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No es fácil comparar atletas olímpicos con jugadores NFL

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Hace una década, cuando el velocista olímpico Justin Gatlin fue suspendido de su deporte por una violación de dopaje, pensó en pasar su tiempo jugando fútbol americano profesional.

El atleta estadounidense se probó con los Texans de Houston y luego con los Buccaneers de Tampa Bay, pero pronto aprendió que se necesita mucho más que sólo tener una velocidad de clase mundial para jugar en la NFL.

“Es demasiado difícil”, declara Gatlin a The Associated Press. “Diría que así como la competencia de pista y campo se trata de algo individual y es un mundo competitivo, así es ingresar en el fútbol americano. Es lo mismo: un mundo competitivo. Respeto a todos aquellos atletas que se están probando con los equipos”.

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“No sólo son juzgados por su capacidad atlética”, agrega, “sino si incluso los necesitan”.

¿Pero qué pasaría si juzgáramos a los jugadores de la NFL y los atletas olímpicos sólo por su capacidad atlética? ¿Qué sucedería si descartáramos todo excepto las estadísticas de velocidad, fuerza y salto vertical? ¿Quiénes serían los atletas superiores?

Por supuesto, una pregunta así de simple no tiene una respuesta tan fácil. Ni siquiera aquellos involucrados en el debate parecen dispuestos a aventurar una respuesta, quizá tratando de asegurar que sus correspondientes deportes reciban su propio reconocimiento.

No se equivoquen: son disciplinas diferentes. Pero compararlos — velocistas con corredores de la NFL, linieros con levantadores de pesas y receptores con saltadores de altura — es al menos un esfuerzo entretenido.

“La velocidad viene en todo tipo de formas diferentes”, asegura Gatlin, el vigente medallista de bronce olímpico en los 100 metros. “ Todos los chicos rápidos que puedas imaginar, todos pueden correr, digamos que corremos 9,99 segundos (en los 100 metros). Todos tenemos diferentes estrategias y formas de correr en 9,99. Todos llegamos al mismo punto de distintas maneras”.

“Un jugador de fútbol americano es explosivo y poderoso”, sostiene Gatlin. “Así que si corremos en los 40 ó 60 metros, no sé con exactitud qué sucedería. Ellos podrían tener más velocidad explosiva desde la línea de salida de la que yo poseo, porque aun cuando soy un tipo veloz al inicio, podría ir subiendo mi velocidad porque así es como estoy programado para hacerlo”.

Es raro que los jugadores de la NFL corran más de 40 yardas a la vez, es en parte por eso que los tiempos en las 40 yardas son los descriptores comunes de velocidad. El récord en un combine de la NFL fue de 4,24 segundos en 2008 de Chris Johnson, el corredor que alguna vez presumió que podría vencer a Usain Bolt en una carrera de esa distancia.

Gatlin dice que su marca no oficial en las 40 yardas está entre 4,12 y 4,35 segundos. “Ganaría en la parte final”, asegura, “pero sería una buena competencia en los últimos metros”.

Intentar comprar a los linieros de la NFL con los levantadores de peso es todavía más complicado.

Los levantamientos hechos por los jugadores tienden a ser los más comunes en el entrenamiento de fuerza, tales como el peso muerto y el bench press, este último es, de hecho, el mayor indicador de fuerza en el combine de la NFL, donde a los aspirantes a novatos se les pide levantar 102 kilogramos (225 libras) tantas veces como les sea posible.

El récord es de 49 repeticiones impuesto por el tackle defensivo de los Redskins de Washington, Stephen Paea, en 2011.

“Esa es una hazaña digna, por lo que no puedo tomarla a la ligera”, acepta Kendrick Farris, el único levantador de pesas del equipo olímpico estadounidense en Río 2016. “Pero si los levantadores nos concentráramos en ese ejercicio en particular con ese peso, los resultados serían bastante interesantes”.

En cambio, ellos se enfocan en dos levantamientos en particular: el arranque, en el cual el peso es levantado desde el piso hasta por arriba de sus cabezas en un movimiento, y el envión, donde la barra se levanta en dos movimientos. Los resultados combinados de ambos levantamientos determinan los resultados en una competencia. Ser fuerte es importante, pero la técnica también es un factor significativo.

“Si el fútbol americano no fuera lo mío, tal vez hubiera adoptado el concurso del hombre más fuerte”, señala Paea, “porque tengo el centro de gravedad más bajo y cosas como esas. También soy muy fuerte en cuclillas”.

¿Y qué hay de comparar los saltos verticales entre los jugadores de la NFL con el salto de altura de los olímpicos? Bueno, es similar que el levantamiento de peso, donde la habilidad atlética y la técnica van de la mano. No veremos a un receptor saltar de espaldas sobre una barra mientras atrapa un pase de touchdown.

“Conozco a un par de personas a nivel colegial que hicieron salto de altura y tienen unos resortes (por piernas)”, afirma el receptor de los Chiefs de Kansas City, Chris Conley, cuyo salto vertical de 1,14 metros (45 pulgadas) en el combine de la NFL de 2014 es el récord.

“En definitiva ellos pueden saltar mucho más alto que yo. Se necesita mucho”, añade. “La técnica es la cosa más importante. En algún punto hay un talento otorgado por Dios, pero cuando se trata de saltar a ese nivel, la diferencia entre el récord mundial y ser medallista está en los detalles”.

¿Hay algo en lo que todos estos atletas puedan estar de acuerdo? Adoran ver competir a sus contrapartes.

“Tenemos a muchos nadadores de (mi alma mater) Georgia que clasifican todos los años y conozco algunos de ellos”, comenta Conley. “Me gusta ver porque es mi antecedente, pero también porque conozco a la gente”.

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