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‘Chole’ Alatorre una herencia con compromiso: ‘Luchas unido o te aplastan como hormiga’

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A sus 92 años de edad, Soledad “Chole” Alatorre tiene el cuerpo frágil como el de la hoja de un árbol en otoño, pero su espíritu de lucha como líder de los derechos civiles es más fuerte que un roble.

En el mes de la Herencia Hispana, Alatorre aprovecha la ocasión para pedirle a la comunidad unión y persistencia, el arma que asegura gana toda guerra.

“En este momento hay muchos líderes y activistas por toda la nación. También hay muchas organizaciones que ayudan a la comunidad inmigrante”, reflexionó la líder comunitaria.

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“Sin embargo, en estos tiempos de incertidumbre para este sector, o luchas unido y con constancia o te aplastan como una hormiga”, señaló la activista conocida por su defensa de los trabajadores mexica-americanos e inmigrantes latinos en Estados Unidos desde la década de 1960.

Alatorre señala que el presidente Donald Trump pisotea a la comunidad inmigrante porque olvida sus raíces, por esa razón considera que es imperativo que la gente le recuerde de dónde viene.

La activista, además, dice hablar no por presumir sino para empoderar a la comunidad entera.

“Nadie gana una guerra enfrentándose al oponente solo. Las divisiones no ayudan cuando se busca proteger los derechos del más vulnerable. La causa debe ser más grande que tu ego”, indicó a HOY, después de recibir un reconocimiento por su trayectoria entregado por el concejal de Los Ángeles, Gil Cedillo.

La inmigrante oriunda de San Luis Potosí, México recordó que en la década de 1960 durante el movimiento chicano, ella veía como la comunidad tenía miedo de la persecución y se escondía de las autoridades y “la migra”.

“Los tiempos han cambiado. Ahora la gente, los jóvenes salen y protestan. Te dicen que son indocumentados a pesar del temor y se manifiestan públicamente”, aseveró.

A su juicio, en la actualidad, hacen falta acciones más constantes de parte de los activistas para que Trump deje de atacar a la comunidad con sus políticas antiinmigrantes.

“Una vez que encendemos la mecha no podemos apagarla, porque entonces se ve que no estamos comprometidos y nos ignoran”, agregó.

Asimismo, le pide a los políticos escuchar las peticiones de su gente y actuar en lugar de hablar.

“Los políticos deben abogar por la comunidad cuando ésta se une y le pide acción, especialmente los latinos deben recordar sus raíces y hablar por aquellos que le dieron la voz”, señaló Alatorre.

“Hablar es fácil y bonito. En este caso como líder, tus acciones dicen mucho de ti”, recalcó Alatorre dirigiéndose a los políticos.

En cuanto a Trump dijo que “si lo tuviera enfrente, le diría que busque la respuesta correcta para tratar al ser humano sin importar su raza o creencia. Al final todos sabemos que la razón siempre gana”.

La herencia del activismo

El liderazgo y lucha por la comunidad empezó en la niñez de Alatorre, al recordar como cerca de su casa habían un tren y muchas vías ferroviarias, en donde los niños tenían que atravesar para asistir a la escuela.

A pesar de que los adultos trataban de cuidar a los menores, siempre había un niño lastimado o hasta muerto.

Entonces, dijo que ella y sus hermanos discutían del problema con su padre, hasta que empezaron a abogar por la construcción de un puente, que tiempo después se instaló gracias a su familia y los vecinos del lugar.

Alatorre y su esposo emigraron a Estados Unidos y se trasladaron al área de Los Ángeles cuando tenía 27 años de edad. La joven empezó a trabajar como modelo para trajes de baño para una fábrica y como supervisora de la misma.

Su trabajo en la empresa le ayudó a construir la conexión con otros trabajadores en la industria de la confección, por lo que se convirtió en un enlace entre el sindicato de trabajadores y la industria para la que trabajaba.

Al paso de los años, Alatorre se involucró con varios sindicatos, incluyendo el Teamsters, United Auto Workers, Maritime Union y United Farm Workers.

A ella se le atribuye la inversión de las tarjetas “conozca sus derechos” para inmigrantes indocumentados, una idea que tuvo de repartir como volantes tras unas redadas masivas en California en 1967.

A través de su trabajo con las organizaciones laborales, Alatorre conoció a su compañero activista Bert Corona, y los dos hicieron conexiones con la Hermandad Mexicana Nacional (HMN), que en ese momento era una de las únicas organizaciones que trabajaban para los mexicano-americanos.

Para 1968, ambos iniciaron el Centro de Acción Social Autónomo, o CASA, la cual se enfocó en trabajar por los derechos de los trabajadores inmigrantes, y también les proporcionó servicios sociales, incluyendo ayuda legal y educación.

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