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El avión solar aterriza en Japón por mal tiempo

El avión Solar Impulse 2 despega del Aeropuerto Internacional de Nanjing, en la provincia Jiangsu del este de China, el domingo 31 de mayo de 2015. El avión solar inicia un vuelo de seis días y cinco noches rumbo a Hawai cruzando el Océano Pacífico. (Chinatopix Via AP)

El avión Solar Impulse 2 despega del Aeropuerto Internacional de Nanjing, en la provincia Jiangsu del este de China, el domingo 31 de mayo de 2015. El avión solar inicia un vuelo de seis días y cinco noches rumbo a Hawai cruzando el Océano Pacífico. (Chinatopix Via AP)

(Uncredited / AP)
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Un avión propulsado por energía solar, que da la vuelta al mundo sin emplear una gota de combustible fósil, se vio obligado a aterrizar en Nagoya, en el centro de Japón, debido al mal tiempo.

El piloto suizo André Borschberg despegó el domingo desde Nanjing, China, en el que iba a ser el tramo más largo del trayecto de 8.175 kilómetros (5.079 millas) hasta Hawai.

En cambio, el Solar Impulse 2 aterrizó en Nagoya, Japón, según los organizadores del viaje.

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El viaje del avión solar comenzó en marzo en Abu Dhabi. Desde entonces ha hecho escalas en Omán, India, Mianmar y Cina. El tramo de Nanjing a Hawai es la séptima de las 12 etapas y la más arriesgada.

Antes del aterrizaje, fuentes del Ministerio de Transportes y responsables aeroportuarios confirmaron que estaban haciendo gestiones para un aterrizaje no anticipado en el aeropuerto de Nagoya.

El equipo vigilaba los problemas climatológicos desde 36 horas antes, señaló desde Nanjing Elke Neumann, portavoz del proyecto Solar Impulse.

“Pensamos que podríamos atravesarlo”, comentó. “Pero entre Japón y Hawai no hay un lugar donde detenerse”.

La seguridad del piloto y el avión son una prioridad, señaló, de modo que el equipo decidió esperar en Japón a que mejore el tiempo.

La nave tenía previsto aterrizar después de que terminara el tráfico aéreo convencional en el aeropuerto, en torno a las 10 de la noche.

El Solar Impulse 2 necesita espacio para aterrizar, por lo que suele evitar los momentos en los que operan vuelos comerciales, explicó Neumann. Además, suele aterrizar de noche porque el viento tiende a descender. El avión necesita que el viento no sea superior a 10 nudos, indicó.

“Estamos un poco tristes porque todo funciona perfectamente: las baterías cargan, hay suficiente sol, el piloto tiene buena salud, está en buen estado... todo marcha bien”, dijo Neumann.

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