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Era apenas un niño la nueva víctima de la policía en Boyle Heigths

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Un adolescente de 14 años de edad, quien fue baleado por un agente del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) este martes, fue visto por testigos con un arma de fuego apuntándole a los agentes que lo perseguían antes de ser baleado, declararon este miércoles las autoridades durante una rueda de prensa.

A pesar de estas revelaciones, algunos residentes dudan de las declaraciones de la policía, ya que desde enero 2015 hasta ahora, son cuatro las personas que han muerto en manos de las autoridades de esta comunidad en el este de Los Ángeles.

El más reciente de ellos fue Juan Méndez, de 16 años de edad hace seis meses.

“Queremos ver todas las cámaras desde todos los ángulos posibles para saber qué fue lo que paso”, dijo Grace Pinto, residente de Boyle Heights. “Yo soy madre de familia y no conozco a la madre del adolescente fallecido, pero solo puedo imaginar el dolor que debe estar sintiendo por no saber cómo sucedieron exactamente las cosas”, agrega Pinto.

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Esta preocupación es la de varios residentes en la zona que admiten estar perplejos y tristes por el hecho de que Jesse James Romero, era casi un niño.

Romero fue baleado a eso de las 5:50 de la tarde, luego de una persecución entre las calles Breed y Cesar Chavez Avenue, según documentos del LAPD.

Durante la conferencia, Robert Arcos, jefe adjunto del LAPD, sostuvo que varios agentes se habían desplegado a la zona luego de que alguien reportó a unas personas entre 14 y 16 años de edad pintado grafiti.

Según Arcos, los agentes encontraron a dos sospechosos, uno de ellos se dio a la fuga a pie.

“Según un testigo, quien vio al sujeto corriendo de los agentes, vio cómo el sujeto disparó un arma en dirección a los agentes que lo perseguían’, dijo Arcos.

“A medida que los agentes le dieron vuelta a una esquina, uno de ellos se involucró en la balacera”, sostuvo Arcos.

No obstante, aún no se sabe si el agente que le disparó al adolescente estaba en peligro, por lo que la investigación continúa.

Aunque los paramédicos acudieron al lugar, Romero murió al momento, según Ed Winter, asistente del forense.

Rogelio Pérez, residente de Boyle Heights, sostiene que las pandillas se están volviendo a apoderar de esta comunidad y de los jóvenes.

“Ya teníamos tiempo de que algo tan feo como esto no nos sucedía. Si el joven tenía un arma, por más triste que sea, las autoridades tenían el derecho de defenderse. Pero debe de haber pruebas y mucha investigación para que los hechos se aclaren”, dice Pérez.

De acuerdo a Arcos, los agentes usaban cámaras portátiles en el cuerpo al momento del incidente, por lo que esas grabaciones ahora forman parte de la investigación.

Las autoridades recuperaron un revolver que aun tenía municiones. Por ahora se investigan las huellas digitales en el arma.

Arcos destacó que en lo que va del 2016, cuatro agentes han sido blancos de balaceras y dos de ellos han resultado heridos.

“En una comunidad donde continúa el crimen violento en aumento, particularmente la delincuencia de las pandillas, este caso pone de relieve la necesidad de programas juveniles y de divulgación para proporcionar oportunidades y alternativas para los jóvenes de nuestras comunidades”, dijo Arco.

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