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Con los polémicos cursos intensivos de recuperación de créditos, LAUSD alcanzó su mejor índice de graduación: 75%

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El protagonista del evento inicial del nuevo año escolar en Los Ángeles fue una cifra: 75%, el índice de graduación más alto que se ha registrado en la historia dentro del segundo sistema escolar más grande del país.

El logro, anunciado por la superintendente escolar del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD, por sus siglas en inglés), Michelle King, el martes pasado en Garfield High School, desató la ovación de la audiencia, formada tanto por administradores como por personalidades importantes de la educación. Pero también llevó a algunos a preguntarse si la mejora es auténtica.

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La cifra presenta un cambio impresionante entre los meses de diciembre y junio.

En diciembre pasado, sólo la mitad de los estudiantes de último año cumplían con los nuevos requisitos para graduarse. Sin embargo, una larga y polémica lista de programas para recuperación de créditos ya estaba en marcha.

El objetivo de esta iniciativa fue permitir a los estudiantes obtener créditos para los cursos que habían reprobado. Los alumnos compensaron sus fracasos del pasado con una velocidad asombrosa, incluso mientras seguían asistiendo a clases regulares y completaban sus cursos regulares.

“Creo que siempre hay lugar para el escepticismo saludable”, afirmó Pedro Noguera, director del Centro para el Estudio de la Transformación Escolar de UCLA. Cuando vemos que los niños completan tres años de preparatoria en uno, a través del programa de recuperación de crédito, deberían sonar las alarmas. ¿Realmente estarán recibiendo la educación que los preparará para su vida?”, se preguntó.

Incluso antes de la recuperación de créditos, muchos graduados de preparatoria -no sólo del LAUSD- debían tomar clases para ponerse al corriente, una vez que llegaban a la universidad, señaló Noguera. “Al mismo tiempo, no hay que ser tan escéptico como para no reconocer cuándo es momento de celebrar. Y, por lo que creo, se pueden hacer ambas cosas; se puede dar crédito a los educadores que trabajan fuerte y a los niños que lo hicieron posible. Al mismo tiempo, hay que asegurarse de que este logro sea auténtico”.

Aunque la tasa del 72.2% del año pasado también había batido un récord, la cifra proyectada para este año es especialmente notable debido a los nuevos requisitos que entraron en vigor y que, por primera vez, incluyen clases tales como álgebra intermedia (el estado requiere sólo álgebra de primer año como una norma básica para graduarse).

“Esto ha superado las expectativas de quienes decían que nuestros estudiantes no podrían lograrlo”, dijo King en Garfield High School, durante su primer discurso “estado del distrito”. King asumió su cargo en enero pasado, pero ya había ayudado a supervisar la recuperación de créditos desde su puesto anterior, como la segunda funcionaria del distrito.

Los datos fiables sobre las tasas históricas de graduación y la deserción escolar son difíciles de obtener, debido a que las fórmulas para su tabulación han evolucionado y mejorado a lo largo del tiempo.

Los nuevos estándares de graduación requieren que todos los estudiantes obtengan como mínimo una ‘D’ en los cursos requeridos para inscribirse en una universidad estatal, para una carrera de cuatro años. Pero incluso ese estándar no es suficiente para las universidades, que exigen una calificación ‘C’ o superior en esas clases. El conjunto de cursos se conoce como ‘Requisitos A-G’ (el requisito A es dos años de historia/ciencias sociales; el B es de cuatro años de inglés; C es de tres años de matemáticas de preparación universitaria aprobada, etc.).

Además de álgebra de segundo año, incluyen dos años de idioma extranjero y un año de una materia electiva, como geografía o estadística de preparación universitaria.

“Sabemos de lo que nuestros hijos son capaces”, aseguró el presidente de la Junta Escolar, Steve Zimmer, antes del discurso de King. “Sabemos que el 100% de los niños pueden graduarse y pasar las clases A-G”.

La narrativa se ajusta a un precepto común entre los reformadores de la educación: que las expectativas más altas conducen a mejores resultados. El aumento de la tasa de graduación también mantiene a las escuelas de Los Ángeles al mismo nivel del progreso de otros sistemas escolares en el país. De hecho, el LAUSD ha comenzado a hacer un mayor uso de métodos de recuperación de créditos, que otros sistemas escolares ya han usado durante algún tiempo.

Aunque las autoridades han defendido con firmeza la integridad académica del distrito, presentaron poca información para argumentar el tema. Los funcionarios aún intentan determinar qué estudiantes aprovecharon cada una de estas opciones de recuperación. Si bien afirman que esperan tener los datos en las próximas semanas, la directiva de King fue centrarse primero en lograr que se elevara el índice de graduación. Aunque nadie sugiere que se tolerarían las anomalías, mantener un registro detallado fue secundario para el distrito. En algunos casos, a los estudiantes se les permitió recuperar el trabajo para cambiar las calificaciones archivadas. Todos los registros de las calificaciones previas luego desaparecieron del sistema central de datos del distrito, según informaron los administradores del sitio, por lo cual es difícil rastrearlos.

No todas las ganancias fueron instantáneas. El aumento de rendimiento del distrito representa un sutil pero permanente cambio en entender la graduación como responsabilidad única del estudiante y su familia, a comprenderlo como un proceso de todos los empleados del distrito.

Hace quince años, algunos expertos calculaban que sólo la mitad de los estudiantes del LAUSD se graduarían, afirmó John Rogers, profesor de educación de UCLA. Desde entonces, dijo, ha habido un progreso real, aunque aún hay mucho por lograr.

La tasa de graduación de Los Ángeles todavía está por debajo de la media estatal, que en 2014-2015 fue del 82.3%. Las cifras actuales aún no están disponibles.

Una de las opciones de recuperación de crédito más comúnmente utilizadas es Edgenuity, un programa en línea muy usado por los sistemas escolares en todo el país. Las clases de Edgenuity han sido aprobadas por la Universidad de California, pero su rigor no es necesariamente consistente de un distrito a otro. LAUSD, por ejemplo, permite a los estudiantes saltar unidades con un “examen previo”, fijado en un nivel más bajo que en otros sistemas escolares.

Incluso los estudiantes debaten sobre qué tipo de instrucción funciona mejor y representa el verdadero aprendizaje. Liliana Reyes, de 16 años, expresó que, para ella, el programa Edgenuity fue casi tan difícil como un curso regular, aunque con ciertas ventajas. Los videos eran interesantes y se podían ver más de una vez, a su propio ritmo. Y ella podría enviar sus preguntas a un profesor por correo electrónico. “La sesión se inicia cuando tienes tiempo y se termina lo más rápido posible”, aseguró Liliana, quien también asistió a las clases tradicionales de verano en Banning High School, de Wilmington, para compensar créditos.

Por su parte, Joshua Depaz, de 18 años de edad, aseguró que está agradecido de las opciones en línea para corregir los errores académicos. “Es bastante fácil”, dijo, después de una sesión en línea que presentó este año en Harris Newmark High School, al oeste del centro de L.A. “En ellas nos proveen todo lo necesario”.

La reportera Anna Phillips contribuyó a esta historia.

howard.blume@latimes.com | Twitter: @howardblume

sonali.kohli@latimes.com | Twitter: @Sonali_Kohli

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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