con manos expertas para la elaboración.

“Es lo que nosotros como comunidad hacemos muy bien, podemos cocinar, hacemos rica comida y las pupusas de mi mamá son deliciosas”, explicó la empresaria.

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Este es solo el principio, mi sueño es dar más dinero, más becas y tener un fondo que esté generando dinero para apoyarles”.

— Empresaria Cecilia Polanco obtuvo su título universitario en el 2016 con el apoyo de una beca.

En el 2014, mientras cursaba su segundo año de Licenciatura en Estudios Globales, en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, se le ocurrió crear una beca para estudiantes con estatus irregular. “Quería regresarle algo a la comunidad y ayudar”, indicó.

En un principio, un poco en broma y un poco en serio, dijo que lo mejor era vender ese platillo y con los fondos que se obtuvieran comenzarían el proyecto educativo. Después de hablar con su mamá y sus tres hermanas le dieron forma a la idea que luego presentó en la universidad.

En el verano de ese año, la joven viajó desde la ciudad de Durham, en Carolina del Norte, hasta Los Ángeles. También fue a Texas y Washington D.C. con el fin de investigar sobre este negocio en las ciudades en donde está la mayor concentración de salvadoreños en el país.

“Empecé el ‘catering’ con un apoyo que me dio la escuela”, detalló sobre sus primeros pasos dados en el 2015. Así arrancó, llevando pupusas a eventos, a lo que se han agregado almuerzos por pedidos. El nombre que le dio a la empresa fue “So Good Pupusas”.

En el negocio se han involucrado sus padres, tres hermanas y tres tías. Asimismo, hay un grupo de estudiantes universitarios que se encargan de las redes sociales.

El año pasado entregaron la primera beca de 1,000 dólares y en agosto, cuando inicien las clases, van a entregar una cantidad similar a dos estudiantes más.

“Este es solo el principio, mi sueño es dar más dinero, más becas y tener un fondo que esté generando dinero para apoyarles”, señaló Polanco, de 24 años de edad, quien obtuvo su título universitario en el 2016 con el apoyo de una beca.

En California, según un informe de la oficina legislativa del estado, aproximadamente el 53% de los estudiantes del sistema UC y Cal State se gradúan con una deuda media de 19,500 dólares, mientras que los alumnos de colegios comunitarios sacan préstamos que se sitúan en la cifra de $5,000.

Los estudiantes indocumentados, por su parte, al no contar con todos los recursos se ven obligados a trabajar y el avance en la educación es más lento para poder cubrir la matrícula.

“Todos tenemos algo que podemos dar”, afirmó Polanco, quien se radicó en la Costa Este en 1993 y ahora capta la atención con su iniciativa por enfocarse en los demás.

A través de la beca que recibió en la universidad no quedó con deuda al graduarse, pero para extender su proyecto sí tuvo que recurrir a un préstamo de 15,000 dólares, cuyos fondos han sido financiados por sus hermanas, involucradas también en este esfuerzo.

“Hace tres meses eché a andar la ‘troca’”, aseguró sobre el camión que lleva a los eventos, en el que anglosajones y latinos se detienen a saborear la receta de su madre.

Polanco sostiene que ahora se pone el delantal y cocina las pupusas que lleva preparadas para ponerlas en la plancha. Entre las especialidades que ofrecen al público, afirma que a ella le gusta por igual las de chicharrón, como las de queso con frijoles.

“Si esas oportunidades no existen, hay que crearlas”, exhortó.

Antes de jubilarse, su papá laboró en la construcción y su mamá en la limpieza; sin embargo, siempre estaban pensando en ayudar al prójimo, al verlos apoyando al desempleado o al desamparado, fue como Polanco se inspiró en seguir esa labor humanitaria.

“Ellos son de corazón grande, al verlos yo también he decidido ayudar”, concluyó.

‘No aceptes no como excusa’

En el segundo semestre de la universidad, Francisco ‘Panchito’ Medina no sabía cómo cubrir 1,400 dólares antes de que concluyeran las clases. Corría el año 2005 y él apenas había pagado 400 dólares del monto total. En ese momento estaba enfocado solo en estudiar.

En una ocasión, un profesor le dijo que si necesitaba algo relacionado a sus estudios que lo llamara. Ante la dificultad financiera, le explicó lo que estaba pasando.

“Él pagó todo con su tarjeta de crédito”, relató Medina emocionado como si esto hubiese ocurrido ayer. El impacto, agregó, fue enorme porque pudo continuar su educación y hasta ahora no olvida lo que el maestro hizo por él.

En el 2009 se graduó de la Universidad Estatal de California Domínguez Hills. Con su Licenciatura en Sociología y Estudios Chicanos se ha desempeñado como consultor político, además es el comisionado de Educación y Salud de la ciudad de Huntington Park.

Medina como miles de estudiantes no cuenta con un estatus regular, pero asegura que esa no es excusa para avanzar en un título universitario.

La mayor parte de su carrera la cursó con el apoyo de una beca, pero con un grupo de alumnos realizaban ventas de comida. “Al principio vendíamos tortas, pupusas y pan con café”, indicó sobre algo que luego incluyeron rosas, collares y osos de peluche.

“Cuando uno quiere algo busca las maneras de lograr las cosas”, apuntó Medina, advirtiendo que a veces las oportunidades cada quien se las tiene que crear. “La misma gente cuando mira que uno tiene ganas te apoya”.

Irella Pérez, miembro de la junta escolar de Whittier, considera que optar por la vía de un colegio comunitario es una manera para acceder a la educación superior.

Los estudiantes indocumentados, desde el 2013 cuando entró en vigor la Acta de los Sueños de California, al ingresar a un colegio comunitario pagan matrículas como si fueran residentes, pero todavía no tienen acceso a ayuda financiera federal.

“Tienes que abrir tu mente y definir lo que quieres hacer”, indicó Pérez, doctora en Educación, graduada de la Universidad del Sur de California (USC), aconsejando a los interesados a que se acerquen a un colegio y hablen con un consejero.

La experta también sugiere buscar organizaciones para hacer voluntariado, porque a través de esa labor se puede conectar con entidades no lucrativas, muchas de ellas solo piden ensayos para otorgar becas.

“Aunque se te hagan las cosas más difíciles, tienes que buscar a tu comunidad y unir al núcleo familiar para que te apoye; asimismo, puedes extender ese grupo con maestros y amistades”, indicó la especialista. “Búscate un mentor y busca un amigo con los mismos enfoques”.

Pérez cree que es muy importante la determinación para tocar puertas, porque cuando algo se quiere se puede lograr. “No te pongas obstáculos en tu mente, encapríchate y no aceptes no como excusa, entiende que tu progreso es tu educación”.

Pupusas For Education

Sitio web: sogoodpupusas.com

Becas para indocumentados

Sitio web: dreamersroadmap.com

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