Embajada de EEUU llega a Jerusalén teñida en sangre; ¿qué está en juego y cuáles países latinos se trasladarán?

La reubicación de la embajada de Estados Unidos, al pasarla de Tel Aviv a Jerusalén, ocurrió en medio de un baño de sangre, a principios de semana en Israel; pero este miércoles otro país, Guatemala, inaugurará su sede diplomática en esa ciudad y parece que no será la única nación latinomaericana.

En algunos cables, citando al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se asegura que durante mayo hará lo mismo Paraguay; entretanto, países como República Dominicana, El Salvador, Honduras, Panamá y Perú, se han mostrado a favor de establecerse en Jerusalén, pero todavía no hay una postura oficial.

“Es una decisión totalmente equivocada, pero responde a un interés político estratégico del gobierno”, manifestó Mario Ávila, inmigrante guatemalteco que se radicó en Los Ángeles a principios de los ’90. “Nos oponemos porque este cómico [presidente] solo sigue lo que dicen los oligarcas”.

Las protestas de palestinos, que expresaban su rechazo al cambio de la embajada estadounidense, fueron reprimidas por el ejército de Israel, causando la muerte de al menos 52 manifestantes y decenas de heridos; esta masacre añadió gas y avivó el añejo conflicto en esta región.

“Animo a todos los países a unirse a Estados Unidos y trasladar sus embajadas a Jerusalén”, dijo Netanyahu a un grupo de diplomáticos, previo al traslado de la oficina norteamericana, consignado en una nota publicada por el diario La Vanguardia; “porque es lo correcto y porque sirve para avanzar en la paz”.

En contraste a la postura israelí, lo que se avecina es una ruptura en el proceso de paz, aseguran algunos expertos. Asimismo, las naciones que se están plegando al gobierno de Donald Trump están realizando negociaciones para “congraciarse” y para obtener beneficios de este respaldo politico.

A juicio de Cristhians Castillo, analista político del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos de Guatemala (IPNUSAC), la decisión del presidente Jimmy Morales no es gratuita, porque está buscando apoyo del gobierno estadounidense para resolver conflictos locales.

En ese caso, el experto dijo en entrevista telefónica que el presidente guatemalteco está buscando la expulsión de Iván Velásquez, titular de la Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICIG), entidad que ha señalado a Morales de un posible financiamiento electoral ilícito.

“Vemos que en alguna medida pudo haber buscado congraciarse con el gobierno norteamericano, obviamente el presidente Morales ha hecho ‘lobby’ a través de diferentes actores nacionales en Estados Unidos para debilitar la CICIG”, apuntaló Castillo, destacando que la decisión ha dividido a la nación.

A raíz de ese cambio, a finales de diciembre pasado, el canciller de El Salvador, Hugo Martínez, aseguró que la sede diplomática se mantendría en Tel Aviv, a pesar de que el gobierno de Trump y otras naciones hayan optado por reconocer a Jerusalén como la capital del estado judío.

“El Salvador tomó la decisión, en su momento, de trasladar la embajada de Jerusalén a Tel Aviv, atendiendo el consenso internacional”, indicó Martínez en entrevista brindada a la Telecorporación Salvadoreña (TCS). “Mantendremos nuestra embajada en Tel Aviv”, enfatizó.

Antecedentes

En el pasado, una serie de países tuvieron sus embajadas en Jerusalén, pero con la aprobación de una ley, en julio de 1980, en la que el estado judío declaraba a esa ciudad como capital de Israel, comenzaron a trasladarse de lugar, siguiendo instrucciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

En ese entonces, el Consejo de Seguridad de la ONU condenó la anexión de Jerusalén oriental por parte de Israel y la declaró una violación del derecho internacional. Fue así que en el 2006, las dos últimas naciones en mover sus sedes diplomáticas hacia Tel Aviv fueron Costa Rica y El Salvador.

“Todo se mantiene igual, no nos han notificado absolutamente nada”, se limitó a responder María Mercedes López, cónsul general de El Salvador en Los Ángeles, en reacción a las especulaciones que circulan en los medios internacionales sobre el posible regreso de la embajada salvadoreña a Jerusalén.

El silencio de los gobiernos en cuestión no es una buena señal, opinan algunos especialistas. No obstante, el presidente de Bolivia, Evo Morales, puso el grito en el cielo.

“Bolivia rechaza y condena de la manera más enérgica la apertura de la Embajada de Estados Unidos en Jerusalén. Nuevamente Estados Unidos viola el derecho internacional y encubre los crímenes del Estado de Israel”, escribió Morales en su cuenta de Twitter. “Viva Palestina Libre”, subrayó.

Miguel Tinker Salas, investigador y profesor de Estudios Latinoamericanos del Colegio de Pomona, calificó la reubicación de la embajada estadounidense como “algo insólito” y lamentó que esto ocurra porque golpea las negociaciones que buscan resolver el conflicto entre judíos y palestinos.

“Debilita el proceso de paz y consolida la mano de Netanyahu, el primer ministro de Israel, quien se consolida en el poder en su país para reprimir a cualquier persona que proteste y tenemos el resultado con la matanza de docenas de personas que protestaban en Gaza”, apuntilló.

A juicio del académico, este acto promovido por Trump solo sirve para aplacar a los sectores de ultraderecha, que creen que con el establecimiento de la embajada en Jerusalén se cumple la idea bíblica del regreso de Jesucristo a la tierra.

Tinker Salas agregó que los países latinoamericanos deberían ejercer su propia soberanía, porque las naciones interesadas en la negociación entre Israel y Palestina “siguen reconociendo a Tel Aviv como la capital política de Israel y entienden que Jerusalén es una capital compartida entre palestinos e israelíes”.