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Tributos a la Confederación van más allá de la bandera

La bandera de Mississippi cuelga, junto con otras banderas estatales en el Capitolio, en Washington, el miércoles 23 de junio de 2015. Tras la masacre en una iglesia negra en Charleston, Carolina del Sur, funcionarios de ambos partidos piden que se retiren las banderas confederadas y otros símbolos de la Confederación. (Foto AP/Cliff Owen)

La bandera de Mississippi cuelga, junto con otras banderas estatales en el Capitolio, en Washington, el miércoles 23 de junio de 2015. Tras la masacre en una iglesia negra en Charleston, Carolina del Sur, funcionarios de ambos partidos piden que se retiren las banderas confederadas y otros símbolos de la Confederación. (Foto AP/Cliff Owen)

(Cliff Owen / AP)
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La gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, hizo un llamado para que se retire la bandera confederada izada frente al Capitolio del estado. Pero no ha dicho si el monumento a los veteranos de la Confederación también debe ser removido.

La funcionaria tampoco ha mencionado algo sobre retirar una estatua cercana de Benjamin Tillman, un descarado supremacista blanco que fungió como gobernador y senador federal durante las primeras décadas de la segregación por las leyes Jim Crow.

El gobernador de Alabama, Robert Bentley, no ha mencionado nada concreto esta semana sobre el monumento confederado de 27 metros (88 pies) de alto — con todo y sus cuatro estandartes confederados — que se erige a las afueras de su oficina.

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El gobernador de Georgia, Nathan Deal, comentó que su estado rediseñará las matriculas personalizadas que muestran la bandera de batalla. Pero en el complejo del Capitolio en el que trabaja está repleto de retratos, estatuas y bustos de figuras de la Confederación y líderes de la segregación subsecuente.

Todo ello forma parte de una complicada realidad a lo largo de la Vieja Confederación: Tributos auspiciados por el estado al levantamiento del Sur, que van mucho más allá de la reconocida bandera roja con la cruz azul con estrellas. Y es poco probable que desaparezcan pronto, incluso ante la renovada atención que ha generado la bandera luego de que Dylann Roof, el principal sospechoso del asesinato de nueve fieles en una iglesia negra hace una semana, fuera fotografiado mostrando el estandarte como símbolo de odio.

“Es un tema muy delicado aquí”, dijo el historiador de la Sociedad Histórica de Georgia, Stan Deaton. “No nos engañemos: Solo una parte de ella tiene que ver con la raza... la gente dirá que es ‘nuestra historia’, pero gran parte de ella fue formada por grupos en particular... para representar una interpretación muy selectiva de lo que fueron la Confederación y el Sur”.

Muchos edificios estatales de la región poseen al menos un monumento confederado, junto con imponentes estatuas de héroes de guerra del sur. Lo mismo sucede con el Cementerio Nacional de Arlington, construido en tierra que alguna vez perteneciera al general confederado Robert E. Lee.

Mismo caso existe en decenas de juzgados, y varios condados han sido bautizados en honor a figuras de la Confederación, incluyendo a Lee, el presidente confederado Jefferson Davis y el general Nathan Bedford Forrest, uno de los primeros líderes del Ku Klux Klan. Forrest tiene un busto en su honor en el Capitolio de Tennessee, aunque el gobernador Bill Haslam respaldó el martes su retiro.

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