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Fuertes réplicas remecen la zona del terremoto en Italia

Rescatistas trabajando en un edificio derruido en Amatrice, en el centro de Italia, el jueves 25 de agosto de 2016. Los rescatistas se han asustado por las réplicas del sismo.

Rescatistas trabajando en un edificio derruido en Amatrice, en el centro de Italia, el jueves 25 de agosto de 2016. Los rescatistas se han asustado por las réplicas del sismo.

(Uncredited / AP)
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Fuertes réplicas asustaron el viernes a vecinos y rescatistas en Italia mientras empezaban a desvanecerse las esperanzas de que los bomberos encontrasen a más sobrevivientes del terremoto del miércoles. Estaba previsto que durante la jornada se celebrasen los primeros funerales para algunas de las 267 víctimas mortales.

Algunos de los maltrechos edificios de la golpeada Amatrice mostraban nuevas grietas tras la réplica más fuerte, registrada a las 06:28 de la mañana. El Servicio Geológico de Estados Unidos estimó su magnitud en 4,7, mientras que el Instituto Italiano de Geofísica lo registró como 4,8.

Los temblores dañaron un puente clave de acceso a Amatrice, lo que obligó a los equipos de emergencia a cerrarlo y complicó aún más el tráfico a la ciudad. Las autoridades de protección civil trabajaban para buscar rutas alternativas, ya que el puente es crucial para la entrada y salida de equipos de emergencia.

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La fuerte réplica se vio precedida por más de 50 más débiles durante la noche y otras nueve se registraron en la hora siguiente. Casi mil réplicas han remecido la zona central de Italia en la cordillera de los Apeninos en los dos días desde el gran sismo del miércoles.

El primer ministro, Matteo Renzi, declaró el estado de emergencia y autorizó la entrega de 50 millones de euros para ayuda inmediata.

Las labores de rescate continuaron durante la noche, pero ya había pasado más de un día y medio después de que se rescatara a una última persona con vida. Aunque el primer ministro, Matteo Renzi, celebró que 215 personas hubieran sido rescatadas, las autoridades de protección civil iban informando de un creciente número de víctimas mortales, que el viernes llegó a 267 personas.

Sin embargo, la responsable de las operaciones de protección civil, Immacolata Postiglione, insistió en que los trabajos de rescate continúan a pleno ritmo y siguen centrados en el rescate. Los rescatistas han señalado que tras el terremoto en L’Aquila de 2009, una persona fue recuperada con vida tras 72 horas, o tres días completos.

“Confirmo, una vez más como hemos hecho desde el principio, que las unidades que están haciendo búsqueda y rescate, incluyendo con perros que buscan a otras personas atrapadas entre los escombros, están plenamente activas”, dijo en la sesión informativa de la agencia el viernes por la mañana.

Sobre el terreno las autoridades trataban de localizar a todos los desaparecidos, aunque el número de personas que siguen en paradero desconocido es incierto porque muchos visitantes acudieron a la zona por las vacaciones de verano y un festival anual de comida.

“Todavía hay esperanza de encontrar sobrevivientes bajo los escombros, incluso a estas horas”, dijo el viernes Walter Milan, rescatista de montaña, aunque admitió que “Desde luego, será muy improbable”.

La gran mayoría de los muertos se encontraron en Amatrice, una ciudad medieval sobre una colina famosa por una salsa para pasta y que se vio devastada por el sismo. Los otros muertos se encontraron en la cercana Accumoli y Arcquarta del Tronto.

Las banderas ondearán a media asta el sábado en todos los edificios oficiales, y un obispo oficiará un funeral de estado en un gimnasio de Ascoli Piceno para las víctimas de la cercana Arquata del Tronto. Por el momento, 49 de los muertos procedían de la pequeña localidad y su aldea cercana, Pescara del Tronto.

En toda la zona, miles de personas se vieron obligadas a dejar sus viviendas porque estaban destruidas o se consideraron inseguras. Unas 2.100 personas pasaron la noche en campamentos con carpas, casi mil personas más que la primera noche, en un indicio de que un número significativo de personas no ha encontrado ningún otro sitio al que ir.

“No tengo ni idea de qué voy a hacer ahora, porque había reformado la casa hace dos años”, comentó el sobreviviente Umberto Palaferri, mostrando en su celular una foto de su casa derrumbada. “Estaba todo nuevo, y ahora no sé qué hacer. Tengo 76 años y no sé si puedo reconstruirla”.

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