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¿Quiere trabajar en Hollywood? Este es el tipo de acuerdo de confidencialidad que deberá firmar primero

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Hace algunos años, quienes querían trabajar para la empresa de Leonardo DiCaprio, Greenhour Corp., tenían que firmar un documento crucial para la “seguridad personal, el bienestar y los negocios” del ganador del Oscar.

Así, se solicitaba a los potenciales empleados que aceptaran acuerdos de confidencialidad que no sólo les impedían divulgar información privada sobre el actor, sino también una larga lista de “material ofensivo/inapropiado” al que podrían estar expuestos en el desarrollo de películas y otros proyectos.

Más aún, una copia del acuerdo revisado por The Times parece exigir que los trabajadores renuncien a su derecho de demandar a DiCaprio o Greenhour por una amplia variedad de reclamos, incluidos el acoso, la invasión de la privacidad y la imposición de angustia emocional, “estén o no en conexión con el desarrollo” de proyectos relacionados con DiCaprio.

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Ese es sólo un ejemplo de los términos de los acuerdos de confidencialidad y no divulgación de Hollywood, documentos que apuntan a proteger la información personal o corporativa y que han estado en el punto de mira desde que el escándalo de Harvey Weinstein estalló, a principios de este mes.

Si bien dichos acuerdos se utilizaron, según los informes, en los acuerdos entre Weinstein y las mujeres que acusaron al poderoso productor de acoso sexual, los documentos de no divulgación también son una norma estándar para conseguir muchos empleos en Hollywood.

Comúnmente conocidos como NDA (por las siglas en inglés de ‘Acuerdo de no divulgación’), estos escritos también varían ampliamente de una compañía a otra, difieren en cómo definen la información confidencial, cuánto exigen que los trabajadores paguen por revelar información y en qué grado bloquean (o pretenden hacerlo) que los empleados inicien acciones legales.

Por ejemplo, un antiguo acuerdo de la productora responsable del reality show “Shark Tank” identifica la información confidencial como aquella directamente relacionada con el programa, como los nombres de los participantes, las ideas comerciales de estos y los resultados de los episodios, según la copia del acuerdo revisada por The Times.

El acuerdo de confidencialidad para quienes trabajan para DiCaprio y Greenhour, por otro lado, explicita límites que abarcan una clase de información mucho más amplia. La confidencialidad se extiende a la información sobre el actor, su familia y sus amigos, sus negocios e incluso “la existencia de la relación comercial y/o personal del contratista con DiCaprio”. El documento continúa con una larga lista de “material ofensivo/inapropiado” que es también información confidencial y establece que los contratistas en un proyecto “pueden adquirir información o material de naturaleza explícita, gráfica, ofensiva, sexual y/o inapropiada” y estar en situaciones donde “como parte del proceso creativo, conversaciones, bromas, chistes y comportamientos pueden contener referencias explícitas al sexo, el género, la raza, la orientación sexual, la violencia y otras categorías protegidas”.

Otra disposición del acuerdo parece exigir que los empleados renuncien a sus derechos de demandar a DiCaprio o sus empresas relacionadas. El documento requiere que los contratistas, sin embargo, informen a un supervisor si se sienten hostigados o amenazados.

Wayne Outten, un abogado laboral de Nueva York que revisó el lenguaje del acuerdo para The Times, afirmó que los empleadores no pueden impedir que los trabajadores demanden. “El alcance de esto es tremendamente amplio y no creo que sea ejecutable”, consideró Outten, cofundador de Workplace Fairness, una organización sin fines de lucro. “Se extralimita. No puedo imaginar a ningún tribunal que haga cumplir esto”.

Pero David Krause-Leemon, un litigante de Sherman Oaks que también revisó el lenguaje, calificó los términos como “bastante estándar” para Hollywood, aunque también afirmó que está escrito de una manera que haría creer a los trabajadores -erróneamente- que no tienen derecho de demandar. “Está pensado para desalentar posibles juicios”, agregó.

Un representante de Greenhour Corp. no quiso hacer comentarios, pero tampoco cuestionó la autenticidad del documento.

Un técnico independiente consideró al acuerdo DiCaprio “siniestro” porque parece proteger a la estrella de demandas u otras acciones derivadas de un comportamiento inapropiado. “Me pareció tan ofensivo que rechacé el trabajo y no firmé el documento”, aseveró el técnico, que habló bajo condición de anonimato porque, como muchos en Hollywood, teme perder oportunidades de empleo. “Estoy muy en contra de los NDA. Se volvieron cada vez más opresivos”.

Otro acuerdo revisado por The Times, de United Talent Agency de Beverly Hills, también advierte que los trabajadores pueden verse confrontados con “conductas y discursos que explícita y abiertamente se relacionan con el sexo”. Ese escrito, sin embargo, no sugiere que los trabajadores no pueden emprender acciones legales.

Outten remarcó que ese tipo de descargo podría ser una reacción a una demanda de acoso sexual de 1999 presentada contra Warner Bros. Television por una exasistente de guionistas de la comedia “Friends”, quien alegó que en la sala de escritores de la serie abundaban las groserías y las bromas sexuales gráficas.

Finalmente, la Corte Suprema de California desestimó el caso al encontrar que el comportamiento en cuestión podía encontrarse razonablemente en un “lugar de trabajo creativo” para un programa que a veces exploraba temas sexuales.

Outten resaltó que el tipo de descargo de responsabilidad que United Talent Agency les pide a los trabajadores que firmen podría proteger a la agencia de demandas similares, aunque los empleados aún pueden demandar si sienten que han sido hostigados o discriminados. El documento de la firma también les dice a los empleados que pueden denunciar el acoso u otras preocupaciones internamente y que no habrá represalias por hacerlo.

Aún así, una extrabajadora de la agencia afirmó que la cláusula de exención de responsabilidad convertía todo intento de demanda o queja en vano. “Al leerlo, como mujer considero que sería disuasivo para mí reportar cualquier tipo de acoso sexual”, aseguró la exempleada, quien no fue víctima de acoso en el trabajo. “Ellos podrían mostrarme este documento y decir: ‘Tú renunciaste a tu derecho a quejarte sobre este tipo de comportamiento’”.

Los representantes de la agencia se negaron a comentar el escrito, pero en un correo electrónico enviado menos de una semana después de que el New York Times informara por primera vez denuncias de acoso y ataques contra Weinstein, el director ejecutivo de la agencia, Jeremy Zimmer, reiteró la posición de la empresa de que los trabajadores deben denunciar cualquier comportamiento abusivo. “UTA respeta y protege los límites de nuestros colegas y clientes”, escribió Zimmer, según una copia del correo electrónico revisado por The Times. “Si se sienten incómodos, amenazados o expuestos, si un cliente se siente de esa manera, o un colega, pueden denunciarlo con seguridad”.

Un punto en común de los acuerdos de no divulgación es el uso del arbitraje u otros procedimientos privados para resolver disputas.

Los acuerdos de la productora de “Shark Tank” y de United Talent Agency exigen que cualquier disputa relacionada con información confidencial se administre en arbitraje, un sistema privado en el cual el testimonio, los documentos y las decisiones no se ponen a disposición del público. El acuerdo de DiCaprio, por el contrario, exige que cualquier disputa se maneje en la corte, con el expediente judicial sellado y con una orden de protección que prohíba la divulgación de información confidencial.

Algunos acuerdos de confidencialidad detallan las consecuencias del incumplimiento. La empresa de DiCaprio establece que los contratistas deben pagarle al actor $250,000 si violan el trato, mientras que el de “Shark Tank” exige un pago de $5 millones, una suma que el documento considera “la compensación promedio justa por cualquier daño” que podría resultar de una violación del acuerdo. Una portavoz de MGM Television, actual productora “Shark Tank”, se negó a comentar sobre el documento.

Los acuerdos de no divulgación generalmente se presentan como documentos estándar que los trabajadores deben firmar como condición de empleo, aunque algunos trabajadores protestan.

El técnico independiente que se negó a firmar el acuerdo de DiCaprio también rechazó firmar otros. Algunas empresas lo mantuvieron entre sus filas de todos modos, dijo, pero ahora hay menos compañías dispuestas a hacerlo. “Cuando no firmo, simplemente lo pasan por alto porque me conocen”, afirmó. “Pero eso está cambiando a medida que se vuelven más y más serios”.

Otros trabajadores reconocen que generalmente no examinan los términos de los acuerdos de no revelación porque sienten que no tienen más remedio que firmar.

Un exempleado de “Shark Tank” consideró que ése es especialmente el caso de los contratistas independientes, que dependen de referencias y temen que negarse a firmar un NDA o denunciar acosos dañe sus perspectivas laborales futuras. “Si les doy la impresión de que puedo ser un lastre, bueno, me quedo con una hipoteca que no podré pagar”, afirmó el trabajador. “La verdad es que es un mercado de compradores. Todos son reemplazables”.

Traducción: Valeria Agis

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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