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Más de 300 personas han muerto a manos de la policía en lo que va del 2015

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Al menos 385 personas han muerto por disparos de la Policía en Estados Unidos en lo que va de 2015. A ese ritmo, casi mil personas habrán muerto por balas policiales cuando termine el año.

Un análisis llevado a cabo por el diario estadounidense Washington Post a través de entrevistas, reportes policiales, noticias locales y otras fuentes ha rastreado los casos que suponen un promedio de 2.6 muertos a diario.

Y ha evidenciado los malos registros de autoridades: la cifra para todo 2015 es más del doble de las muertes registradas por el Gobierno federal en la última década.

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“Estos tiroteos son gravemente subestimados”, indicó al diario Jim Bueermann, ex jefe policial y presidente de la Police Foundation, una organización dedicada a la promoción del cumplimiento de la ley.

“Nunca vamos a reducir el número de tiroteos de la Policía si no empezamos a registrar con precisión esta información, pero hay una falta de voluntad política para hacerlo”, aseguró Bueermann.

El reporte del diario estadounidense coincide con un debate nacional en Estados Unidos sobre el uso de la fuerza letal por parte de la Policía, especialmente en contra de las minorías.

Los casos recientes de Michael Brown en Ferguson, Missouri, y de Freddie Gray en Baltimore, Maryland, han mostrado la peor cara de la relación de la Policía con los ciudadanos.

De ahí que el Presidente Barack Obama prohibiera el pasado 18 de mayo el uso de equipo y armamento de corte militar por parte de las Policías locales en Estados Unidos.

Y es que de los 385 casos de tiroteos mortales, sólo tres agentes han sido culpados criminalmente; menos del uno por ciento.

“Tenemos que ir más allá de lo que es legal y empezar a enfocarnos en lo que es prevenible. La mayoría (de los tiroteos) son prevenibles”, dijo Ronald L. Davis, un ex agente que dirige la oficina de Servicios Policiales Orientados a la Comunidad del Departamento de Justicia.

Por ejemplo, en Miami Gardens, Florida, la Policía disparó en febrero pasado contra un hombre esquizofrénico que sacudía una escoba. Su madre había llamado a los agentes porque no podía convencer a su hijo de que ingresara a la casa por el frío.

La mayoría de los casos encontrados por el Washington Post comenzaron como incidentes menores que escalaron en violencia.

De hecho, indica el diario, los muertos por tiroteos policiales tienen mucho en común. La mayoría eran pobres y tenían una historia de encuentros previos con la Policía, casi siempre por crímenes de poca monta, a veces porque tenían problemas emocionales.

En casi la mitad de las ocasiones registradas por el Post, la Policía abrió fuego tras responder a llamadas por disturbios domésticos y otras situaciones sociales complejas: un vagabundo de comportamiento errático o un hijo que trataba de suicidarse.

La otra mitad de los tiroteos involucraban crímenes no domésticos, como robos o infracciones de tránsito.

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