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Dos concejales de L.A. visitan caravana de inmigrantes y dirigen fondos a refugio en la frontera

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La ola de inmigrantes centroamericanos que llega a la frontera de Tijuana, México, alienta a dos concejales de Los Ángeles a presentar una moción que dirige fondos a un refugio, que atiende a este sector.

El fondo de 175 mil dólares para Casa Libre, en la frontera, busca cubrir los gastos de refugio y comida de algunos integrantes de la caravana hospedados en las instalaciones de esa entidad, mientras piden asilo.

La acción de los concejales Mitch O’Farrell y Curren Price, llega junto con su asociación con el Fondo Educativo de Liderazgo Salvadoreño Americano (SALEF), Centro de Recursos Centroamericanos (CARECEN-LA) y otras organizaciones para un viaje a la frontera que dio lugar este fin de semana.

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La meta era proporcionar alimentos, suministros médicos y asistencia legal, para los que piden asilo a la vez que los concejales enfatizan que la unión es necesaria.

“Lo que está sucediendo en la frontera no es una emergencia de seguridad nacional, a pesar de lo que afirma Donald Trump. Sin embargo, el presidente ha causado una crisis humanitaria”, dijo O’Farrell, quien representa uno de los distritos más diversos de la ciudad de Los Ángeles.

“La política fronteriza de Trump es una violación de la Ley de Refugiados de 1980. Las mujeres, los niños y los miembros de nuestra comunidad LGBT que han huido de la persecución de sus propios países están siendo victimizados nuevamente mientras buscan asilo. Estoy en solidaridad con los miembros de esta delegación, exigiendo que sigamos nuestras propias leyes mientras luchamos por la decencia y la compasión humana en común”, agrega O’Farrel.

Price, quien representa partes del sur de Los Ángeles, añade que los inmigrantes están sufriendo injusticias indignantes.

“Estos tiempos en los que vivimos son bastante perturbadores y en contraste con nuestros ideales y valores. Las vidas de las personas están en peligro, y este no es el momento de no hacer nada. La inacción no es aceptable. La inacción es complicidad. La inacción es inhumana”, afirma Price.

El grupo partió el viernes 15 de febrero de la iglesia St. John’s y desplegó una unidad médica móvil en la frontera. Para el 16, los miembros de SALEF, Clínica Romero y CARECEN-LA extendieron la ayuda humanitaria, incluidas las unidades móviles de salud y proporcionaron servicios legales en varios lugares.

Además, el grupo proporcionó desayuno y suministros para los solicitantes de asilo hasta el lunes.

Actualmente, las leyes federales recientemente modificadas por el presidente Trump le siguen negando la entrada a los solicitantes de asilo, lo que obliga a los refugiados a permanecer en refugios temporales deteriorados.

“Las organizaciones centroamericanas en Los Ángeles formaron una coalición para extender la ayuda, los servicios y sentar las bases de un poderoso movimiento transnacional que responde a la creciente crisis humanitaria de refugiados”, afirma Martha Arévalo, directora ejecutiva de CARECEN-LA.

“Cuando los gobiernos dan la espalda a las personas que huyen de la violencia, debemos perseguir que la comunidad responda con solidaridad y compasión”, indica la activista.

Jocelyn Duarte, directora ejecutiva de SALEF, añade que apoyan los derechos de todas las personas que huyen de la violencia y la persecución para buscar asilo.

“Nuestra organización fue fundada por refugiados y está informada por narrativas convincentes de los centroamericanos que han enfrentado el desplazamiento y han huido de las guerras civiles desde los años 80. Denunciamos el desprecio inhumano de nuestra comunidad y continuaremos luchando para asegurarnos de que nuestras voces sean escuchadas”, indica.

Jim Mangia, presidente y director ejecutivo de St. John’s Well Child & Family Center, enfatiza que las condiciones en que viven los miembros de la caravana, que son en su mayoría mujeres y niños, son deplorables.

“No hay medicamentos, no hay acceso a atención médica básica, son violaciones flagrantes de los derechos humanos que son el resultado directo de las políticas de inmigración violentas e inhumanas de Trump”, concluye Mangia.

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