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CONOZCA SUS DERECHOS: cuatro nuevos reglamentos que ayudan a la salud de las madres e hijos pobres

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La falta de recursos para la salud mental de madres e hijos pobres ya no será excusa para buscar tratamiento en California.

Este sector podrá acceder a los servicios de bajo cuatro medidas recientemente aprobados para entrar en pie por el gobernador Jerry Brown.

El proyecto de ley de Salud Mental Materna requiere que los médicos que trabajan con mujeres embarazadas y nuevas mamás examinen a estos pacientes para detectar la depresión posparto y otras afecciones de salud mental.

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Según el proyecto de ley, firmado por el gobernador Brown el 30 de septiembre, las aseguradoras de salud también deben desarrollar programas de tratamiento para problemas de salud mental materna y pautas para los obstetras sobre qué hacer cuando una mujer es positiva para un trastorno del estado de ánimo posparto.

A nivel local, por ejemplo, el problema de los trastornos en la maternidad es prevalente en el Condado de Los Ángeles con anualmente 130,000 nacimientos, y más del 20 por ciento de las madres de bajos recursos con trastornos, según el Departamento de Salud Pública del condado.

Actualmente, menos de una de cada cuatro mujeres con depresión materna recibe tratamiento para el trastorno, generalmente porque nunca se las examinan, dice Kelly O’Connor Kay, directora ejecutiva interina de la organización sin fines de lucro Maternal Mental Health Now.

El problema es particularmente grave entre las mujeres inmigrantes y de bajos ingresos, así como las sobrevivientes de violencia doméstica, que tienen mayor riesgo de tener problemas de salud mental relacionados con el embarazo, agrega.

La AB-3032 también alienta a los hospitales de maternidad a desarrollar programas para abordar la creciente prevalencia de la depresión posparto.

Otro proyecto de ley recientemente firmado se refiere directamente a las necesidades de salud mental y física de los niños.

La SB-1287 aclara la definición de necesidad médica para los niños inscritos en Medi-Cal, el programa estatal de seguro de salud para residentes de bajos ingresos.

La aclaración alinea la definición de California con la del gobierno federal, asegurando que los niños reciban una cobertura más amplia que los adultos para una variedad de servicios de salud física, mental y dental.

Con el lenguaje más explícito, los proveedores ya no estarán confundidos en el tipo de asistencia que les pueden otorgar a los niños, de acuerdo a Linda Nguy, defensora de políticas en el Centro Occidental para la Ley y la Pobreza, que patrocinó el proyecto de ley.

Otros dos nuevos proyectos de ley también apuntan a la salud de los niños. Uno requerirá que los restaurantes sirvan agua o leche con las comidas de los niños en lugar de bebidas menos saludables como los refrescos, a menos que los padres soliciten lo contrario.

La SB-1192, es un esfuerzo por combatir la obesidad infantil y otras enfermedades relacionadas con el consumo de azúcar.

Otro reglamento que también fue aprobado es la reducción a la exposición de los niños a los productos químicos tóxicos mediante la prohibición de la venta de muebles tapizados, colchones y productos para niños que contengan altos niveles de ciertos productos que retardan la combustión durante un incendio.

Durante décadas, los retardantes de llamas se han usado innecesariamente en todo, desde muebles hasta productos para niños. Estos químicos tóxicos se han relacionado con el cáncer, la alteración de la tiroides, la memoria y los problemas de aprendizaje, el desarrollo mental y físico retrasado, el menor coeficiente intelectual, la pubertad avanzada, la alteración hormonaly la fertilidad reducida, migran hacia el polvo doméstico que los humanos ingieren e inhalan.

“La votación para prohibir los productos con retardantes de llamas innecesarios, representa una victoria histórica para la salud pública que servirá de modelo a seguir para la nación”, dijo Álvaro Casanova, gerente de políticas del Centro para la Salud Ambiental (CEH) de California.

“California está enviando un mensaje claro: la salud y la ciencia deben determinar la política pública, no las ganancias de la industria química”, agrega.

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