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Bruselas, bajo amenaza terrorista tras atentados en París

En esta imagen, policías montando guardia en una calle en la que fuerzas especiales registran una casa en el barrio de Molenbeek en Bruselas.

En esta imagen, policías montando guardia en una calle en la que fuerzas especiales registran una casa en el barrio de Molenbeek en Bruselas.

(Geert Vanden Wijngaert / AP)
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La capital belga se despertó el sábado en medio de fuertes medidas de seguridad y el gobierno alertó de la amenaza de que se produzca en Bruselas un ataque similar al de París. Las autoridades cerraron el metro y desplegaron policías y soldados fuertemente armados. Al menos un sospechoso de los atentados de París sigue prófugo, y se le vio por última vez cruzando la frontera a Bélgica.

La decisión de elevar el nivel de alerta antiterrorista en la región de Bruselas se tomó “basada en información bastante precisa sobre el riesgo de un ataque como el que se produjo en París”, dijo el sábado el primer ministro belga, Charles Michel.

En una rueda de prensa el sábado, Michel señaló que el temor es que “varios individuos con armas y explosivos pudieran lanzar un ataque... quizá en varios lugares al mismo tiempo”.

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Las autoridades en toda Europa, Medio Oriente y Washington intentaban determinar cómo una célula de atacantes en su mayoría belgas y franceses con lazos con extremistas islámicos en Siria planearon y ejecutaron los ataques más violentos que sufre Francia en varias décadas, y cuántos podrían seguir aún en libertad.

Otra posible rama de la trama se desveló el sábado en Turquía, donde las autoridades dijeron haber detenido a un belga de 26 años acusado de tener conexiones con extremistas islámicos, y quizá con los atentados de París.

El Centro Nacional de Crisis en Bélgica anunció en su sitio web que había elevado el nivel de amenaza para la región de Bruselas al grado 4, que indica una “amenaza seria e inmediata”. El gabinete de seguridad del país celebró una reunión de emergencia el sábado por la mañana.

La capital belga era el lugar de residencia del supuesto organizador de los atentados en París del 13 de noviembre, Abdelhamid Abaaoud. Bélgica ha presentado cargos de “participación en atentados terrorista y participación en actividades de una organización terrorista” contra tres sospechosos relacionados con los atentados en París.

Al menos un sospechoso de los ataques en París, Salah Abdeslam, cruzó a Bélgica la mañana después de los ataques. Un representante de la policía parisina y la fiscalía de París dijeron el sábado que no tenían información firme sobre el paradero de Abdeslam, y en concreto sobre si se encontraba en la zona de Bruselas.

Policías y soldados fuertemente armados patrullaban el sábado por la mañana intersecciones importantes en la capital belga, una ciudad de más de un millón de personas que también es el lugar donde tienen su cuartel general dos importantes instituciones internacionales, la Unión Europea y la OTAN, así como oficinas de muchas empresas multinacionales.

Las autoridades recomendaron a los vecinos que evitaran grandes aglomeraciones, estaciones de tren, aeropuertos y distritos comerciales. El Metro de Bruselas suspendió sus servicios, así como los tranvías subterráneos, y se instó a la gente a mantenerse en espacios cerrados.

En su rueda de prensa, el primer ministro instó a la población “a no ceder al pánico, a mantener la calma. Hemos tomado las medidas necesarias”, afirmó.

El comité de crisis del gobierno volvería a reunirse el sábado por la tarde para revisar el nivel de alerta.

Un miembro de la policía de París dijo el sábado que no tenía información sobre Dahmani ni sus posibles visitas a los lugares atacados. La fiscalía dijo no tener información que comunicar sobre el detenido.

Las preocupaciones sobre las porosas fronteras europeas hicieron que los ministros de Interior y justicia reunidos en Bruselas el viernes prometieran más controles fronterizos para que sea más fácil seguir la pista de yihadistas con pasaportes europeos que viajan hacia y desde zonas de guerra en Siria.

La fiscalía de París dijo el viernes que había determinado a través de huellas dactilares que dos de los siete atacantes que murieron en los atentados del 13 de noviembre habían entrado en Europa desde Grecia, un punto de entrada para muchos de los cientos de miles de migrantes que piden asilo en Europa.

Los otros cinco agresores que murieron tenían lazos en Francia y Bélgica. Uno de los siete fallecidos no ha sido identificado, y hay una campaña de búsqueda en marcha contra el único sospechoso que escapó, Salah Abdeslam, de 26 años. La policía francesa dio el alto a Abdeslam en la frontera belga la mañana tras los atentados, pero le dejó marchar.

El supuesto líder de la célula, Abdelhamid Abaaoud, murió el miércoles por la mañana en un asalto de la policía contra un departamento en el suburbio parisino de Saint-Denis.

Al cumplirse una semana desde la matanza, algunos parisinos encendieron velas y rindieron homenaje a las víctimas con reflexiones silenciosas. Otros decidieron que divertirse era la mejor forma de desafiar a los extremistas. Cantaron y bailaron en la plaza de la República, en el corazón de un barrio de moda donde murieron decenas de personas, la mayoría en el ataque contra la sala de conciertos Bataclan.

El Senado francés aprobó el viernes extender durante tres meses el estado de emergencia, que amplía las competencias de la policía para realizar detenciones y registros y permite a las autoridades prohibir el movimiento de personas y vehículos en lugares y momentos concretos. La cámara baja francesa ya ha aprobado la medida.

Además, el presidente francés, François Hollande, viajará la semana que viene a Washington y Moscú para presionar en favor de más cooperación internacional contra el grupo Estado Islámico.

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