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Santa Ana será ‘ciudad santuario’, la decisión despierta división en la comunidad

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A pesar de la postura de algunos activistas en contra de la inmigración indocumentada, funcionarios de Santa Ana votan a favor de nombrar a la ciudad como lugar santuario para este sector.

El voto unánime de los cinco concejales el martes por la noche despertó división entre la comunidad, ya que varios residentes simpatizando con la causa y otros manifestaron enojo.

Tras el voto, ahora la ciudad más grande del condado de Orange debe reforzar sus pólizas anti inmigrantes para proteger a la población sin documentos legales en el país.

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Para Marcela Burton, una residente en contra del nombramiento, la acción del concilio es “absurda”.

“Yo no estoy a favor de la inmigración, pero definitivamente me opongo a todos aquellos que burlan las leyes para ingresar en este país pisoteando a los que esperan su turno para vivir aquí legalmente”, dice Burton.

“Como dijo el futuro presidente Donald Trump, con posturas como las que ha tomado Santa Ana, en muy poco tiempo veremos más indocumentados llegar a Santa Ana para manejar sin licencia, ser parte de alguna pandilla y cometer crímenes”, agrega Burton.

Daniel Miller, activista del grupo Americans for legal Immigration, declaró que Santa Ana ha insultado a la comunidad entera.

“La ciudad debe hacer su papel como las leyes ordenan. No creo que estén en la posición para ser ‘abogados de inmigrantes ilegales’. Los funcionarios son los que deben de poner el ejemplo de la justicia y la ley como está escrita, y faltarle al gobierno federal no es un gran ejemplo”, sostiene Miller.

Al declarar Santa Ana como santuario, la ciudad también prohíbe todo uso de recursos para ayudar a las autoridades de inmigración.

Aunque por ahora el voto fue simbólico, se espera que en su próxima junta, este mes, el concilio vote a favor de promulgar esta resolución como una ordenanza.

A parte de este gesto, el concilio también votó a favor de avisarle al departamento de inmigración que planea reducir casi a la mitad el número de camas disponibles en su cárcel de detenciones para inmigrantes indocumentados. Hasta el momento el centro de denticiones cuenta con 200 camas.

David Cavazos, administrador de la ciudad, señala que cree que esta región “es la primera en todo el condado de Orange adoptar esta posición”.

Actualmente Santa Ana cuenta con unos 343 mil habitantes de los cuales más de un 70 por ciento son latinos, el 10 por ciento asiáticos y un 9 por ciento son anglosajones.

Felix Collins, otro residente de Santa Sostiene que si los concejales continúan el camino de ayudar a la “gente ilegal”, se mudará muy pronto a otra ciudad.

“No puedo vivir en un lugar donde nuestros funcionarios desafían las leyes. Yo no estoy a favor de las pólizas de deportación masiva de Trump, pero tampoco estoy a favor de que protegen a esa gente. Debe haber un equilibrio”, dice Collins.

No obstante, varias de las personas de la comunidad a favor de la inmigración indocumentada, declaran de que es hora que Santa Ana tome una posición.

“En esta región somos la mayoría latina. Estamos aquí porque queremos trabajar y no robar. Yo no soy indocumentado, pero no puedo imaginar la preocupación que ahorita muchos padres están viviendo con el futuro incierto que les depara a ellos y a sus familias”, dice Román Topete, residente de esta comunidad.

El concilio también prometió establecer un equipo especial para asegurarse de que la ciudad santuario será respetada mientras el 20 de diciembre se vuelve a discutir la resolución para su transformación a ley local.

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