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Maestros inspiran a sus alumnos con sus experiencias de una infancia ilegal

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Roque Pech, un joven mexicano que sacrificó su carrera en el mundo de los negocios para ayudar como maestro a estudiantes indocumentados de Los Ángeles, es uno de los 90 profesores de todo el país que quieren inspirar a los alumnos que no tienen estatus legal a continuar en la lucha.

“Cuándo yo estaba creciendo indocumentado no tenía un maestro o ninguna persona en la escuela que me podía comprender, yo sé exactamente como se siente vivir en un sistema donde no existes porque no tienes papeles”, dijo Pech.

El inmigrante, de 25 años de edad, llegó a Estados Unidos cuando tenía tan solo tres años. La mayor parte de su vida la hizo como indocumentado, incluso cuando llegó a la Universidad Estatal de San Diego a estudiar Administración de Negocios.

“La verdad no sabía que era indocumentado hasta que llegué a la High School, cuando empecé a mirar que mis amigos tenían licencias, fue cuando de verdad me hizo ver que no tenía papeles”, recordó.

No obstante, el futuro de Pech cambió cuando fue beneficiado por el programa de Acción Diferida (DACA), y aunque ejerció su profesión haciendo negocios, decidió dar un giro a su vida profesional y convertirse en maestro de matemáticas.

“Yo cambié de carrera porque yo quería ayudar a personas que también a lo mejor eran indocumentadas, porque el trabajo que yo estaba haciendo no estaba ayudando a mi gente”, explicó el mexicano.

Pech logró convertirse en maestro gracias a un programa de Teach For América (TFA), una organización dedicada a impulsar a diferentes profesionales a trabajar por dos años como maestros en todo el país.

“Hay estudiantes que no tienen documentos, queremos que estos niños también miren que hay oportunidad de ser lo que ellos quieran en este país”, explicó Luis Figueroa, portavoz de TFA en Los Ángeles.

Desde su primer día de clases en una escuela al norte de Los Ángeles, Roque Pech le contó a sus alumnos su origen y su lucha, y en ese mismo día varios de sus alumnos de sexto grado se acercaron a él para contarle que también eran indocumentados.

El año pasado el maestro mexicano identificó por los menos a 8 adolescentes que llegaron solos a Estados Unidos desde Centroamérica.

El portavoz de TFA en Los Ángeles entiende muy bien la necesidad de profesorado hispano que existe en las escuelas del Sur de California.

Al igual que Pech, Figueroa, oriundo de Guatemala, obtuvo su titulo de secundaria en una escuela pública y cree que es necesario que exista un maestro que entienda el tema de la migración.

Pero la labor de reclutar a estos nuevos maestros no es fácil, el número de horas de trabajo y la sobrepoblación de alumnos son un obstáculo para los nuevos profesionales.

“Ellos ya saben muy bien que van a trabajar en escuelas difíciles, que a lo mejor estén con bajos recursos, pero ellos tienen una pasión que quieren enseñar en esas escuelas”, explicó Figueroa.

Según datos recientes del año escolar 2015-2016 del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), el 73,7 % de los estudiantes son hispanos, mientras que los profesores de la misma raza representan el 33.7 % del total. El rendimiento de los alumnos del LAUSD ha mejorado en el año 2014, ya que el 70,2 % de los alumnos logró graduarse.

Aunque con mucho esfuerzo, Figueroa ha podido transmitir a los nuevos profesionales la pasión por ayudar a una población creciente de estudiantes latinos, e incluso lo hizo con su hermana.

A sus 25 años, Kimberly Figueroa, una joven graduada de la prestigiosa Universidad de California Berkeley se convirtió en maestra de una escuela del Sur de Los Ángeles.

“Quiere quedarse en la educación y convertirse en directora de una escuela”, explicó.

Por otra parte, la labor de estos nuevos profesores no sólo es con sus estudiantes sino también es con los padres. Por eso, Pech aseguró que una de sus metas también es poder ayudar a los adultos a navegar en un sistema que desconocen.

“Hay mucho desconocimiento en la comunidad, desde la parte migratoria hasta las ayudas que deben pedir o sus propios derechos”, afirmó.

Este año 90 profesionales favorecidos por DACA se convirtieron en maestros gracias a TFA, de los cuales diez se encuentran en California, cuatro de ellos en Los Ángeles.

Aunque su dedicación es por igual a sus estudiantes Pech y Figueroa trabajan horas extras para ayudar a sus alumnos indocumentados.

“Ellos ya saben que van a tener más obstáculos pero también hay una oportunidad para prepararlos y hay una oportunidad de decirles que si se puede hacer aunque no tengan papeles”. concluyó Pech

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