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Por qué en Japón los padres piden perdón por el mal comportamiento de sus hijos

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Pedir disculpas es algo común en Japón, pero en 2016 se han visto algunos actos de contrición -algunos de ellos controversiales- de padres de familia pidiendo perdón en público por los crímenes de los que son acusados sus hijos.

Muchas personas conocerán lo que se llama “shazai kaiken” o “rueda de prensa para pedir disculpas”, donde los los jefes de negocios leen un documento con sinceras expresiones de responsabilidad cuando se ha cometido una falla y después hacen una reverencia frente a los periodistas.

Pero también están los padres de familia. El pasado mes de agosto, la actriz Atsuko Takahata pidió disculpas por su hijo de 22 de años, quien había sido arrestado por un ataque sexual.

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Aunque fue liberado sin que se presentaran cargos en su contra, Takahata ya había dicho a la prensa que ella era en parte responsable de lo que se le acusaba a su hijo.

Esa presentación recordó la que en 2013 hizo el conductor de televisión Mino Monta, quien además renunció cuando su hijo de 31 años fue arrestado por un intento de robo.

“Me siento moralmente responsable como padre”, dijo Mino durante la conferencia de prensa.

Y este ritual público no se limita a las celebridades. En julio, después de que un joven apuñalara a 19 personas con discapacidad en la ciudad de Sagamihara, el padre del atacante leyó una carta de disculpas en su lugar de trabajo.

Lo mismo había ocurrido en 2008, cuando un joven de 25 años mató a siete personas en la zona comercial de Akihabara, en Tokio, y sus padres también pidieron perdón de forma pública desde su casa.

“Nuestro hijo ha cometido un grave crimen. Sinceramente nos disculpamos con aquellos que fueron asesinados y heridos”, dijeron.

En la prensa quedó recogida la escena de los padres haciendo una reverencia.

Samuráis

Mientras que las disculpas de los padres son coherentes con la idea de ser responsables de los actos de aquellos a quienes educaron, también es una costumbre que tiene sus raíces en la era de los samuráis.

Conocidos como las reglas Enza, el castigo a los familiares de los criminales fue una práctica común durante los siglos XV y XVI.

Los samuráisimpusieron el poderío de los señores a quienes servían castigando a los familiares de las personas que cometían algún crimen.

La noción de responsabilidad colectiva fue extendida más allá del periodo Edo, entre los siglos XVII y XIX, cuando grupos de viviendas y sus moradores compartían no solo el pago de los impuestos, sino la responsabilidad de sus delitos.

Los castigos y multas debían ser asumidas por todo el grupo de casas si alguien cometía una ofensa.

“Aunque esta ley fue abolida cuando el periodo Edo finalizó, en 1868, su legado dejó en las mentes de los japoneses un concepto que se conoció como ‘seken’ o ‘lo público’”, le dijo a la BBC el psicólogo del Instituto Kyushu de Tecnología Naoki Sato.

Para Sato, el seken es un concepto bastante particular de la sociedad japonesa, donde se espera que la gente siga un número de reglas no escritas para vivir en armonía.

Una de ellas es que los padres de los criminales se sientan al menos responsables de los actos de sus hijos, aunque ellos no hayan hecho nada malo.

“La gran diferencia entre la paternidad japonesa y la Occidental es que, mientras los padres en Occidente ven a sus hijos como individuos, en Japón tienden a pensar más en ellos como una posesión y, por lo tanto, son de alguna manera propietarios del mal comportamiento de sus hijos”, agregó Sato.

Es cierto que no es habitual escuchar alrededor del mundo a padres pidiendo disculpas en nombre de sus hijos.

Cuando dos estudiantes de la Universidad de Oklahoma generaron un revuelo nacional al recitar varios cantos racistas, uno de los padres envió una disculpa pública a los medios.

Fue tan notable ese hecho que al menos un comentarista de opinión sugirió que los padres deben disculparse más por las acciones de sus hijos.

Pero en Japón la presión por reparar los pecados de las personas más cercanas puede ser tan fuerte dentro de las familias que es aprovechada por los periodistas y por ende condenada por el público.

En 2008, cuando ocurrió el apuñalamiento en el sector de Akihabara, el hermano menor del perpetrador del ataque se suicidó debido a la persecución que sufrió después del hecho por parte de los medios de comunicación.

Y la disculpa de Takahata ha vuelto a suscitar el debate sobre si los padres deben acarrear alguna responsabilidad de los actos de sus hijos.

Un programa de televisión en Japón le preguntó a 50 personas en la calle sobre el caso y el 60% respondió “Es problema del hijo, no de la madre”.

Y una reacción similar se pudo ver en las redes sociales.

“No me sienta bien una disculpa de alguien que no ha hecho nada. Prefiero que le digan a su hijo que asuma la responsabilidad por lo que hizo y que comiencen desde cero”, dijo un usuario en Twitter.

Sin embargo, la idea del “shazai kaiken” sigue profundamente instalada en la cultura japonesa. Así que es posible que lleguen más disculpas públicas.

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