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El hombre al que le salvó la vida un pecho de titanio

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Hasta hace poco, Edward Evan podría haber muerto fácilmente de un golpe en el pecho: durante siete años este británico vivió sin gran parte de su esternón, el hueso que protege el corazón y los pulmones.

Todo empezó con un dolor repentino en el pecho que acabó siendo una extraña infección en el esternón.

Se puso tan grave que los médicos tuvieron que extraerle el hueso y parte de las conexiones adyacentes con las costillas.

Y como el riesgo de infección por implante era alto lo único que pudieron hacer en aquel momento fue cubrir el hueco con músculo.

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Pero ahora vive con un reemplazo de titanio diseñado y hecho a medida e con una impresora 3D en Melburne, Australia.

El material es fuerte y rígido, pero ligero, y además es menos proclive a causar infecciones que las prótesis tradicionales.

Una vez esterilizado, el implante fue enviado a Reino Unido, donde fue insertado durante un procedimiento quirúrgico pionero.

Este fue el primer implante de pecho realizado en el país y el segundo en todo el mundo.

Como fue reconstruido con toda precisión, encajó a la perfección en la caja torácica de Evan.

Los cirujanos sólo tuvieron que afianzar la prótesis con tornillos. No tuvieron que usar cemento óseo, como con las prótesis tradicionales.

“Ahora me puedo caer con confianza”, bromeó cuando habló con el programa de la BBC Trust Me I´m a doctor, 11 semanas después de la operación.

La impresión en 3D ofrece un gran potencial para el futuro de la cirugía y este resultado positivo ofrece buenas perspectivas de cara a la creación de implantes a medida de mayor tamaño y complejidad.

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