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Condenan en el Sur de California las redadas contra los centroamericanos

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El arresto de 121 centroamericanos en operativos realizados en Georgia, Texas y Carolina del Norte, activó las alarmas en Los Ángeles, donde radica una amplia comunidad oriunda de El Salvador, Guatemala y Honduras, ante la amenaza de acciones similares en el Sur de California.

En Estados Unidos viven alrededor de 3.3 millones de salvadoreños, guatemaltecos y hondureños; sin embargo, la mayor concentración se encuentra en el Condado de Los Ángeles, la capital de los centroamericanos en el exterior.

“En vez de mostrar compasión los están mandando a que los asesinen, tenemos que denunciar lo que está haciendo la administración Barack Obama, aumentando el récord de deportaciones”, cuestionó Martha Arévalo, directora del Centro de Recursos Centroamericanos (Carecen).

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El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) se está enfocando en familias y niños detenidos después del 1 de mayo de 2014, quienes cruzaron la frontera huyendo de la violencia e inseguridad en la región, cuyos casos para un amparo migratorio se agotaron en las cortes.

A juicio de Salvador Sanabria, director ejecutivo de la organización El Rescate, estas medidas encabezadas por la Casa Blanca no se diferencia en nada de los ataques anti-inmigrantes de candidatos conservadores como Donald Trump, Ted Cruz y Marco Rubio.

“Con estas redadas queda claro que no van a quitar el acelerador para detener las deportaciones, reafirmando el legado por el que se ha destacado Obama”, afirmó el activista, exhortando a la población a asesorarse legalmente para evitar que sus derechos sean violados.

Desde que asumió el poder, en el 2009, el presidente ha deportado a un promedio de 400 mil migrantes anualmente. En el año fiscal 2015 la cifra bajó a 235 mil, pero en el primer fin de semana del 2016 se activó la política que ha separado a más de 2 millones de familias.

Angélica Salas, directora ejecutiva de la Coalición de los Derechos Humanos de los Inmigrantes en Los Ángeles (Chirla), aconsejó tomar las precauciones necesarias, como pedir hablar con un abogado y documentar todo lo que pase en caso de un arresto por agentes de ICE.

“Es absolutamente inhumano lo que están haciendo, sabemos que la comunidad está en pánico, pero estamos peleando para que las redadas paren, porque estas familias lo que se merecen es una protección debido a las condiciones de sus países de origen”, aseguró la activista.

A fin de poner un alto a la ola de deportaciones, este viernes 8 de enero se realizará una movilización en Washington D.C. para mostrar el descontento a Obama y a los congresistas, en donde se aprovechará para pedir una solución bipartidista al problema de la migración.

Entretanto, en las redes sociales circula una petición electrónica dirigida a Jeh Johnson, secretario de Seguridad Nacional, para que detenga las deportaciones, propuesta creada en el portal MoveOn.org que se puede firmar con solo ingresar nombre, correo electrónico y código postal.

“Este es un acto irresponsable, la gente cruza la barda huyendo de la violencia de una región que Estados Unidos controla; en vez de encontrar soluciones, estamos destruyendo los pueblos centroamericanos”, cuestionó Isabel García, portavoz de la Coalición de Derechos Humanos en Tucson, Arizona.

En el mismo sentido se expresó Ángela Sanbrano, presidenta emérita de la Alianza Nacional de Comunidades Latinoamericanas y Caribeñas (NALACC), entidad integrada por más de 45 organizaciones en toda la Unión Americana.

“Es una contradicción que Obama se preocupe por los refugiados en Siria, pero no hace lo mismo con los centroamericanos, víctimas de una guerra no declarada, a quienes se les debería dar la oportunidad de abrir sus casos en una corte de migración en vez de deportarlos”, planteó Sanbrano.

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