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Estados Unidos celebra, mientras veteranos deportados piden regresar

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Un grupo de veteranos que fueron deportados a México realizaron ayer una vigilia en la frontera para exigir al gobierno estadounidense la expedición de visas humanitarias para aquellos que requieren regresar al país y recibir atención médica.

En el marco por los festejos del Día de Independencia en Estados Unidos, excombatientes colocaron cruces en la garita de San Ysidro en memoria de veteranos que han perdido la vida, entre ellos por el soldado José Solorio, quien murió a mediados de junio en un hospital de San Diego, al no ser tratado de manera oportuna por fibrosis pulmonar.

Pese a haber formado parte de las fuerzas armadas, de donde fue dado de baja con honores, José Solorio fue deportado en 2001, cuando fue detenido en una infracción de tránsito en posesión de narcóticos.

Al llegar a Tijuana, el marine empezó a desarrollar los síntomas de esta enfermedad y desde entonces solicitó un permiso para regresar a Estados Unidos y recibir atención médica, a la cual tiene derecho por parte del Departamento de Veteranos.

Finalmente en junio y gracias a la intervención de la Unión Americana de Libertades Civiles, el gobierno estadounidense le otorgó un permiso humanitario por 60 días para ser atendido en un hospital de San Diego, aunque fue demasiado tarde.

“Si él hubiera recibido tratamiento médico para su condición quizá no hubiera fallecido y al momento que le dijeron que podía reingresar al país para recibir su tratamiento ya era muy tarde”, señaló Anna Castro, portavoz de ACLU en San Diego, quien recalcó la necesidad de cambiar las políticas en torno a estos casos por parte del Departamento de Asuntos Veteranos.

“Lo mínimo que Estados Unidos les debe, son sus beneficios de veteranos”, subrayó.

Actualmente, la ACLU se encuentra analizando el caso de tres veteranos que se encuentran ahora en México y que requieren atención médica. Uno de ellos es Armando Cervantes, de 60 años, quien requiere una operación urgente de rodilla o podría “perder la pierna”.

“Lo único que pido es compasión y consideración, no nos dejen atrás”, dijo el excombatiente, quien formó parte de las fuerzas armadas de 1975 a 1981. “Yo necesito una operación de manera inmediata porque se está infectando y no quiero perder una parte de mi cuerpo”.

Héctor Barajas, quien dirige el Hogar de Apoyo para Veteranos Deportados en Tijuana, explicó que aunque el deseo de él y sus compañeros es regresar a casa con sus familias, en esta ocasión se ha solicitado al gobierno federal que como mínimo se les permita ser atendidos.

El veterano indicó que tienen conocimiento de al menos siete ex soldados que han fallecido en México, víctima de enfermedades que pudieron haber sido tratadas.

“Cuando vamos a pedir una visa, nos dicen que para eso son los servicios mexicanos, el problema es que en el caso de Armando (Cervantes), él ya ha tenido cuatro operaciones y el seguro mexicano no cubre todo, mientras que en Estados Unidos sería gratuito”.

Aunque no existen cifras oficiales, activistas estiman que alrededor de doce mil veteranos han sido deportados de Estados Unidos.

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