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El fútbol chino habla español

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EFE

China busca desde hace tiempo que la selección nacional de fútbol llegue a ser una potencia mundial y es en este contexto donde los entrenadores hispanohablantes se han convertido en un motor importante en el fútbol base del país gracias a su conocimiento futbolístico y a su idioma.

Son las seis de la tarde en las instalaciones de fútbol de la Escuela Occidental de Pekín, colegio internacional a las afueras de la ciudad, donde un grupo de niños de entre 9 y 11 años espera con ilusión la hora del entreno para disfrutar de un deporte que les ayuda a desconectar del estrés escolar.

China, Inglaterra o Pakistán son algunos de los países que se combinan en esa pista donde se aprecia un mismo sentimiento, el amor por la pelota y las ganas de aprender nociones básicas de fútbol en un pabellón habilitado para la temporada de invierno.

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Al frente del grupo está Armando Hernández, el cofundador de la escuela de la Asociación de Fútbol Sudamérica (SAFA, por sus iniciales en inglés), una de las pocas escuelas latinoamericanas que hay en China.

“El profe” trata, a sus 31 años y tras abandonar la élite del fútbol venezolano por problemas en los isquiotibiales, de transmitir a las generaciones venideras su pasión y los conocimientos adquiridos en su etapa de futbolista a través de esta escuela hispanohablante.

Formada por un plantel de ocho entrenadores, en los entrenamientos se alterna el español y el inglés para que los chavales, de cuatro a quince años, aprendan tanto fútbol como idiomas.

“Estamos vendiendo un estilo suramericano de enseñanza,(...) Tratamos de darle un toque cultural, de incluir nuestra cultura en la organización y en la manera de llevar la escuela”, argumenta Hernández en referencia al tipo de entrenamiento.

Yang Shinyi, padre de uno de los niños, opina que el fútbol es un deporte muy internacional, por lo que traerlo a estas escuelas es una oportunidad de que este involucrado en este tipo de ambiente.

“En los últimos años han venido muchos entrenadores extranjeros que tienen una manera muy particular de trabajar y creo que puede ser muy beneficioso”, explica Yang.

Desde que el presidente chino, Xi Jinping, hizo público su deseo de que su país compitiera al mismo nivel que selecciones como Brasil o la reciente campeona del mundo, Francia, la inversión económica que se ha llevado a cabo en el sector se ha incrementado.

Es ahí donde entra en juego la labor de los entrenadores extranjeros, muy bien valorados en el ámbito deportivo chino, donde desde hace tiempo se apuesta por ellos para tratar de dar solidez a la estructura del fútbol en el país.

Sin embargo, hay nacionalidades ligeramente por encima en las preferencias de entrenadores del fútbol chino, como la española, la inglesa o la italiana, como explica Cameron Wilson, creador del portal de noticias “Wild East Football” y experto en fútbol chino.

“Los entrenadores latinoamericanos están bien valorados (en China) porque vienen de lugares con una rica y profunda tradición futbolística”, señala Wilson.

Aunque el experto en fútbol asiático dejó claro que los que gozan de “muchas oportunidades” son los provenientes de España, Inglaterra e Italia.

Por su parte, Hernández también opina algo similar: “El entrenador latinoamericano está algún escalón por debajo (respecto al europeo), pero se le da un gran valor al conocimiento y la experiencia que tenemos en nuestros países, en términos de enseñanza y desarrollo de jugadores”.

Los tiempos dulces que vive el español en China, con una curva de crecimiento de hablantes muy pronunciada gracias a las políticas de fomento del Gobierno, pueden ser un factor importante para que el entrenador latinoamericano alcance un estatus al nivel de los europeos.

Tal es así, que algunas escuelas chinas de fútbol han comenzado a incorporar en sus plantillas a técnicos latinoamericanos, como es el caso del Colegio EIC de Cantón (sur de China), que cuenta con ocho miembros para dirigir los cursos de fútbol durante el año escolar.

Además, China pretende abrir alrededor de 50.000 academias de fútbol para 2025 y formar a unos 1.000 jugadores de media al año en cada una de ellas.

Este hecho abre un panorama optimista para el entrenador hispanohablante, que cuenta con esa ventaja idiomática que tanto seduce en China.

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