Anuncio

Abuelo discapacitado suplica no ser deportado por ‘la migra’

Share

En vísperas de la Navidad, Blas Orantes les hace un llamado a las autoridades de inmigración para que le permitan permanecer en este país junto a sus hijos y nietos, en lugar de darle la deportación.

El abuelito de 12 nietos, llegó a Estados Unidos desde Guatemala en 1990, y desde 1992 tuvo permiso de trabajo hasta que en 1998 se le giró una orden de deportación en ausencia.

Aun así siguió trabajando como cuidador de caballos y pagando impuestos.

Su caso se ha reabierto una vez más, y ahora a los 70 años de edad y enfermo, tiene que comparecer ante los Servicios de Inmigración (USCIS) con el riesgo de la deportacion.

Anuncio

“Lo que más me da tristeza es dejar a mis nietecitos sin abuelo. Ellos se acercan, me abrazan, me hacen compañía… son los que me dan motivos para vivir, especialmente Daniel de cuatro años de edad y quien me dice ‘papito’…”, dice Orantes.

“Otra preocupación es que estoy enfermo y si me deportan, no tendría a nadie que me cuide en Guatemala, pues he hecho toda mi vida en Estados Unidos y todos mis cinco hijos están aquí”, sostiene el abuelito, quien actualmente recibe cuidados semanales de una terapista.

En el año 2012 una potranca enorme le cayó encima, dejándolo muy lastimado. Pese a las lesiones, su patrón solo le dio una pastilla para el dolor y siguió trabajando hasta que el mismo patrón lo despidió.

Actualmente, Blas está completamente incapacitado hasta el punto de no poder atenderse él mismo. Clínicamente los médicos han dicho que sus lesiones son de por vida, acompañadas de un gran dolor físico.

Debido a su estado médico, Blas obtuvo una “estadía humanitaria” que se había venido renovando cada año, mientras estuvo en la presidencia Barack Obama; sin embargo, con el presidente Donald Trump la situación cambió.

Blas próximamente tiene una cita con los Servicios de Inmigración (USCIS) en Camarillo, donde podrían darle orden de salida voluntaria o deportarlo. Si no va a su cita, podrían ir a buscarlo a su casa, de acuerdo al abogado que le ayuda en la actualidad.

Los nietos de Blas, todos ciudadanos de Estados Unido se han unido para abogar por su abuelo, el pilar de la numerosa familia que vive en Ventura.

La súplica de los nietos de Blas es que no deporten a su abuelo, que lo necesitan y saben el sufrimiento extremo que sufriría de ser obligado a salir del país, no solo emocionalmente, sino físicamente.

Blas sostiene que no puede viajar más de una hora sentado. El vuelo directo a la capital de Guatemala de seis horas, sería riesgoso para su salud.

Además, por el accidente de trabajo y el despido, ha entablado una demanda laboral que está en curso, y la cual no puede abandonar.

“Yo no debo nada, no tengo récord malo…Lo único que pido es que no me deporten”, añade.

Anuncio