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Aseguran las minorías en L.A. estar viviendo el ‘fin del mundo’, atemorizadas por el cambio climático

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Gregoria Rivera camina por las calles del Sur de Los Ángeles viendo la contaminación que emana de las autopistas, las excavaciones de petróleo que plagan su comunidad y la falta de espacios verdes para los niños.

“¿Qué lugar les estamos dejando a nuestras generaciones?... Toda esta contaminación está relacionada al cambio climático; donde se puede ver, por un lado, la sequía y, por otro, las inundaciones, inclusive el cambio de estaciones de frio a calor o viceversa”, dice Rivera.

Para esta madre de familia, el tema del cambio climático es tan serio que se unirá a 60 activistas del lado sur y este de la ciudad de Los Ángeles y Wilmington, para formar parte este sábado, 8 de septiembre, en la denominada Marcha del Clima Popular, en San Francisco.

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Este año, la marcha se celebra días antes de la Cumbre Mundial de Acción Climática, como un contrapunto a la Cumbre en la que los líderes estatales hablarán sobre el progreso de California en materia de cambio climático y reducción de la contaminación.

“Nuestras vecindarios y minorías más vulnerables están marchando porque ese ‘progreso’ los ha dejado atrás”, dice Tracey Beltrán, activista de las organizaciones SCOPE y Comunidades para un Ambiente Mejor, quienes participan en el movimiento.

“Los sitios de perforación petrolera continúan operando a poca distancia de las escuelas y hogares en el Sur de Los Ángeles y Wilmington, mientras que la contaminación de las refinerías y las instalaciones de fabricación continúa afectando a las minorías de bajos recursos”, sostiene la activista.

Las organizaciones participantes, que forman parte del California Environmental Justice Alliance, aseguran que a pesar de los miles de millones de dólares que el estado ha invertido en la mitigación del cambio climático, a través del Fondo de Reducción de Gases de Efecto Invernadero, no se han visto estos fondos crear inversiones masivas en empleos verdes para estos vecindarios afectados.

“Marchamos porque creemos que la justicia climática requiere soluciones edificantes de las comunidades más impactada… No podemos esperar a que llegue el fin de la humanidad para movilizarnos”, sostiene Beltrán.

Un vistazo al problema

Los Ángeles es una metrópolis construida sobre petróleo. Por ahora cuenta con unos 800 pozos de petróleo y gas activos.

Sin embargo, activistas ambientales y vecinales se encuentran presionando a la ciudad para intensificar su supervisión, y detener la perforación cerca de escuelas y hogares en su totalidad, ya que muchas familias relación sus enfermedades de asma, problemas respiratorios y cáncer a la contaminación.

Una investigación reciente de Eco Experts sobre los niveles globales de contaminación del aire, la luz y el ruido, clasificó a las ciudades más tóxicas del mundo. Aunque El Cairo encabeza la lista de los peores diez, seguido por Delhi, Beijing y Moscú, Los Ángeles es la única ciudad de Estados Unidos en la lista en el décimo lugar.

La contaminación, de todo tipo, puede tener un impacto real en la salud y el bienestar de la gente común. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 9 de cada 10 personas en el mundo respiran aire contaminado.

Además, la OMS estima que alrededor de 7 millones de personas mueren cada año por la exposición a partículas finas en el aire contaminado, que penetra profundamente en los pulmones y el sistema cardiovascular, causando enfermedades como derrames cerebrales, enfermedades cardíacas, cáncer de pulmón, enfermedades pulmonares obstructivas crónicas e infecciones respiratorias, incluyendo neumonía.

La marcha

Se espera que miles de personas converjan en las calles de San Francisco, para exigir que los líderes del gobierno se comprometan a poner fin a todos los nuevos proyectos de combustibles fósiles y acelerar el avance hacia la energía renovable.

La marcha es parte de una campaña global que reclama justicia ambiental y una “transición justa” a la energía renovable y poder de voz de los residentes en sus comunidades.

Los eventos satelitales ocurrirán en todo Estados Unidos y en todo el mundo, incluidas naciones como Indonesia, Turquía, Nigeria y el Reino Unido, entre otros lugares.

La primera Marcha del Clima Popular tuvo lugar en Nueva York en septiembre de 2014, en vísperas de las reuniones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, y marcó una especie de fiesta para el movimiento por la justicia climática global: hubo manifestaciones en 162 países y el la presencia de unas 400,000 personas en las calles de Manhattan.

Este esfuerzo es una respuesta directa a la muy anticipada Cumbre de Acción Climática Global del gobernador Jerry Brown de California, que comienza en San Francisco el 12 de septiembre y atraerá a funcionarios gubernamentales, representantes de la sociedad civil y ejecutivos de negocios de todo el mundo.

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