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Aspirantes a presidir Francia canalizan el temor a migrantes

La ciudad francesa de Calais, donde viven miles de migrantes que intentan llegar a Gran Bretaña, se ha convertido también en un importante campo de batalla para los candidatos a presidir Francia, que tratan de canalizar el temor a la inmigración en su campaña para las elecciones de primavera siguiendo los pasos de la líder de ultraderecha Marine Le Pen.

La ciudad francesa de Calais, donde viven miles de migrantes que intentan llegar a Gran Bretaña, se ha convertido también en un importante campo de batalla para los candidatos a presidir Francia, que tratan de canalizar el temor a la inmigración en su campaña para las elecciones de primavera siguiendo los pasos de la líder de ultraderecha Marine Le Pen.

(Christophe Ena / AP)
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La ciudad francesa de Calais, donde viven miles de migrantes que intentan llegar a Gran Bretaña, se ha convertido también en un importante campo de batalla para los candidatos a presidir Francia, que tratan de canalizar el temor a la inmigración en su campaña para las elecciones de primavera siguiendo los pasos de la líder de ultraderecha Marine Le Pen.

El expresidente Nicolas Sarkozy, que enfrenta primarias conservadoras en noviembre, tenía previsto visitar Calais el miércoles y se esperaba que allí defendiera la idea de enviar los migrantes a un centro de procesamiento en Gran Bretaña. Sarkozy no acudirá al campamento improvisado conocido como La Jungla. En cambio, se reunirá con las fuerzas de seguridad encargadas de proteger el puerto de transbordadores e impedir el acceso de los migrantes a la zona.

Le pen, candidata a la presidencia y con buenos resultados en las encuestas, libra desde hace tiempo una lucha contra la inmigración. La presidenta del Frente Nacional hace campaña a favor de abandonar la Unión Europea y su libre circulación de personas, lo que permitiría a Francia restaurar los controles de pasaporte en sus fronteras.

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También los rivales de Sarkozy por la candidatura conservadora han visitado Calais. El presidente, François Hollande, que estudia presentarse a la reelección pero no ha anunciado su candidatura de manera oficial, estudia viajar a la ciudad la semana que viene.

La Jungla y sus habitantes llegados de África, Oriente Medio y más allá son una molestia para el gobierno socialista, el símbolo de su fracaso a la hora de encontrar una respuesta efectiva a la crisis migratoria europea.

Los políticos conservadores afirman que las autoridades británicas deberían responsabilizarse de gestionar a la gente que quiere pedir asilo en Gran Bretaña. Los franceses quieren renegociar un tratado de 2003 que en la práctica sitúa la frontera británica en Calais, dejando a las autoridades galas la gestión de los migrantes que intentan cruzar el canal de La Mancha.

El propio Sarkozy firmó el tratado cuando era ministro del Interior. Ahora quiere mantener los controles de frontera en territorio francés porque Gran Bretaña no forma parte de la zona europea en la que se puede viajar sin pasaportes, pero también quiere enviar a los migrantes a un centro en territorio británico. Londres se encargaría de repatriar a los que no obtuvieran permiso para quedarse en el país, afirmó.

Su principal rival en las primarias conservadoras, el ex primer ministro Alain Juppe, hizo una visita a Calais en enero que incluyó un paseo con botas vadeando en el embarrado campo de chabolas.

“No es aceptable seguir por este camino”, dijo Juppe el martes a la cadena de radio y televisión Franceinfo. “Debemos diferenciar a los que están aquí ilegalmente y enviarlos de vuelta” a sus países.

Le Pen visitó por última vez Calais hace dos años, cuando afirmó que enviaría a los migrantes “de vuelta a casa, incluso a países en guerra”.

El gobierno de Hollande prometió desmantelar el campamento de Calais para final de año y reubicar a los migrantes en pequeños centros de todo el país para estudiar su situación caso a caso.

Ese plan ha provocado enérgicas protestas de muchos políticos locales conservadores y de ultraderecha que dicen temer las consecuencias de la presencia de migrantes en sus localidades.

La población en La Jungla llegó este mes a unas 10.000 personas, según grupos humanitarios que operan en el banco, frente a las 7.000 contabilizadas en agosto por las autoridades francesas. Cuando Hollande fue elegido en 2012, había apenas unos cientos de personas en el lugar.

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