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Como en su casa, dos médicos de USC regresan al Este de L.A. para mitigar depresión y Alzheimer

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El Este de Los Ángeles le resulta familiar a María Aranda y William Vega; ambos expertos en siquiatría y profesores de la Universidad del Sur de California (USC) nacieron en este vecindario, y ahora regresan para dirigir un estudio científico que busca combatir las enfermedades mentales.

“Nunca me fui de la área”, reconoció Aranda, investigadora de la Escuela de Trabajo Social Suzanne Dworak-Peck, al detallar que creció cerca del estadio de los Dodger’s y que en más de 30 años como sicoterapeuta el énfasis en su carrera ha sido la comunidad latina.

Los académicos están involucrados en el Programa Esperanza, que se impulsa en esta zona desde enero de 2015. Aunque el estudio continuará hasta el 2018, esperan que en enero o febrero se tengan resultados de la investigación.

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A la fecha, llevan más de 250 muestras realizadas, en cuyas personas se busca mitigar el nivel de depresión en personas mayores de edad, para eso se está tomando en cuenta a quienes tienen condiciones médicas como diabetes, artritis y enfermedades cardiovasculares.

“No se trata de llevar a cabo servicios diarios o cotidianos”, aclaró la investigadora. “Queremos probar primero si la intervención trabaja, si tiene resultados positivos”.

Entretanto, Vega, director ejecutivo del Instituto de Envejecimiento Edward R. Roybal en USC, aseguró que la investigación sirve para fomentar la prevención, porque a su juicio se puede hacer más con la detección temprana.

El experto asegura que en promedio el 10% de la población padece de depresión, pero en el caso del Alzheimer y las demencias es algo que impacta a una de cada tres personas, en algunos casos aumenta hasta el 40%, cuando se llega a los 70 años o más.

“La única prevención que tenemos es cuidarse mejor antes de llegar a esos años”, valoró Vega, destacando que el sobrepeso, diabetes y problemas circulatorios están relacionados al Alzheimer, por lo tanto se tiene que combatir con dieta y ejercicio.

Vega creció en Lincoln Heights. En su hogar, vio cómo su mamá, en la década de los ’50, luchó contra la tuberculosis. Esa experiencia con los problemas de salud, lo impulsó por realizar una carrera en el campo médico. Venir ahora a este vecindario es una retribución hacia comunidad.

“Es algo natural [el regreso], uno conoce a su cultura, su gente y tiene una obligación”, aseveró el académico.

El desarrollo de la ciencia

La USC ha estado vinculada a este vecindario a través del centro médico local; sin embargo, esta institución educativa apuesta por el establecimiento de un corredor de biotecnología, que incida en la generación de empleo y en mayores avances científicos.

El centro académico estima que al crearse un parque de biotecnología se generaría cerca de 3,000 empleos en el proceso de construcción y crearía alrededor de 4,000 posiciones permanentes, desde técnicos hasta científicos a nivel de doctorado con salarios altos.

“Tenemos una escasez de laboratorios médicos”, indicó Martha Escutia, vicepresidenta de asuntos gubernamentales de USC.

Esa escasez a la que se refiere Escutia está conectada a la inversión desigual. En el 2013, por ejemplo, en el área de la Bahía de San Francisco se destinaron 1,100 millones de dólares en la biotecnología, mientras en el condado de Los Ángeles fue de 45 millones.

“Lo más importante es que una industria de biotecnología va a resultar en descubrimientos médicos que nos van a ayudar mucho como comunidad latina”, agregó Escutia, destacando que en la actualidad hay muchos retos para combatir enfermedades como asma, diabetes, obesidad y Alzheimer, entre otras.

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