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Investigan posible acuerdo ilegal entre aerolíneas para mantener altos los precios

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El gobierno federal estadounidense investiga si las principales aerolíneas están coludidas para limitar los asientos disponibles y mantener así altos los precios, de acuerdo con un documento obtenido por The Associated Press.

La investigación civil antimonopolio que conduce el Departamento de Justicia parece enfocarse en si las líneas aéreas se comunicaron ilegalmente entre ellas para compartir información sobre la frecuencia de nuevos vuelos, rutas y asientos disponibles.

Una carta enviada el martes a las principales aerolíneas estadounidenses exige copias de todas las comunicaciones que hayan tenido entre sí, con analistas de Wall Street y con sus principales accionistas con respecto a sus planes de capacidad de traslado de pasajeros.

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Emily Pierce, vocera del Departamento de Justicia, confirmó el miércoles que la dependencia investiga una potencial “coordinación ilegal” entre algunas aerolíneas. Se negó a hacer más comentarios, incluso sobre cuáles líneas están siendo investigadas.

Como resultado de una serie de fusiones que comenzaron en 2008, American Airlines, Delta Air Lines, Soutwest Airlines y United Airlines ahora tienen el control de más del 80% de la ocupación aérea de Estados Unidos. Durante ese período han eliminado vuelos no rentables, llenado un mayor porcentaje de lugares y trabajado en un esfuerzo que es del conocimiento público para disminuir su crecimiento con el fin de hacer subir los precios.

Y funcionó. La tarifa aérea promedio se incrementó 13% entre 2009 y 2014, ajustada a la inflación, de acuerdo a estadísticas de la Oficina de Transporte. Y eso no incluye los miles de millones de dólares que las aerolíneas reciben por nuevas cuotas: 25 dólares por viaje sencillo para documentar equipaje, y 200 dólares por cambiar una reservación nacional. Durante los últimos 12 meses, las líneas aéreas recibieron 3.600 millones de dólares por cuotas de equipaje y otros 3.000 millones de dólares por cambios de reservación.

Todo ello ha provocado ganancias históricas en el sector. Durante los últimos dos años, las aerolíneas estadounidenses ganaron 19.700 millones de dólares entre todas.

Este año podría haber ingresos mucho mayores gracias al enorme descenso en los precios del combustible, su mayor gasto. En abril, las aerolíneas estadounidenses pagaron 1,94 dólares por galón (3,79 litros), es decir, 34% menos que el año previo.

Y eso es lo que preocupa a los inversionistas y analistas de Wall Street.

Históricamente, el combustible barato ha llevado a que las líneas aéreas tomen decisiones que les cuestan dinero. Se expandían rápidamente, lanzaban nuevas rutas y fijaban tarifas bajas poco realistas con el fin de atraer pasajeros. Las aerolíneas que ya volaban en esas rutas igualaban la tarifa, y todas las compañías perdían dinero.

Esas guerras de precios desaparecieron hace mucho, pero los costos bajos actuales de combustible, junto con comentarios recientes de ejecutivos aéreos han generado nerviosismo en el mercado.

Las acciones de las líneas aéreas se desplomaron en mayo después de que el director de finanzas de Southwest dijo en un evento del sector que la compañía incrementaría su capacidad de transporte de pasajeros de 7% a 8%, un aumento con relación a una meta anterior.

Hunter Keay, analista de Wolfe Research que fue anfitrión de esa conferencia del 19 de mayo, les dijo a los inversionistas en una nota posteriormente que las grandes aerolíneas están descontentas con estar restringiendo su crecimiento, mientras empresas de bajo costo como Spirit crecen a un ritmo mucho más ágil. Exhortó a las principales líneas aéreas en una nota a inversionistas que “se apuraran” y recortaran rutas por el bien del sector.

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