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Frente al pobre desempeño de sus escuelas, Inglewood duda que el cambio impulsado por la NFL sea exitoso

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Laura Rosales, madre de tres hijos, vive en Inglewood, a unas cuadras del sitio en donde la NFL planea construir su estadio de fútbol americano.

Rosales observa la rápida construcción de este complejo futurista que, se espera, aporte miles de puestos de trabajo y millones de dólares en ingresos derivados de impuestos a la ciudad, y piensa en los baños de la escuela de su hijo de 7 años de edad. Los sanitarios están tan sucios que los niños esperan llegar a su casa para ir al baño. La escuela preparatoria a la que asisten sus hijas adolescentes ha tenido durante mucho tiempo un pobre desempeño académico, al igual que la mayoría de las escuelas del distrito.

Esos no son los únicos problemas. Hace tres años, después de que los administradores escolares de Inglewood gastaran sistemáticamente un enorme presupuesto, el estado tomó el control del distrito escolar.

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Para entonces, miles de niños ya habían sido inscriptos en las crecientes escuelas charter de la zona, y el éxodo ha continuado. Hoy, alrededor del 20% de los estudiantes de Inglewood asisten a una de las nueve escuelas independientes ubicadas dentro de los límites del distrito.

Los defensores de las charter afirman que estas escuelas ofrecen a los padres, como Rosales, una alternativa para que sus hijos obtengan una mejor educación. Pero, incluso con la presencia de estas escuelas independientes, los estudiantes de Inglewood todavía tienen grandes retrasos.

En su conjunto, las escuelas charter de Inglewood superaron a las escuelas del distrito en los nuevos exámenes del estado, más difíciles. Sin embargo, un análisis realizado por Los Angeles Times muestra que, aunque la ciudad tiene algunas escuelas autónomas de alto rendimiento, la mayor parte de ellas, al igual que la mayoría de las escuelas del distrito, registran resultados por debajo del promedio del condado.

Algunos educadores creen que ciertas charter tienen mejores resultados en parte debido a que atraen a los estudiantes más motivados, cuyos padres han renunciado a las escuelas tradicionales.

Entender el mejor funcionamiento de las charter en relación con las escuelas públicas tradicionales es importante, no sólo para los estudiantes sino también para la discusión general de la educación pública. Esto ocurre, en cierta medida, porque las escuelas autónomas atraen a los estudiantes - y el dinero de los contribuyentes que va de la mano de ellos- y los alejan de los campus tradicionales.

En todo el condado de Los Ángeles, cerca del 41 % de los estudiantes aprobaron los exámenes estatales de inglés, y 30 % aprobaron sus exámenes de matemáticas.

No hay escuelas en el distrito de Inglewood que hayan reunido el promedio requerido en matemáticas, y sólo una lo hizo en inglés. Esa escuela, Highland Elementary, aprobó al 21% de estudiantes en inglés y al 7 % de estudiantes con discapacidades -grupos que, según dicen los expertos, deben tenerse en cuenta ya que tienden a disminuir las puntuaciones globales-.

En comparación, el análisis realizado por Los Angeles Times muestra que tres de las nueve escuelas autónomas en Inglewood superaron los índices de aprobación del condado.

Una de esas escuelas, Animo Inglewood Charter High School, está entre los campus con más alto rendimiento en todo el estado -87 % de los estudiantes de Animo aprobaron inglés, y un 73 % cumplió con los estándares de matemáticas-. Alrededor del 15% de los estudiantes que tomaron el examen están aprendiendo inglés, y el 7% tiene discapacidades.

Las otras dos escuelas que superaron los índices de aprobación del condado tenían menos de 10 estudiantes con discapacidades o aprendices de inglés. Una gran mayoría de los estudiantes de las dos escuelas son de raza negra.

Aunque la escuela Animo subió el puntaje de las pruebas globales para las charter, el cuadro completo de la educación en Inglewood sigue siendo muy sombrío. Entre los peores ejemplos puede citarse que sólo el 1% de los estudiantes de Morningside High -una escuela pública tradicional- y de Children of Promise Preparatory Academy -una escuela elemental charter- reunió los estándares del estado en matemáticas.

En enero último, Vincent Matthews, el último administrador designado por California para dirigir al distrito en su intento por recuperar el estado independiente, emitió el boceto de un plan -largamente esperado- con lo que el distrito debe hacer para salir del control estatal. El documento menciona varios cambios, entre ellos el de la creación de programas académicos para atraer a un 4% de los estudiantes de escuelas independientes y hacer que regresen al distrito en el año escolar 2018-19, sumado a un 4% adicional cada año.

La disminución de las inscripciones- incluyendo el éxodo a las charter- ha dejado al distrito con 11,000 estudiantes menos y con menos dinero para la mejora de las instalaciones, el mantenimiento de los programas académicos y la retención de personal. “Esto es un círculo vicioso”, dijo Matthews.

El profesor de educación de UCLA John Rogers coincide en que los fracasos académicos y financieros subyacentes en el distrito se vieron agravados por el crecimiento de las escuelas charter. Además, dijo, los mismos desafíos podría sufrir el vasto Distrito Escolar Unificado de Los Angeles (LAUSD) si las charter logran inscribir hasta la mitad de los estudiantes del distrito en los próximos ocho años, tal como se describe en una propuesta de expansión de estas escuelas, elaborada por la Fundación Broad.

Ese plan, dijo Rogers, “supone que la competencia es una forma de mejora general. Pero lo que vemos en Inglewood, y lo que temo para el futuro de Los Ángeles, es que la competencia pueda hundir más la situación. En particular, en el corto plazo, la situación es muy difícil para los distritos que ya están luchando para sobrevivir en ese nivel de inestabilidad”.

Partidarios de las charter argumentan que los distritos suelen sobreestimar la amenaza a las escuelas públicas tradicionales. “¿Tengo simpatía por ellos? No”, dijo el activista de las escuelas independientes Steve Barr, fundador de Animo.

Barr afirmó que los distritos escolares deben aprender del éxito que ellos han tenido, en lugar de culparlos. “Eso es lo que ocurre cuando hay competencia. Eso sucede cuando las organizaciones no se ajustan a las tendencias, que son bastante obvias. O lo consiguen o no”, dijo Barr.

La Asociación de Escuelas Charter de California dice que puede pedir el cierre de las charter de Inglewood que registran un desempeño inferior, pero argumenta que otras escuelas autónomas no deben ser consideradas como malas simplemente porque no cumplen con los promedios del condado.

Matthews, administrador del estado, aseguró que está empezando a profundizar en el rendimiento de las charter y señaló que el distrito debe apoyar a las autónomas exitosas, aunque aquellas escuelas que no estén a la altura deberán hacerse responsables de su desempeño.

Matthews y otros expertos en educación consideran que restaurar la confianza de los padres de familia y de los estudiantes en el distrito son temas clave.

Una forma en la que Inglewood podría detener el flujo de estudiantes, dijo el superintendente estatal Tom Torlakson, es mediante el desarrollo de charter innovadoras y escuelas de enfoque especializado (escuelas magneto) administradas por el distrito, tales como academias de preingeniería y construcción, que de alguna manera aprovechen la construcción del nuevo estadio de fútbol americano.

La falta de un sistema de educación público fuerte frustra a los líderes de Inglewood, quienes dicen que el fútbol profesional no será suficiente para que la ciudad sea exitosa cuando sus escuelas están fallando. “Mientras las personas se sienten orgullosos del progreso que la ciudad ha hecho, definitivamente debemos ver eso mismo replicado en el distrito escolar”, dijo el alcalde James Butts.

Mientras tanto, Rosales, madre de tres hijos, se preocupa de que ni las escuelas charter ni las del distrito mejorarán tan rápido como para brindarle una educación más sólida a su hijo, un niño de primer grado, y mucho menos a sus hijas, alumnas del último año de preparatoria. “Esto es una gran cadena de decepciones”, aseguró.

zahira.torres@latimes.com

Twitter: @zahiratorres

La reportera del Times Sandra Poindexter contribuyó en este informe.

Traducción: Diana Cervantes

Nota del editor: Los Angeles Times recibe fondos para su iniciativa digital La educación cuenta de uno o más grupos que han sido citados en este artículo. La California Community Foundation y la United Way de Los Ángeles administra los fondos de la Baxter Foundation, Broad Foundation, la California Endowment y la Wasserman Foundation apoyan este esfuerzo. Bajo los términos de estos fondos Los Angeles Times mantiene un control total sobre el contenido editorial.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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