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Argentina: huelga paraliza transporte y otras actividades

Un hombre camina por una autopista vacía durante una huelga nacional de transporte en Buenos Aires, Argentina, el martes 9 de junio de 2015. Los argentinos enfrentaron el martes numerosas dificultades para llegar a sus trabajos y realizar otras actividades por una huelga encabezada por sindicatos enfrentados con el gobierno que mantienen paralizados el transporte terrestre, la justicia, los puertos, las gasolineras y la aeronavegación. (AP Foto/Victor R. Caivano)

Un hombre camina por una autopista vacía durante una huelga nacional de transporte en Buenos Aires, Argentina, el martes 9 de junio de 2015. Los argentinos enfrentaron el martes numerosas dificultades para llegar a sus trabajos y realizar otras actividades por una huelga encabezada por sindicatos enfrentados con el gobierno que mantienen paralizados el transporte terrestre, la justicia, los puertos, las gasolineras y la aeronavegación. (AP Foto/Victor R. Caivano)

(Victor R. Caivano / AP)
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Los argentinos enfrentaron el martes numerosas dificultades para llegar a sus trabajos por una huelga encabezada por sindicatos enfrentados con el gobierno que mantienen paralizados el transporte terrestre, la administración de justicia, los puertos, las gasolineras y la recolección de basura.

Los sindicalistas reclaman la reducción o eliminación del impuesto aplicado a los sueldos y aumentos salariales que contrarresten una inflación que sitúan en al menos 30% anual. A su vez exigen negociaciones salariales libres sin la imposición de techos por parte del gobierno de Cristina Fernández.

Las exigencias son similares a las planteadas por los sectores más radicales de la Confederación General del Trabajo, la Central de Trabajadores de la Argentina y el gremio de los gastronómicos en otros cuatro paros que realizaron en los últimos tres años y medio, en los cuales se agudizó el enfrentamiento con Fernández.

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Las estaciones de ferrocarril, las paradas de autobuses y las líneas de trenes subterráneos de Buenos Aires estaban vacías a primera hora del día y numerosas personas tuvieron que usar automóviles y taxis para trasladarse a su trabajo o llevar a sus hijos a las pocas escuelas públicas que abrieron sus puertas. Los colegios privados sí impartieron clases.

Roberto Fernández, secretario general de la Unión Tranviarios Automotor, dijo a la prensa que el paro obedece a que los trabajadores quieren “un salario de bolsillo digno para tener poder adquisitivo” y amenazó con más medidas de fuerza si ello no se cumple.

Indicó que en las negociaciones salariales con los empresarios los gremialistas “estamos un poco lejos” ya que exigen una actualización no menor a 30%.

Juan Pablo Saavedra, de 26 años, dijo a The Associated Press que llegó a la ciudad en motocicleta pero que sus compañeros de trabajo no pudieron movilizarse. El joven señaló que no compartía la medida de fuerza aunque la entendía “ya que es la única forma que tenés de reclamar por el sueldo”.

La inflación es una de las principales preocupaciones de los argentinos, según las encuestas.

En un año electoral los sindicatos más combativos decidieron redoblar sus reclamos como una advertencia para quien reemplace a Fernández en el poder a partir de diciembre, cuando tendrá lugar el recambio presidencial.

Algunas carreteras de acceso a la capital fueron cortadas por agrupaciones de izquierda, lo que generó enormes atascos.

El mismo problema sufrían los habitantes de otras ciudades importantes del país como Rosario y Córdoba, donde al igual que en la capital se detuvo la recolección de basura y la distribución de combustible y alimentos.

Los vuelos de cabotaje no operaban mientras que en el aeropuerto internacional de Ezeiza, en las afueras de Buenos Aires, tampoco lo hacían los operados por Aerolíneas Argentinas y sufrían retrasos los de las compañías extranjeras.

En la capital la huelga no era seguida por todos los comercios. En la administración pública la actividad era más reducida, al igual que en los hospitales.

El jefe de Gabinete Aníbal Fernández restó importancia a la medida de fuerza, que calificó de “política”, al afirmar a periodistas que “mañana (los sindicalistas) van a tener que sentarse a discutir de nuevo” las condiciones salariales “hasta que las velas no ardan”.

El precandidato presidencial oficialista Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires, Scioli se quejó de los “piquetes irresponsables que están bloqueando el derecho al trabajo”.

“Ha sido un gran esfuerzo volver a poner en marcha el país”, dijo Scioli, quien destacó que supuso “volver a recuperar Aerolíneas Argentinas para ver hoy tristemente que los aviones están parados; volver a recuperar los ferrocarriles, para ver que también están parados; haber duplicado la capacidad operativa de los puertos, para ver que hoy no pueden tener actividad”.

Pero el senador izquierdista Fernando Solanas dijo que la medida “manifiesta necesidades impostergables de la abrumadora mayoría de los trabajadores” como el “freno a la inflación” y la “modificación” del impuesto a las ganancias.

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