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Condenan a pastor por abuso sexual de menores en Orange, un crimen poco denunciado en la comunidad

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Brandon Ernis Lee McDade, de 31 años de edad, se desempeñó como pastor juvenil en la Grace Hills Church, en la ciudad de Aliso Viejo, pero los próximos seis años los pasará en la cárcel por el abuso sexual cometido contra dos menores, anunció la oficina del Fiscal del condado de Orange.

Los actos lascivos los cometió en la iglesia y en un cine, informaron las autoridades. Aparte de ir a prisión, McDade también fue sentenciado a registrarse como delincuente sexual de por vida, un hecho que genera consternación en la comunidad porque estos crímenes no son denunciados.

“Lo condenamos, es algo que demuestra que necesitamos tener prioridades al contratar o trabajar con personas”, reaccionó Walter Contreras, pastor de la Iglesia Presbiteriana de Pasadena, señalando que en su denominación aplican políticas para proteger a las víctimas.

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“No se puede tolerar el abuso de niños y si eso sucede hay que reportarlo a la ley”, agregó el religioso.

Según el Centro Nacional para las Víctimas de Crimen, a lo largo de su vida el 28% de los estadounidenses entre 14 y 17 años han sido víctimas de abuso sexual. La etapa más vulnerable, agrega la entidad, es la edad entre los 7 y 13 años.

“La prevalencia del abuso sexual infantil es difícil de determinar porque a menudo no se reporta”, sostiene el centro en su portal de internet, por esa razón los expertos coinciden en que la incidencia es mucho mayor de lo que se informa a las autoridades.

En efecto, Elisa Jiménez, terapeuta y directora de California Mental Health Connection, asevera que 1 de 3 niñas y 1 de 4 niños sufren abuso sexual, pero el crimen queda en el silencio porque ocurre en la iglesia, escuela, centro comunitario o en la casa donde nadie pondría en duda al agresor.

La especialista manifiesta que los abusadores no entran en acción por la parte sexual, sino que miden el terreno. “Hay un proceso de seducción, les ofrecen favores especiales, les piden que se queden más tiempo después de clases”, describió Jiménez. “Es una epidemia a nivel internacional”.

En ese sentido, la terapeuta aconseja observar cuidadosamente el comportamiento de los hijos. Cita, por ejemplo, que una señal que debe alertar a los padres es cuando los niños piden que no los dejen solos con una persona, también cuando regresan a fases anteriores del desarrollo.

“Quizá ya no se hacían pipi en la cama y ahora lo vuelve a hacer”, destacó, al mismo tiempo que sugiere se vea a un especialista para saber qué está pasando. “Las personas más cercanas son los depredadores número 1, por eso se tiene que estar alerta en los signos”, advirtió.

A juicio de Cecilia Iglesias, miembro del Distrito Escolar de Santa Ana, lo mejor es hablar con los hijos a diario, mantener esa comunicación y ganarse la confianza de ellos, de modo que si en algún momento se enfrenten al acoso sean capaces de hablar del tema con naturalidad.

“Hay que tener esa conversación: ‘si alguien te toca, si algo te pasa’ decirles que uno va a estar ahí para protegerlos, que no se sientan que son vulnerables, sino que están seguros”, concluyó Iglesias.

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