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En la mira tienda Ross por abusos laborales en proveedores de ropa, activistas piden salarios justos

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“Queremos justicia” y “sueldos dignos”, eran algunos de los mensajes que se leían en carteles durante la protesta realizada esta mañana en la tienda Ross, en el centro de Los Ángeles, donde un grupo de trabajadores llegó a pedir a la compañía rendición de cuentas y alto a la explotación.

La manifestación contó con la presencia de abogados, estudiantes y organizadores comunitarios en solidaridad con los empleados de esta industria que se han visto afectados por los abusos revelados en una investigación del Departamento del Trabajo (DOL) en relación a 13 proveedores de ropa.

“Hicimos la ropa para Ross por siete centavos la pieza. Al final de una semana de 50 horas, solo hicimos $250”, afirmó María Ramírez, una empleada de costura que produjo prendas de vestir en Hans Fashion, las cuales llegaron a la cadena de tiendas en diferentes partes del país.

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El DOL determinó, en febrero pasado, que 13 proveedores de la referida compañía deberán devolver 212,000 dólares a 270 empleados por violaciones al pago de salario mínimo y tiempo extra, dictamen que ha impulsado a organizaciones locales a elevar la denuncia.

“Queremos que Ross asegure salarios justos en sus fábricas proveedoras”, manifestó Pablo Hernández, un operario con muchos años en esta industria, en la que se estima hay alrededor de 45,000 empleados en negocios de costura en la zona metropolitana de L.A.

En este caso, indican activistas, el robo de salario se originó porque la compañía no pagó lo suficiente a los talleres y negocios que elaboran la ropa; por esa razón, con la manifestación de este día arrancó la campaña para obligar a la cadena de tiendas a que cumpla las leyes laborales.

De acuerdo a Marissa Nuncio, directora del Centro de Trabajadores de la Costura, las corporaciones utilizan a contratistas en la cadena de producción, por eso “se lavan las manos sobre los sueldos de los trabajadores”, pero ahora quieren cambiar esas condiciones.

“El Departamento del Trabajo descubrió que [Ross] deberían pagar el doble para que las fábricas cumplan con la ley, en Los Ángeles hay trece fábricas que estaban cosiendo esas marcas a un salario de 5 y 6 dólares la hora; es evidencia definitiva que son responsables de lo que está pasando”, señaló.

El robo de salario es un problema frecuente en esta industria, solo en el Condado de Los Ángeles se reporta al menos una denuncia diaria contra las fábricas locales, asegura la Comisión del Trabajo de California, cifra que asciende a un promedio de 400 anualmente.

A juicio de Suyapa Portillo, investigadora y profesora de Estudios Transnacionales de la Universidad Pitzer, el principal problema radica en que esta fuerza laboral en su mayoría son inmigrantes y cuando carecen de un estatus regular los empleados piensan que no tienen derechos.

Al mismo tiempo, la especialista considera que el hecho que existan talleres en la clandestinidad y que pueden moverse con libertad de un lugar a otro cuando existe alguna denuncia, al final pone en completa vulnerabilidad a los trabajadores, quienes trabajan más de 40 horas a la semana.

“Se necesita revisar la ley para incluir a los sindicatos y coaliciones comunitarias para ampliar la vigilancia, que se involucren también los políticos para proteger a los empleados de la costura, porque la industria no ha cambiado mucho en los últimos 20 años”, subrayó Portillo.

En los últimos cinco años, en 1,000 investigaciones realizadas en la industria de la costura se determinó la devolución de más de 11.7 millones de dólares en salarios.

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