Anuncio

La “moda” los está enfermando y les está quitando la vista

Share

Reynaldo Leal solo tiene 50 años, pero le es imposible mover el cuerpo entero sin sufrir dolor. Todo esto asegura Leal, fue consecuencia de trabajar hasta 12 horas sentado en una silla de metal, siete días a la semana y forzando su vista en coser aquellos pantalones de mezclilla de moda que las jóvenes utilizan.

Después de 25 años de trabajar en una fábrica de costura, su cuerpo le ha cobrado la factura en forma de dolor de espalda, coyunturas y una vista borrosa. Leal nunca se quejó de las condiciones deplorables en las que trabajaba, pero cuando quiso pedirle ayuda a su jefe, este simplemente lo corrió.

Un nuevo reporte pone en contexto lo que Leal y por los menos otros 45 mil trabajadores de la costura en el condado de Los Ángeles viven a cada día; sus autores revelan que detrás de la ropa bonita de almacenes, los costureros laboran en fábricas polvosas, sucias, mal ventiladas y que deterioran la salud de este sector.

Anuncio

En colaboración con el Centro de Trabajadores de la Costura y UCLA Occupational Safety and Health (UCLA LOSH), el Centro Laboral de la UCLA revela el estudio Hilos Sucios, Fábricas Peligrosas: Salud y Seguridad en las Fábricas de Ropa de Los Ángeles.

El 72 por ciento de los encuestados indicaron que sus fábricas están llenas de polvo. Durante las sesiones de grupo de enfoque, muchos expresaron preocupación por su salud dado el polvo y los trabajadores comúnmente tienen que encontrar sus propios métodos de protección. Además, los trabajadores se quejaron de ardor, ojos llorosos y visión comprometida dadas las largas horas de exposición a estas condiciones.

Además del polvo, el 42 por ciento de los trabajadores indicó que habían visto ratones y ratas en sus lugares de trabajo. 42 por ciento también reportó que los baños del lugar de trabajo estaban sucios y no mantenidos.

“Nuestros hallazgos demuestran una ausencia persistente de control de plagas y mantenimiento sanitario que eliminaría la infestación de plagas que causan enfermedades en fábricas de ropa en Los Ángeles,” explicó Janna Shadduck-Hernández, coautora del reporte y Directora de Proyecto en el Centro Laboral de UCLA.

“Las compañías deben ser consideradas responsables no sólo por las violaciones de salarios y horas, sino también por condiciones de trabajo inseguras e insalubres”, agregó Shadduck-Hernández.

El estudio también identificó condiciones de trabajo inseguras y peligrosas en las fábricas de ropa. El 47 por ciento de los trabajadores informó que las salidas y puertas en sus lugares de trabajo estaban cerradas regularmente y el 49 por ciento indicó que no había botiquines de primeros auxilios disponibles en el sitio.

Además, los trabajadores de la costura expresaron preocupaciones sobre cómo su trabajo impactará su salud a largo plazo. Describieron el número de años de prolongada sentada en posturas desagradables y dolor podiátrico tan severo que apenas podían caminar a casa desde trabajo al final del día.

“En promedio, trabajaría cerca de 11 a 12 horas sentado con la vista fuertemente enfocada en los pantalones”, explica Leal, quien hace nueve meses tuvo que dejar de trabajar.

Por ahora, el costurero sin empleo debe de tomar medicamente para calmar el dolor y píldoras para que el medicamento no dañe su hígado.

“Estoy 100 por ciento seguro de que es por eso que mi cuerpo está sufriendo,” explicó Leal, quien ahora está en medio de un caso de compensación de trabajadores.

Zacil Pech, coautor del reporte y Organizadora de Salud y Seguridad en el Centro de Trabajadores de la Costura, asegura que los trabajadores llegan a quejarse con ella sobre los químicos a los que son expuestos y sus afecciones de nariz, garganta y ojos.

“El sistema de tarifa obliga a los empleados a trabajar lo más rápido posible físicamente, sin embargo, es la razón por la cual muchos de los trabajadores que he conocido han sufrido lesiones y violaciones hora del salario,” explicó Pech.

Los autores del reporte recomiendan nuevos estándares en la ciudad para llenar los vacíos en las protecciones de los trabajadores, la implementación y supervisión de los estándares de calor para todos los trabajadores que trabajan en fabricas cerradas en California, y terminar con el sistema de tarifa por pieza que muchas fábricas implementan para incentivar a los trabajadores a trabajar más rápido.

“Queremos que las tiendas como Forever 21, Papaya, Ross y muchas otras se han hagan responsables de los trabajadores que explotan. Sabemos que ellos tienen dinero”, dice Pech.

Así también, la organizadora invita a los costureros a unirse.

“En estos momentos los trabajadores de costura es un sector que no se han podido sindicalizar, pero deben recordar que pueden unirse y quejarse con sus gobernadores locales.

El reporte se basó en 307 encuestas con trabajadores de la costura y varias discusiones de grupos focales en el 2015. Todos los trabajadores encuestados fueron empleados en una fábrica de ropa en Los Ángeles en el momento de la investigación.

Anuncio