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Polémicos dichos machistas recalientan campaña argentina

El candidato presidencial de la oposición Mauricio Macri abraza a la gobernadora electa de Buenos Aires María Eugenia Vidal durante una reunión en Buenos Aires, Argentina.

El candidato presidencial de la oposición Mauricio Macri abraza a la gobernadora electa de Buenos Aires María Eugenia Vidal durante una reunión en Buenos Aires, Argentina.

(Natacha Pisarenko / AP)
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El comentario de un filósofo afín al oficialismo acerca de que la belleza de una gobernadora electa de la oposición puede condenarla a ser víctima de la trata de personas recalentó la campaña para el balotaje del 22 de noviembre en Argentina, empañada por los excesos verbales de uno y otro lado.

“No podés tolerar lo que pasa con esta chica tan linda, tan rica. No saben lo que le va a pasar. La belleza es pecaminosa en la provincia de Buenos Aires”, dijo José Pablo Feinmann a radio América sobre María Eugenia Vidal, quien en la primera vuelta electoral del 25 de octubre resultó elegida por el frente opositor Cambiemos gobernadora de la provincia de Buenos Aires, la más importante del país y bastión tradicional del peronismo.

Vidal es la mano derecha del candidato presidencial conservador Mauricio Macri, quien competirá con el peronista Daniel Scioli en el balotaje luego de que ninguno de los dos obtuviera suficientes votos para alzarse con el triunfo en la primera vuelta.

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A continuación y en tono irónico señaló que “esta chica puede gobernar brillantemente o puede ser víctima de ese trabajo y terminar en una trata de blancas... su belleza la va a condenar a eso. Pero bueno, nosotros los democráticos lo vamos a impedir”.

Feinmann es un defensor de la presidenta Cristina Fernández, quien en varias ocasiones ha dicho sentirse víctima de comentarios misóginos por parte de sus pares en la política.

Vidal dijo el viernes a Radio Vórterix que “no es la primera vez que tengo que enfrentar comentarios machistas, lo hice durante toda la campaña y, seguramente, lo voy a tener que hacer como gobernadora”.

Las polémicas declaraciones provocaron críticas entre los opositores, organizaciones en contra de la violencia de género y usuarios de las redes sociales. Y se sumaron a los exabruptos y comentarios desafortunados que profirieron en los últimos días allegados a los dos candidatos a suceder a Fernández el 10 de diciembre.

Ambos rivales se trenzaron en un debate acerca de si uno y otro se sienten víctimas de campañas sucias y dejaron a un lado problemas más perentorios que preocupan a los argentinos como la inflación o la inseguridad.

Entre los autores de polémicos dichos están el ministro de Economía Axel Kicillof y la dirigente de derechos humanos Hebe de Bonafini, que profirieron fuertes insultos contra el ex candidato del peronismo disidente Sergio Massa, que ha anunciado que no apoyará a Scioli, y un juez de la Corte Suprema al cual el oficialismo considera un crítico.

José Scioli, hermano del candidato oficialista, intentó restar trascendencia al asunto y dijo que el ministro de Economía ya ha pedido disculpas y que los otros dos “no representan” al aspirante a la presidencia.

Para captar votos entre seguidores de otras fuerzas políticas Scioli ha intentado despegarse de los más acérrimos defensores de Fernández quien, con reparos, impulsó su candidatura.

Desde el entorno de Macri los comentarios polémicos provinieron de la diputada Elisa Carrió, quien afirmó que Fernández “está desequilibrada” y es necesario “sedarla”. Además advirtió que los jóvenes seguidores de la mandataria pueden armarse y utilizar la violencia.

Otro cuestionado fue el economista Alfonso Prat Gay, uno de los principales asesores de Macri, que dijo que Argentina es una nación con un nivel superior de educación respecto de otros países de la región que cada 10 años “se deja cooptar por un caudillo que viene del norte, del sur, no importa de dónde viene...con un currículum prácticamente desconocido”.

“No vaya a ser que en 2020 estemos hablando fulano de tal, que vino, no sé, de Santiago del Estero, apareció de la nada y resulta que se quedó con todo el poder”, agregó sobre el distrito considerado uno de los menos desarrollados del país.

Los dichos dieron pie a un contraataque de la presidenta, cuyo fallecido esposo y antecesor Néstor Kirchner (2003-2007) fue gobernador de la provincia sureña de Santa Cruz. Fernández dijo que son “las ideas de una pequeña minoría que se ve a sí misma como una élite ilustrada ante la barbarie del interior”.

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