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5 dólares transformaron su vida de drogadicta a activista universitaria

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Para muchos la suma de cinco dólares solo puede comprar una hamburguesa, unos cigarros o un café latte. Para Bamby Salcedo, esta suma compró su libertad de la drogadicción al activismo por los derechos de la comunidad transgénero y finalmente un título universitario.

¿Cómo le pudo rendir tan poco dinero para ese cambio tan drástico? Todo es cuestión de “fe”, dice Salcedo, de 46 años de edad.

A la edad de ocho años, el futuro de la oriunda de Guadalajara, México era desolador. La niña, que había nacido con el cuerpo de varón, vivía entre la pobreza, con una madre soltera y un padrastro que la abusaba física y mentalmente.

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Al darse cuenta desde muy pequeña que había nacido en el cuerpo equivocado y que su familia no la entendería optó, por temor, a portarse como todo un hombrecito agresivo en el hogar y rudo en las calles.

La depresión se apodera de Salcedo

Tras fingir sobre su verdadera sexualidad, la depresión llegó a su vida más rápido que llegaban los juguetes y a esta misma edad, Bamby empezó a drogarse inhalando pegamento y activador.

“Nací y crecí en una familia pobre. Mi mamá trataba de sacarnos adelante trabajando y en la casa había mucha falta de amor, comprensión y todas esas cosas [que hacen a un niño crecer sano]”, dice la inmigrante.

Por su parte, “mi padrastro me abusaba mentalmente con insultos y físicamente me golpeaba hasta sin razón… Por mi cuestión familiar yo sentía que no podía decirles quién era y me refugié en las drogas”, dice Salcedo.

Una vez en las calles, la menor se empezó a prostituir, fue violada y la cárcel fue su segundo hogar entre los 12 y los 16 años de edad.

En “busca de un sueño americano como dicen, crucé la frontera a Estados Unidos a la edad de 17 años para trabajar en una tortillería donde me explotaban horas extras y sin descansos. Subsecuentemente, trabajé en diferentes lugares para terminar una vez más siendo presa de las drogas y la prostitución”, dice Salcedo.

A la edad de 19 años “empecé una vez más a formar parte del sistema de justicia carcelario mientras las drogas ‘pequeñas’ se convirtieron en heroína, metanfetamina y cocaína”, sostiene.

La vida de Salcedo pasó desapercibida por ella misma, por su familia y la comunidad entera hasta que la joven terminó en las calles como indigente.

Llegan los 5 dólares

Llegó un momento que mi vida no tenía sentido; me sentía desolada, vacía, con el alma destrozada. Le pedí ayuda a Dios y no sé cómo, pero al caminar por [las calles] 7 y Los Ángeles, en el centro, encontré una mujer y le pedí dinero para comer. Me dio cinco dólares”, dice Salcedo, entonces tenía 31 años de edad.

Con ese dinero, la joven se compró pollo y abordó camión tras camión hasta que terminó en un centro de rehabilitación.

Salcedo no recuerda cómo llegó al lugar, pero lo que siempre estará en su memoria es que ahí volvió a nacer.

“Yo pienso que fue una intervención divina de Dios, él tenía destinado algo para mí”, asegura.

Salcedo estuvo siete meses internada y otros siete meses en una casa hogar donde pudo encontrar un empleo en una agencia de servicios sociales, “ya el resto es historia”, indica.

Nace la activista

Salcedo empezó a involucrarse en la comunidad para pedir por los derechos de los más necesitados y la comunidad transgénero.

Del 2007 al 2015, trabajó en Children’s Hospital Los Angeles, en donde se desempeñó como coordinadora de educación de salud y prevención de VIH hasta finalizar en el 2015

En el 2009, la activista inició TransLatin@ Coalition, una organización de abogacía para las necesidades de comunidad latina y la cual el año pasado empezó a dar servicios directos a las personas recién salidas de los centros de detención de inmigración con techo de emergencia, comida y transportación. La organización también desarrolla un programa de economía para la comunidad trans, donde se les da capacitación a los dueños y gerentes de restaurantes para ofrecerle empleo a 100 personas trans en los restaurantes.

Hace unas semanas, Salcedo se graduó de Cal State University of Los Angeles con una licenciatura en estudios mexicoamericanos, luego de cursar dos años en ese plantel y otros ocho años en el Colegio de Los Ángeles.

Los 5 dólares aún rinden

A Salcedo no se le ha terminado el billete de cinco dólares que algún día le dieron de limosna.

“En realidad es la fe la que me motiva, la que me ayuda a seguir adelante. Es Dios quien te ayuda y te lleva al otro lado del puente cuando decides empezar a pesar de las circunstancias y obstáculos que hay en tu vida. Si luchas por tu propósito, lo puedes lograr”.

“Es importante no ponernos limites aún cuando nos hayan dicho alguna vez que éramos buenos para nada. Como seres humanos somos extra ordinarios y podemos lograr nuestras metas sin limitaciones”, agrega Salcedo.

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