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Hillary Clinton critica a ejecutivos, pero acepta su dinero

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La plataforma económica de Hillary Rodham Clinton tiene en la mira a las empresas que dan prioridad a las ganancias a corto plazo y a los negocios rápidos, y que no invierten en los trabajadores. Pero la aspirante a la candidatura demócrata a la presidencia no tiene problemas en aceptar donaciones de esas mismas empresas para su campaña.

Un día después de proponer mayores impuestos a las ganancias de los inversionistas a corto plazo, Clinton recaudó al menos 450.000 dólares el martes por la noche en la casa Chicago de Raj Fernando, un viejo donante a sus causas. Su empresa, Chopper Trading, se especializa en transacciones de alta frecuencia y fue adquirida recientemente por DRW.

Los actos de recaudación de fondos de Clinton reflejan un dilema que enfrenta su campaña: ¿cómo atraer los aportes de empresarios a una campaña presidencial cuyos programas que buscan contener sus ganancias multimillonarias?

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Desde su primera campaña presidencial en el 2008, la lucha contra la desigualdad de ingresos ha pasado a ser una de las principales causas de los demócratas y los sectores más liberales piden a gritos candidatos que adopten políticas populistas y hagan cumplir las estrictas regulaciones aprobadas recientemente con el fin de contener los excesos de Wall Street.

Las propuestas económicas preliminares de Clinton incluyen medidas que aumentarían los impuestos sobre los fondos de cobertura de riesgos, o hedge funds, y las bonificaciones sobre los fondos de capital, fijarían tasas de interés más altas a los inversionistas a corto plazo y aumentarían los castigos a los ejecutivos que incurren en actividades fraudulentas en Wall Street. También se propone reforzar las regulaciones financieras aprobadas después de la crisis del 2008.

Al anunciar su programa económico en Nueva York, Clinton afirmó que algunas instituciones financieras dirigidas por sus principales contribuyentes eran “demasiado complejas y demasiado riesgosas”. Agregó que “se corren muchos riesgos en instituciones de lo que llaman el sistema bancario paralelo, incluidos los hedge funds, los negociantes de alta frecuencia y compañías financieras (excluidos los bancos)”.

En New Hampshire, en abril, aludió a administradores de hedge funds que pagan tasas de impuestos bajas. Dijo que hay quienes “especulan en el mercado para sacar una ventaja de una décima parte de un 1%” y que “tal vez no debamos permitir que siga eso porque lamentablemente son en cierta medida la raíz de los problemas económicos del 2008”.

Clinton ha evitado la retórica que emplea el presidente Barack Obama para describir la industria --”los opulentos banqueros de Wall Street”, dijo alguna vez el mandatario-- tras recaudar millones de dólares de la industria en su primera campaña presidencial. Obama impulsó las regulaciones aprobadas en el 2010.

Alan Patricof, pionero de los fondos de capital privado y antiguo donante de Clinton, dijo que Obama adoptaba posturas extremas mientras que Clinton “está siendo muy realista” y que no cree que los grandes ejecutivos estén resistiéndose a aportar dinero a su causa.

Tampoco le tiembla el pulso a la hora de solicitar aportes, a veces en actos que tienen lugar en las propias viviendas de los ejecutivos. Para explicar esa actitud dice que los republicanos y sus aliados gastan miles de millones de dólares para tratar de derrotar a los demócratas y que “tenemos que estar en condiciones de defendernos”.

En su primer informe sobre las finanzas de su campaña, las personas que se describen como ejecutivos bancarios u operadores de fondos de inversiones contribuyeron más de 1,6 millones de dólares a la campaña de Clinton, según pudo comprobar la Associated Press. La gran mayoría de esos cheques fueron por 2.700 dólares, el máximo permitido por la ley.

Luego del acto en la casa de Fernando, Clinton asistía el miércoles a una función de recaudación de fondos organizada por George Reddin, director administrativo de FMI Capital Advisors, firma de Carolina del Norte especializada en fusiones y adquisiciones en el campo de los materiales de construcción.

Aproximadamente una docena de individuos que han recaudado al menos 100.000 dólares para la campaña de Clinton trabajan en el mundo de las finanzas y las inversiones, como Imaad Zubery y Deven Parekh, operadores de fondos de inversiones de capital privado, o los operadores de hedge funds Marc Lasry y Orin Kramer.

Clinton se ha presentado asimismo en actividades de recaudación de fondos organizadas por Doug Teitelbaum, fundador de la firma de inversiones Homewood Capital, y Lisa Perry, cuyo esposo Richard es un alto ejecutivo de hedge funds.

El vicepresidente de Morgan Stanley Tom Nides, quien trabajó con Clinton en el Departamento de Estado, dijo que los nuevos programas no han causado olas en Wall Street y pronosticó que difícilmente afecten la capacidad de Clinton de recaudar fondos en esos sectores.

Como senadora de Nueva York, Clinton desarrolló una relación estrecha con los donantes de Wall Street y Nides dice que ha mantenido esos lazos, siendo muy cuidadosa al hablar de la industria de las inversiones.

“Ha sido dura, pero no creo que haya sido irracional”, expresó. “La gente en nuestro ramo sabe que tienen a alguien de buena reputación o que al menos los escuchará”.

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