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Miles de californianos podrían estar bebiendo agua contaminada y no lo saben

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Cuando Carla Medina no compra agua en bote, ella prefiere hervir el líquido de la llave antes de consumirlo, ya que hace unos meses salía de color café o casi negro, dice la residente de Gardena.

En la ciudad de Maywood, el problema es el mismo, explica Cecilia Espinoza, una residente de la región.

“En ocasiones nuestra agua ha salido de color oscuro y hasta con un olor extraño. Pero este problema tiene años de aparecer en la ciudad… No es nada nuevo”, dice Sánchez.

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Residentes a lo largo y ancho de California se quejan del agua sucia que sale de los grifos. Hace un año, habitantes del vecindario de Watts en Los Ángeles y Santa Monica se quejaron del líquido sucio alegando dolores de estómago y hasta diarrea en los niños.

A pesar de las quejas, para las madres de familia parece que sus gobiernos locales no saben qué hacer al respecto.

California entre los “12 sucios”

Actualmente, California se encuentra entre los 12 estados con el agua potable más contaminada, sostiene el Consejo para la Defensa de Recursos Naturales (NRDC).

Según funcionarios de la organización sin fines de lucro, el problema no es estatal sino también nacional, con un gran número de estadounidenses tomando agua contaminada por arsénicos y otros nitratos.

“Amenazas en el Grifo”, el informe más reciente de NRDC, revela que durante el 2015 hubo más de 80 mil reportes de violaciones a la ‘Ley de Agua Potable’ en todo el país.

Muchas de estas violaciones rebasan los niveles de contaminantes permitidos para el agua de consumo humano; en algunas ocasiones no se realizaron pruebas al vital líquido, tampoco se reportaron los niveles de contaminación, ni se presentaron informes públicos.

“Estados Unidos enfrentan una crisis nacional de agua potable, que va mucho más allá de la contaminación por plomo”, dice Erik Olson, Director del Programa de Salud de NRDC y coautor del informe.

“El problema es doble: no hay nadie que vigile ni obligue que se cumpla nuestra Ley de Agua Potable y además estamos dependiendo del sistemas de distribución de agua antigua y deteriorada. Damos por hecho que cuando abrimos nuestro grifo de la cocina el agua que sale será segura y sana, pero tenemos un largo camino que recorrer antes de que sea esa la realidad en todo nuestro país”, agrega Olson.

La normatividad federal en este rubro regula alrededor de 100 contaminantes entre los que se encuentran químicos tóxicos, bacterias y metales como el plomo; mismos que pueden incidir gravemente en la salud derivando en cáncer, defectos congénitos y deterioros cognitivos.

Durante el 2015, más de 18 mil sistemas de agua comunitarios que reportaron violaciones a los estándares de calidad del agua, distribuyeron agua a 77 millones de personas a lo largo del país.

Asimismo, en ese mismo año se detectaron violaciones en los niveles de contaminantes permitidos para el agua de consumo humano, en cerca de 5 mil sistemas de distribución de agua que afectaron a más de 27 millones de personas.

La exposición a estos contaminantes puede ocasionar cáncer y podría tener impactos en la salud reproductiva como abortos espontáneos y defectos congénitos, señalan expertos.

Entre los 12 estados más afectados se encuentran Texas, Florida, Pennsylvania. Nueva Jersey, Georgia, Washington, Ohio, California, Arizona, Kentucky, Wisconsin y Maryland.

Las autoridades no pueden hacer mucho

Debido a la reducción de fondos que la presidencia de Donald Trump planea aplicar al presupuesto de la agencia para el 2018, la Agencia de Protección Ambiental (EPA), se encuentra en dificultades para realizar las acciones de monitoreo y exámenes del agua, así como para asegurarse que las leyes de agua potable se cumplan

Las pérdidas serian de unos 498 millones de dólares que se destinan a los sistemas rurales de agua potable y alcantarillado del Departamento de Agricultura.

De acuerdo a los expertos, para que el agua sea segura se debe invertir en mejorar y modernizar la infraestructura de las plantas de tratamiento de agua potable; incrementar el fondeo a la infraestructura de aguas, que permita proteger la salud y la creación de buenos empleos; fortalecer y reforzar la normatividad existente y crear nuevas regulaciones, así como desarrollar un mejor sistema para examinar los contaminantes en el agua potable.

Jamie Consuegra, director legal de NRDC “Los americanos tienen derecho al agua segura y limpia; sin embargo, el Presidente Trump está matando ese derecho con un hacha para carnicero. Nuestra agua de grifo no tendría por qué envenenarnos ni enfermarnos. No se puede jugar a la política con la salud, ni el futuro de nuestros niños”.

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