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Abuso policíaco aterroriza a las comunidades latinas y afroamericanas

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Al mismo tiempo que se publicaba este artículo, un grupo de residentes protestaba frente a la casa de Eric Garcetti, alcalde de Los Ángeles, por la decisión de Charlie Beck, jefe del LAPD, por no sancionar a los policías que le quitaron la vida a Ezell Ford, un joven afroamericano de 25 años; mientras los medios de comunicación difundían una y otra vez el video donde un agente de Texas somete a una menor afroamericana de 14 años que parece no mostraba mayor resistencia.

Activistas abogan por mayores regulaciones y exhortan a las víctimas a denunciar las agresiones de las agencias del orden

Un promedio de 2.6 personas mueren diariamente en Estados Unidos en manos de los departamentos de policía locales, así lo revela un informe publicado por el diario Washington Post, asegurando que entre enero y mayo de 2015 la cifra ascendió a 385 casos.

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Sin embargo, en un conteo que lleva el periódico The Guardian, donde se detalla por nombre, origen étnico y estado donde ocurrió el crimen, revelan que hasta la fecha son 479 asesinatos por balas y abuso de fuerza de diferentes agencias de la ley.

En el 2012, un agente de la patrulla de caminos detuvo a Aloni Bonilla en la ciudad de Baldwin Park. Lo que parecía un control rutinario, se convirtió en una experiencia traumática. “Cada día recuerdo lo que me pasó”, dice con un nudo en la garganta.

El oficial detuvo a la joven y la llevó a un hospital para realizarle una prueba de alcohol. De inmediato, comenzó a preguntar al agente que pasaría si su examen salía limpio. Inquirió en ese y otros detalles para asegurarse del proceso.

“Estaba molesto conmigo”, recuerda Bonilla. “Luego se me acercó, me agarró de una mano y con la otra volteó mi cabeza y me empujó contra la pared”.

El ojo izquierdo comenzó a sangrar, relata con su vista hacia el espacio. El oficial la colocó contra el suelo, al tiempo que se comunicaba por el radio con la base de la agencia. “Se estaba resistiendo al arresto”, decía el agente a su interlocutor.

Del hospital la trasladó a una cárcel del condado, un camino que a Bonilla se le hizo eterno. No sólo porque no recibió tratamiento médico, sino porque percibía que su vida estaba en peligro.

Al escuchar el actual índice de crímenes, esta profesora de matemáticas se siente afortunada por haber sobrevivido, aunque no puede ocultar el dolor por los familiares de las víctimas que no pueden decir lo mismo.

“Es muy triste saber que nuestra gente está siendo asesinada. La gente que sobrevive a estos abusos están enojados por dentro y con terror, por eso muchos se quedan callados”, señala la joven de 26 años.

En lo que va del 2015, en todo el estado se reportan 75 crímenes, la mayoría en ciudades del Sur de California, indica The Guardian. El Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) es una de las agencias señaladas.

Cuando hay un agente involucrado, sostiene Rosario Herrera, vocera de la corporación: “se investiga, tenemos una unidad específica para eso, siguiendo las políticas y protocolo establecidos”.

La coalición Youth Justice, basada en datos de la oficina forense, revela que desde enero de 2007 hasta abril de 2015 han sido asesinadas 342 personas sólo en el Condado de Los Ángeles, en donde han participado diferentes agencias del orden.

De esas víctimas, 82% eran afroamericanos y latinos, mientras el 52% eran menores de 30 años.

“Nos dicen que somos un modelo de libertad, pero esa no es la verdad”, indica Cookie Partansky, miembro la coalición Stop LAPD Spying. “Además de preocupante, es algo que nos duele, porque son nuestros amigos y familiares a los que están matando”.

Pete White, director ejecutivo de Los Angeles Community Action Network, se muestra preocupado por el terror que ocurre en los vecindarios afroamericanos y latinos, pero sobre todo porque los autores de los crímenes siguen patrullando las calles.

“Las autoridades sólo están justificando los asesinatos, usando la fuerza y un perfil racial. Lo que tenemos que hacer es cambiar la constitución para que no les den el derecho para que nos maten, ni para que nos sigan dando excusas”, subraya.

Estos activistas están abogando para cambiar las normas del uso de fuerza y perfil racial en el trabajo cotidiano de la policía.

La Unión del Barrio, por su parte, propone la creación de una directiva comunitaria, cuyos miembros sean electos en votación popular y que sirva para vigilar el desempeño de LAPD.

“Si hay una denuncia, ellos mismos investigan; no hay civiles que tengan poder sobre la policía”, cuestiona Ron Góchez, director de la entidad, destacando que la iniciativa fue propuesta al concejal Curren Price, luego harán el cabildeo en los otros distritos.

Entretanto, el principal problema sigue siendo el silencio de la comunidad, asegura la abogada Sonia Mercado, advirtiendo que algunas personas indocumentadas no hablan por temor, pero la letrada manifiesta que el estatus migratorio no es inconveniente.

En los últimos 25 años, esta jurista se ha dedicado a defender casos de brutalidad policial. Hace dos semanas, ganó una demanda contra la policía de Gardena. En la actualidad, le da seguimiento a casos contra la ciudad de Lynwood y Long Beach.

“Cuando uno no habla la corrupción se pone peor, es lo que estamos viendo con estos asesinatos”, advierte Mercado.

‘Es la continuación del racismo’

El abuso del poder de los grupos dominantes ha marcado la historia de Estados Unidos, desde que llegaron los ingleses a fundar el país en el Siglo XVII, en contra de los aborígenes como en el tráfico y explotación de esclavos.

Celia Lacayo, profesora de Sociología e investigadora de las relaciones interraciales en UCLA, sostiene que con el paso del tiempo los anglosajones no han cambiado su forma de pensar sobre los grupos minoritarios.

En su trabajo de graduación del doctorado, presentado en el 2013 en la Universidad de Berkeley, la académica estudió el racismo contra los latinos, lo que le permitió establecer el perfil que los blancos tienen hacia esta comunidad.

“Los anglosajones dicen de los latinos: ‘son criminales y nunca van a cambiar porque vienen del tercer mundo’; caracterizan la cultura como que no es civilizada. Además, sostienen que todos son indocumentados y que abusan de los servicios públicos”, manifiesta.

Esta perspectiva, agrega la socióloga, es la que se observa en la práctica diaria de las agencias de la ley para defender al grupo dominante.

“Lo que estamos viendo es la continuación del racismo, algo que se puede comprobar con las estadísticas de los asesinatos de la policía, donde la mayoría de las víctimas son afroamericanas y latinas”, advierte.

En ese sentido, Melina Abdullah, profesora de Estudios Afroamericanos de la Universidad Estatal de California Los Ángeles, asegura que este es un fenómeno global que le sirve al sistema capitalista y a la supremacía blanca para imponer control.

“Estamos siendo aterrorizados por la policía y por el estado”, asevera la académica. “La opresión, represión y asesinatos contra la gente negra es resultado de un sistema construido bajo el racismo y explotación”.

Abdullah, también organizadora en Black Lives Matter, manifiesta que por esa razón se tiene que imponer el espíritu de lucha implementado por el movimiento que abogó por los derechos civiles, donde uno de los muchos líderes fue Martin Luther King Jr.

“Estamos viendo un movimiento que está creciendo” afirma la investigadora, “pero necesitamos entender el poder que tenemos y estar unidos más que otros grupos, porque esta es la oportunidad de movernos en una dirección diferente”.

Al cierre de esta edición ya se hablaba en los medios de jovencitas víctimas de abauso policial en Texas.

Así lo dijeron:

“El racismo se tiene que entender que es parte de un sistema; hay leyes que violan tus derechos humanos por tu color, género, sexualidad y raza. Estamos bajo ataque y hay que hacer algo”.

MARIELLA SABA, activista

“Tenemos que ver que cada estadística es un ser humano, está su familia y comunidad. Además, no sólo son los asesinatos, sino también las amenazas, intimidación y separación de familias. Hay muchos ejemplos de uso de fuerza”.

NADIA GUZMÁN, estudiante

“Las autoridades sólo están justificando los asesinatos, usando la fuerza y un perfil racial. Lo que tenemos que hacer es cambiar la constitución para que no les den el derecho para que nos maten, ni para que nos sigan dando excusas”.

PETE WHITE, director ejecutivo de Los Angeles Community Action Network

EL DATO

Youth Justice Coalition

Dirección: 1137 East Redondo Blvd, Inglewood

Teléfono: 323-235-4243

Recomendaciones

Si observa una violación tome video con el teléfono.

Si es víctima de un abuso de fuerza o agresión asegúrese de anotar el nombre del oficial y el número asignado en el uniforme.

Toda persona, sin importar el estatus migratorio, tiene el derecho para denunciar el abuso Policial.

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