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Apple se opone a orden para ayudar al FBI a desbloquear teléfono de tirador

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El director general de Apple Inc., Tim Cook, dice que su compañía se resistirá a cumplir con la petición de un juez federal de dar acceso a los datos ocultos en el celular que le perteneció a la pareja de terroristas que mataron a 14 personas en San Bernardino el año pasado.

En un comunicado emitido el miércoles, Cook dijo que algo así socavaría la codificación al crear una puerta de salida que potencialmente podría ser usada en otros futuros dispositivos.

“En las manos equivocadas, este programa tendría el potencial de desbloquear cualquier iPhone en la posesión física de alguien”, dice el comunicado.

La solicitud del juez busca remover la que se ha convertido en una barrera en la investigación del peor ataque terrorista en territorio estadounidense desde el 9/11.

Autoridades están tratando de determinar los movimientos de la pareja entre el momento del ataque en el Centro Regional Inland la mañana del 2 de diciembre y sus muertes durante un frenético tiroteo con la policía horas después.

El FBI está tratando de determinar si la pareja recibió algún tipo de ayuda para planear o llevar al cabo el ataque.

La magistrada Sheri Pym de Riverside, ordenó el martes a Apple ayudar al FBI a descifrar la contraseña de protección del teléfono y cualquier función de autoborrado que el aparato pudiera emplear.

“El gobierno no ha podido completar la búsqueda porque no puede accesar al contenido de la codificación del iPhone”, dijo la fiscal federal Eileen Decker. “Apple tiene las herramientas técnicas exclusivas que ayudarían al gobierno a completar su búsqueda, pero se ha negado a brindar esa ayuda voluntariamente”.

El aparato, un iPhone5, le fue dado a Syed Rizwan Farook por el Departamento de salud del condado de San Bernardino, y fue usado en su trabajo como inspector, según la investigación.

Es la política del gigante tecnológico pedirle a las autoridades que obtengan órdenes de cateo o citaciones antes de ayudar en una investigación.

Pero la compañía ve la orden como una “forma del gobierno de sobrepasarse”, de acuerdo al comunicado.

El departamento de salud le dio al FBI permiso para investigar el teléfono, según la moción, pero en 10 fallidos intentos, las autoridades no han podido descifrar la contraseña por miedo a que su sistema operativo destruya toda la información del teléfono.

En su solicitud, el FBI dijo que Apple debería poder desactivar la función de autoborrado del aparato, permitiendole al gobierno el introducir “contraseñas de prueba” en el teléfono sin el riesgo de destruir la información que busca. La moción dice que Apple frecuentemente coopera con las autoridades cuando se le pide por medio de una orden de cateo o una orden judicial.

El teléfono dejó de mandar información de respaldo al servidor de iCloud el 19 de octubre de 2015, según la moción del gobierno, y el FBI cree que Farook podría haber desactivado esa función para poder esconder el dispositivo. Cualquier comunicación o datos ligados al tiroteo después del 19 de octubre sería accesible solo a través del aparato, según la moción.

Farook también utilizó el teléfono para hablar con Malik después de esa fecha, mostraron los documentos de la corte.

Investigadores esperan que la información del teléfono ayudará a contestar varias preguntas que se siguen presentando desde el tiroteo. Aún no se aclara por qué Farook dejó una bolsa con varias bombas caseras en la sala de conferencias, donde él y su esposa abrieron fuego, por qué las bombas no fueron detonadas, o si la pareja estaba planeando otros ataques.

Enrique Marquez Jr., un amigo de Farook, está acusado de comprar dos rifles que se utilizaron durante el atentado. Marquez ha sido arrestado y acusado de proveer material de apoyo para terrorismo y otros crímenes. Él se declaró no culpable.

Información de ubicacion del teléfono, entre otras piezas de investigación, podrían también ayudar a los investigadores a contestar preguntas sobre los movimientos de la pareja durante un periodo de 18 minutos en la línea de tiempo del FBI sobre sus acciones después del atentado.

El director del FBI, James B. Comey, fue el primero en revelar las dificultades que estaba teniendo su agencia para tener acceso a la información del aparato, cuando habló ante el Comité de Inteligencia del Senado la semana pasada.

Celulares codificados y aplicaciones de mensajes de texto han hecho más difícil para los investigadores y servicios de inteligencia el rastrear las posibles conspiraciones en tiempo real, o trazar ubicaciones y conexiones una vez que consiguen los aparatos de los sospechosos, dice Comey.

La industria tecnológica y el gobierno por mucho tiempo han tenido diferencias sobre qué tanto acceso deben tener las agencias del orden y de seguridad nacional a la información privada de teléfonos. Recientemente, Comey, la fiscal general Loretta Lynch, y otros líderes de seguridad nacional se reunieron en San José con representantes de Google, Apple y Facebook para tratar de encontrar un punto medio que pueda ayudar a los investigadores a obtener información clave sobre posibles conspiraciones terroristas, sin comprometer la privacidad de los consumidores de las compañías.

Tras el ataque en San Bernardino, el presidente Obama se dirigió a la nación, urgiendo a los líderes de alta tecnología y las fuerzas del orden a “hacer más difícil para los terroristas el usar la tecnología para escapar de la justicia”.

Pero aunque la industria tecnológica ha dicho que quiere ayudar, está renuente a proporcionar información privada a las agencias del gobierno, argumentando que si lo hacen generaría desconfianza entre sus usuarios y elevaría el riesgo de ataques de piratas informáticos.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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