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Exilio cubano recuerda hundimiento del “13 de marzo”, del que culpa a Castro

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El vigésimo tercer aniversario del hundimiento del remolcador cubano “13 de marzo” fue recordada hoy en Miami en un acto al que asistió uno de los supervivientes y en el que se presentó la tercera edición de un libro en el que se culpa al castrismo de la tragedia.

“Justicia” es lo que aún anhela Iván Prieto, que tenía 27 años cuando el 13 de julio de 1994 se hundió frente a las costas de La Habana el “13 de marzo” y murieron 37 personas, entre ellas su padre y tres primos que como él querían llegar a Estados Unidos

El acto de hoy, celebrado en la sede de una organización del exilio, el Directorio Democrático Cubano, tendrá continuación en un acto en el que se rendirá hoy tributo a las víctimas en el malecón de la Ermita de la Caridad del Cobre de Miami, lugar donde después se oficiará una misa “in memoriam”.

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La versión oficial de los hechos es que el hundimiento del “13 de marzo” fue un “accidente”, pero los supervivientes y familiares de las víctimas sostienen desde entonces que fue una “masacre” provocada por otros dos remolcadores, el “Polargo 2” y el “Polargo 5”, con la aprobación de Fidel Castro.

“Mantengo la esperanza en que se haga justicia”, afirmó Prieto, que ahora reside en Miami y al que, cuando le preguntan cómo se salvó, responde que “aún no” lo sabe.

Según Prieto, que sobrevivió junto a su hermano Dariel, uno de los “Polargos”, mayores en tamaño al “13 de marzo”, les embistió por la popa y provocó el hundimiento “en cosa de segundos”.

Los niños y mujeres que estaban en los camarotes no pudieron salir y murieron.

“Yo iba delante y sentí que se iba a hundir cuando miré para atrás vi que el ‘Polargo 5’ se había subido (a la popa), la sensación era como cuando te ataca un tiburón que es más grande que tú”, afirmó Prieto, una de las 31 personas que salvaron la vida.

Jorge A. García, que perdió a 17 familiares en lo que definió como un acto de “extrema crueldad”, aseguró en declaraciones a Efe que después de 23 años no le mueve la “venganza”, sino que quiere “que no suceda más nunca en ninguna parte del mundo”.

Su hija María Victoria sobrevivió, pero falleció el hijo de ésta, de 9 años, además de otro hijo de García y varios sobrinos y primos.

En 2001, ya en Estados Unidos como refugiado político, publicó la primera edición de “El hundimiento del remolcador 13 de marzo”, un libro cuya segunda edición también se agotó y del que ahora se lanza la tercera en coincidencia con el aniversario número 23.

Durante su intervención en el acto de homenaje, García afirmó que continúa luchando “para que no se olvide lo que sucedió”.

“Mis muertos sirvieron para que otros salieran en el éxodo de agosto”, recalcó en referencia a la crisis de los balseros de 1994.

El escritor manifestó que este sábado presentará su investigación con testimonios directos en una audiencia ante una “comisión internacional integrada por magistrados internacionales”, que tendrá lugar en Miami.

Para él, esa Comisión Fiscalizadora Internacional de los Crímenes de Lesa Humanidad del Castrismo es el “primer eslabón para que se haga justicia” sobre lo ocurrido al “13 de marzo”.

Según sus investigaciones, desde los otros barcos lanzaron potentes chorros de agua contra las personas que estaban sobre el remolcador y no rescataron a los caídos al mar.

Ambos barcos rodearon el “13 de marzo” creando un efecto “torbellino” que hizo que varios otros murieran antes de que una patrulla llegara a rescatarlos, señaló.

La intención de García, ahora, es “llevar a cabo una película sobre el remolcador”, para la que se están “dando pasos” y en la que cuenta con el realizador Lilo Vilaplana.

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