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Sin educación habrá una “generación perdida” de niños migrantes, dice Unicef

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La educación es fundamental para garantizar que los niños migrantes, más de 50 millones en todo el mundo, no terminen siendo una “generación perdida”, advirtió hoy el director de Programas de Unicef Global, Ted Chaiban.

“Para no tener una generación perdida, estos niños (migrantes) deben estar en la escuela”, remarcó en entrevista con Efe Chaiban, quien presentó el informe “Más allá de las fronteras: Cómo hacer que los pactos globales sobre migración y refugiados trabajen para niños desarraigados”, en el balneario mexicano de Puerto Vallarta.

En el marco de una reunión para avanzar en el Pacto Mundial para una Migración Segura, Regular y Ordenada de la ONU, el representante del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) recordó que solo el 50 % de los niños refugiados estudian en la escuela primaria, y el 25 % lo hace a nivel de secundaria.

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Ello los coloca con menos posibilidades en su vida adulta, aunque la percepción ha mejorado con el tiempo y ahora en la ayuda de emergencia ya se coloca la educación como algo primordial, a diferencia de hace diez años, comentó.

“Se ha avanzando y un número de países ofrecen hoy escuelas abiertas sin tener en cuenta de dónde provienen los niños, pero tenemos que seguir abogando para ello, quitar las barreras” para un educación completa, afirmó el experto.

Solo así se podrá evitar esta generación perdida, algo que ya ha ocurrido o puede ocurrir en algunos países, pues los desplazamientos forzosos por conflictos tardan en solucionarse entre 10 y 15 años, dejando a los infantes fuera del sistema.

El informe resalta que 28 millones de niños han sido desplazados por conflictos, y que 200.000 niños no acompañados solicitaron asilo en alrededor de 80 países entre 2015 y 2016.

También que hay 100.000 niños no acompañados que fueron identificados en la frontera entre Estados Unidos y México en el mismo periodo, siendo los infantes el 28 % de las víctimas de trata en todo el mundo.

“Sin tener en cuenta la razón del desplazamiento, un niño es un niño y necesita protección y atención”, apuntó el experto.

En este contexto, las niñas viven todavía más peligros. “Enfrentan riesgos específicos como explotación sexual, abusos y otras formas de violencias de género”, detalló Chaiban.

En África Subsahariana y en América Central y el Caribe se encuentran la mayor proporción de niños y niñas víctimas de trata, con un 64 % y un 62 %, respectivamente.

A pesar de estos datos que empañan la lucha por los derechos de los menores migrantes, el estudio también resalta aquellos aspectos e iniciativas positivas, desde Gobierno y sociedad civil, que están permitiendo cambiar el sentido del fenómeno.

Chaiban puso por ejemplo Alemania, donde las autoridades desarrollaron unos “estándares” de atención al migrante, que también se enfoca en menores.

Tailandia, donde todos los niños tienen acceso a la educación y a la salud, sin importar su nacionalidad, o el Líbano, que ofrece educación gratuita a los niños que huyen de la guerra en Siria.

“Se ha comprendido que para que ellos puedan continuar desarrollando su propio potencial, y para que sean capaces de contribuir, la educación es el ingrediente principal”, reiteró.

Así, aunque todavía queda “mucho trabajo por hacer”, las naciones deberían tomar estos ejemplos como referentes.

“Se puede dedicar más atención a los niños, y por ello vemos el Pacto Mundial, y este proceso de consulta en Puerto Vallarta, como un momento importante para seguir abogando por aquellas acciones donde podemos demostrar que estos ejemplos pueden reproducirse a escala”, zanjó.

La reunión preparatoria de Puerto Vallarta marca el comienzo de la fase II del proceso, cuyo final debería darse en septiembre del 2018 con la adopción del Pacto Mundial, que abandonó Estados Unidos este domingo alegando incoherencia con su propia política migratoria.

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