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Clonar las buenas escuelas es la última de las prioridades

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Los reformistas de las escuelas de Los Ángeles creen estar seguros de que su iniciativa es correcta. El truco, dicen ellos, es no distraerse con teorías o con política. Es simple hay que encontrar una buena escuela y construir otra igual. Y luego repetir el mismo procedimiento, y repetirlo, y repetirlo aún más, hasta que los 160,000 estudiantes que asisten a las escuelas de Los Ángeles que tienen mal rendimiento ingresen a las buenas escuelas.

Para ellos, vale la pena imitar a cualquier escuela eficaz. No importa si tiene o no un sindicato de maestros, si el enfoque es la literatura, las artes escénicas o la ciencia. Todos los modelos son bienvenidos, siempre y cuando los estudiantes estén aprendiendo.

“Estamos comprometidos a hacer una réplica de las escuelas que ya están trabajando bien”, aseguró Myrna Castrejón, directora ejecutiva de Great Public Schools Now, la organización sin fines de lucro ha adoptado este mantra como impulso para su trabajo. “Esto no se trata de los programas y tampoco acerca de ideas o subvenciones acerca de cuál currículum podría funcionar”.

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Esta organización sin fines de lucro nació de un controvertido plan, que se filtró en The Times el año pasado, para trasladar al menos a la mitad de los estudiantes del LAUSD a escuelas charter en el transcurso de ocho años. En junio, hablando durante el acto inaugural del grupo, Castrejón evitó enfocarse en las charter al describir las escuelas que superarían las barreras de la pobreza y el lenguaje, así como generaciones de bajas expectativas y bajo rendimiento académico. “Dentro de esas cuatro paredes, el éxito es la única opción, porque todos los adultos, cada miembro de la familia, cada maestro, cada director, se ha comprometido a cumplir con la misión del mayor éxito para los estudiantes”, aseguró. “Y entonces es cuando ocurre el éxito. Es el ecosistema completo dentro de esa escuela que funciona bien”.

La clonación es una de las muchas estrategias para mejorar el retraso académico en las escuelas urbanas, incluidas las de Los Ángeles. Y, como con las otras, no hay escape del caldero de la política y de la controversia.

Para los escépticos, entre quienes se cuenta Steve Zimmer, presidente de la junta directiva del LAUSD, el nuevo plan parece un esfuerzo velado para estimular el rápido crecimiento de las escuelas charter, a las que Zimmer se opone. Zimmer cree que la pérdida de los fondos a causa de los estudiante que se trasladan a escuelas charter dejaría al distrito con recursos limitados para ayudar a los alumnos que permanecen en las escuelas públicas, quienes probablemente son los más costosos y difíciles de educar.

“Por la manera en que la organización se ha desarrollado, el mensaje parece claro: que esto se trata, sobre todo, de la expansión de las escuelas charter”, sostuvo Zimmer. “Si resulta ser de otra manera, estaría abierto a escuchar”.

Las charter funcionan independientemente del control del distrito y están exentas de algunas reglas que rigen en los campus tradicionales. La mayoría de ellas no son sindicadas, por ejemplo.

Zimmer y otros críticos basan su escepticismo en los antecedentes pro charter de la nueva dirección del grupo y en la propuesta filtrada, preparada el año pasado bajo los auspicios de Eli and Edythe Broad Foundation. Ese plan sacudió al LAUSD al decir que proporcionaba una educación pobre y continuamente retrasada, y pedía a los donantes contribuir con $490 millones para trasladar, en un lapso de ocho años, a por lo menos la mitad de los estudiantes del distrito a escuelas charter.

Todavía algunos en el movimiento reformador creen que un plan como ese impulsaría el mejoramiento académico de los estudiantes y descartan las preocupaciones de que el rápido crecimiento de las charter daría por resultado la insolvencia del LAUSD.

Por su parte, los donantes parecen preparados para afianzar las escuelas charter. La semana pasada, Walton Family Foundation anunció que está estableciendo una nueva organización sin fines de lucro con $250 millones para dar préstamos a bajo interés con el fin de crear escuelas charter y ampliar sus instalaciones en Los Ángeles y en otros lugares. Marc Sternberg, director del programa de Educación Walton K-12, es miembro del consejo directivo de Great Public Schools Now.

La réplica se ha intentado en las escuelas públicas tradicionales, pero el concepto ha prendido en el sector de las charter, donde grupos de todo el país tratan de obtener éxito, algo que a menudo se define por los resultados de los exámenes estandarizados.

Walton y otra organización acaudalada, Bill & Melinda Gates Foundation, se cuentan entre aquellos que ya durante algún tiempo vienen invirtiendo fuertemente en expandir las organizaciones charter de “alta calidad”.

Para Gates, el énfasis afina un esfuerzo anterior para crear escuelas pequeñas. Con el respaldo federal, su fundación gastó $2 mil millones en difundir la idea de las pequeñas escuelas en todo el país, sólo para concluir más tarde que ‘más pequeñas’ no necesariamente significa ‘mejores’ escuelas.

Gates y otros grupos llevaron entonces la política nacional hacia la evaluación de los docentes basada en los resultados de las pruebas estandarizadas. Ese esfuerzo continúa, aunque se ha ralentizado debido a la reacción contraria de los maestros, sus poderosos sindicatos y los propios padres.

Hasta ahora, la clonación de escuelas no ha sido repudiada de la misma manera, aun con su predilección por la creación de escuelas charter.

En mayo, el Departamento de Educación anunció un concurso para otorgar $65 millones en subvenciones destinadas a replicar por lo menos 20 organizaciones que administran escuelas charter. “Nos entusiasma clonar las charter prometedoras a través del concurso de este año”, señaló la secretaria adjunta de la organización, Nadya Chinoy Dabby, en un comunicado.

El Departamento De Educación citó un estudio de 2013, realizado por el Center for Research on Education Outcomes (centro para la investigación de resultados educativos) de la Universidad de Stanford, en el que los investigadores concluyeron que las organizaciones de charter bien administradas, aquellas que operan múltiples campus, mostraron buen desempeño. Sus alumnos mejoraron cada año, beneficiándose con el equivalente de hasta 50 días más de aprendizaje en lectura y 43 días más en matemáticas al año.

Los críticos de las charter disputan esa conclusión, y aun sus partidarios advierten que volver a crear o reproducir una escuela de excelencia no es ni fácil ni rápido. “Las escuelas nuevas tienen muchas partes por ensamblar; desde el personal, el plan de estudios, el transporte y hasta cómo abordar la salud de los chicos”, señaló Thomas Toch, investigador especializado en políticas de educación en la Universidad McCourt de Georgetown. “Es muy difícil lograr que todo funcione bien, especialmente a corto plazo”.

“Lo que sí parece ser nuevo con el advenimiento de organizaciones de administración charter”, añadió, “es el tipo de intento sistemático para replicar escuelas dentro de una red”.

Las charter de alto y bajo rendimiento a menudo se parecen en la superficie, hasta en los mensajes inspiradores acerca de ir a la universidad, según la investigación dirigida por Robin Lake, directora del Center on Reinventing Public Education de la Universidad de Washington Bothell. Muchas requieren uniformes para los estudiantes, un día de clases más largo y un año escolar más extenso, frecuentes pruebas para medir el aprendizaje y tutorías para los estudiantes atrasados.

Los grupos principales de escuelas charter de California, incluyendo a algunos que funcionan dentro del LAUSD, se cuentan entre los mejores en mantener el alto rendimiento de escuela a escuela, señaló Lake. En contraste, dijo, los sistemas escolares tradicionales gastan mucho esfuerzo tratando de asirse sólo de los éxitos.

“En los distritos escolares, tiendes a ver a la gente tratando de proteger las buenas escuelas para que no pierdan su carácter distintivo”, por ejemplo, después de que un magnifico director se va, señaló Lake. “Tratan de amurallar las cosas buenas y de protegerlas, más que de replicarlas en todo el distrito”.

Algunos titanes de los negocios convertidos en filántropos promueven la idea de administrar las escuelas como si fueran una empresa, pero existen más variables involucradas en cultivar una comunidad académica que las que influyen en el crecimiento de una cadena de puestos de hamburguesas, señaló el profesor en educación de UCLA John Rogers. “El enfoque de replicar la educación generalmente se utiliza de la misma manera en que los negocios hablan sobre las franquicias: puede establecer un modelo rentable y luego duplicar este esfuerzo en otros ámbitos”, explicó Rogers. “La clonación como franquicia asume que la mejora educativa es un proceso estrictamente técnico, que implica crear la mezcla correcta de currículo, instrucción, materiales e instalaciones, y luego reproducir esta salsa especial en otros lugares”. Este modelo, añadió, “minimiza la importancia del contexto local y las experiencias e ideas de educadores locales, así como la de los miembros de la comunidad”.

El contrapunto de Castrejón es la disposición de su grupo para aceptar una amplia gama de escuelas exitosas, que permitiría a las comunidades elegir cualquier modelo que funcione para ellos.

LAUSD, también ha pasado por una buena cantidad de estrategias de mejoramiento: la integración forzada, la integración voluntaria, el control local, el control central, fonética, construcción de escuelas, iPads para todos, entre algunas de ellas.

La entidad precursora de Great Public Schools Now se llamó Public School Choice. Ese concepto fue concebido por la entonces miembro de la Junta Yolie Flores, como una manera de proporcionar flamantes escuelas a los grupos charter, a través de un concurso abierto.

Las charter asumieron que las puntuaciones más altas en las pruebas estandarizadas serían suficientes para prevalecer frente a otras organizaciones y equipos del distrito. Al final, sin embargo, los padres se unieron para respaldar a los maestros del distrito con votos no vinculantes pero ampliamente publicitados, y el superintendente y la Junta seleccionaron a algunas pocas charter.

En esta ronda, es el liderazgo amigable de Great Public Schools Now (con un consejo directivo que incluye Yolie Flores) quien elegirá a los ganadores. “Muchas veces hablamos y nos distraemos con la política y los egos”, señaló Flores. “Queremos ver buenas escuelas, escuelas públicas, en cualquier forma en que vengan a nosotros”.

howard.blume@latimes.com Twitter: @howardblume

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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