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Después de las marchas activistas dicen que la lucha continuará, ¿cuál es el plan a seguir?

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Los inmigrantes salieron a marchar en las principales ciudades de Estados Unidos; no solo para conmemorar el Día Internacional del Trabajo, sino también para rechazar las políticas que emanan de la Casa Blanca, iniciativas que pone contra la pared a esta comunidad.

Mientras el presidente Donald Trump no detenga sus ataques, aseguran líderes de diferentes organizaciones que la resistencia será mayor; sin embargo, el dilema que se plantea es ¿cuál será la estrategia a implementarse para que las movilizaciones tenga efecto positivo?

Ángela Sanbrano, presidenta del Centro de Recursos Centroamericanos (Carecen), en Los Ángeles, asegura que las marchas, huelgas, protestas y actos de desobediencia civil “son tácticas muy importantes para enviar un mensaje de que no tenemos miedo”.

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Esas acciones, agrega la activista, tienen que ir acompañadas con un trabajo permanente en la promoción cívica. “Se tiene que educar a la gente sobre sus derechos”, apuntó.

La lucha, no obstante, tiene diferentes aristas, manifestó Sulma Arias, directora de inmigración del Center for Community Change, con sede en Washington D.C.; por lo tanto, se tendrá que vigilar las decisiones del Congreso para ver el destino del presupuesto.

Como ejemplo, cita que a Trump no se le dieron 3 mil millones de dólares para el muro, pero ahora se está debatiendo la entrega de 1,500 millones de dólares para el Departamento de Seguridad Nacional, fondos que servirían para atemorizar a los inmigrantes.

“Tenemos que ser muy vigilantes acerca de cómo muchos senadores y congresistas estarán votando”, advirtió Arias.

De igual forma, plantea que la lucha tiene que ser muy realista, exponiendo además a las corporaciones que se benefician del consumo de los inmigrantes y también de aquellas que se lucran del sufrimiento.

Asimismo, no bajarán el dedo del renglón con los demócratas y republicanos, porque la solución es la reforma migratoria. “Tenemos que seguir creciendo nuestro poder político y espero que como ciudadanos hayamos aprendido la importancia de salir a votar”, dijo Arias.

Los retos, asimismo, incluyen el desmantelamiento del programa 287(g) y garantizar que las ciudades y estados no apoyen las políticas federales.

Christine Neumann-Ortiz, directora ejecutiva de Voces de la Frontera, en el estado de Wisconsin, sostiene que el plan de la Casa Blanca es levantar la maquinaria de deportaciones, por esa razón se tiene que cortar la cooperación con las agencias que facilitan esa función.

“Esas luchas de santuario local son clave y el rechazo al 287(g)”, señaló la activista con sede en la ciudad de Milwaukee, porque de esa manera las corporaciones de policía y alguaciles se quedan aislados y no pueden convertirse en servidores de la ‘migra’.

“Tenemos que seguir, pero no bajar la guardia porque la amenaza es demasiado grande”, añadió Neumann-Ortiz.

En la era Trump las movilizaciones sociales han sido constantes en toda la nación. El mismo día que tomó el poder, el 20 de enero anterior, miles de personas se tomaron las calles, al día siguiente hicieron lo mismo las mujeres con manifestaciones multitudinarias.

La acciones posteriores del Día Sin Inmigrantes y del Trabajo, asegura Salvador ‘Chamba’ Sánchez, profesor de Ciencias Políticas del Colegio Comunitario de Los Ángeles, que deja en evidencia que el interés cívico en mucha gente se ha activado como un fuego voraz.

“Si no hay trabajo después de las marchas, no pasa nada”, reflexiona el académico, destacando que en los 100 días de Trump se han firmado más de 30 órdenes ejecutivas, por lo que asegura hace falta un cabildeo permanente y acciones estratégicas para avanzar la agenda progresista.

De acuerdo a Sánchez, en los ocho años del presidente Barack Obama la gente salió a marchar y a pesar del apoyo que se le dio al mandatario demócrata no le dio nada a la comunidad; en ese sentido, considera que es fundamental apostar por los cambios en las políticas públicas.

“Las marchas son buenas”, aclara el politólogo, pero cree que en este momento se están cambiando las regulaciones en la Casa Blanca casi todos los días y considera que es importante “enfocarnos en las políticas que están haciendo cambios en Washington”.

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