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Voluntarios ayudan a desplazados por las lluvias en Texas

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El trabajo de voluntarios y organizaciones caritativas se esfuerzan por aliviar la situación de los cientos de desplazados por las lluvias e inundaciones de la última semana en el poblado de Richmond, al oeste de Houston, donde el nivel del río Brazos aun puede crecer más.

“Estamos hablando de personas de todas las edades que viven en las laderas del río Brazos y que hoy duermen en albergues y reciben toda clase de ayuda hasta que puedan regresar a sus hogares”, manifestó Albert Cantú, jefe del Departamento de Bomberos de Richmond.

El funcionario indicó que como parte de los esfuerzos para ayudar a los afectados se ha podido establecer el llamado Centro de Recuperación Ciudadana, donde se reparten víveres e información para conocer los recursos existentes.

“Reciben entrenamiento para saber los pasos necesarios a seguir cuando el nivel del agua baje y regresen a casa a iniciar la remodelación o reconstrucción de algunas estructuras dañadas por las inundaciones”, remarcó Cantú.

Según informó la Oficina de Emergencias del Condado Fort Bend, donde se sienta Richmond, el nivel del río Brazos ha alcanzado su más alto nivel en un siglo (54,7 pies de altura), lo que obligó a que se emitieran órdenes de evacuación obligatoria.

El aviso de inundaciones emitido por el Servicio de Meteorología Nacional para la zona aún está vigente hasta esta noche y en su último comunicado pronostica que el nivel del Brazos podría aumentar media pulgada más para el próximo martes.

Las inundaciones han dejado en Texas un saldo trágico de 16 muertos, entre ellos nueve soldados que perecieron al volcar un vehículo en el que viajaban durante las inundaciones.

Rosa Maldonado, originaria de Nuevo León (México) y residente de Richmond desde hace 23 años, tuvo que abandonar su casa a orillas del Brazos, en donde vivía con sus dos hijos y sus padres.

“En anteriores oportunidades ha llovido mucho pero el río nunca había tomado este cauce. Estamos en espera de lo que determine el gobierno estatal y federal para ver qué ayuda recibimos, pero aun así hemos conseguido mucha asistencia”, dijo Cantú.

Una de las organizaciones que le prestó apoyo ha sido la Cruz Roja, que ha movilizado personal de todas partes del país para ayudar en Texas con los recintos donde alojan y cobijan a los afectados.

Según Michael McElrath, especialista en programas de desastres naturales con la Cruz Roja y quien llegó a Richmond hace una semana desde el estado de Florida, muchas de las personas que han buscado amparo en los albergues fueron evacuadas en botes por la Guardia Nacional y luego reubicadas en varios de los refugios de la zona.

“Algunos han podido regresar a sus casas pronto, pero eso no significa que estén fuera de peligro. Solo nos queda esperar a ver qué pasará con el tiempo para definir el grado de peligrosidad”, apuntó McElrath.

Uno de los albergues en Richmond, espacio donado por una iglesia bautista, ha sido bautizado como “zona cero”, porque según McElrath, es “el que más damnificados ha recibido”.

Hasta allí llegan los vecinos y miembros de organizaciones caritativas a donar su tiempo y también víveres, desde agua potable embotellada hasta ropa, toallas, pasta de dientes y comida enlatada.

En otra sección hay perros y gatos en jaulas donadas que reciben atención por parte de personal veterinario que también han donado su tiempo y así dar su cuota de aliento a la causa.

En varias zonas del centro de Richmond, ciudadanos del lugar y de otras ciudades vecinas han colocado grandes parrillas para asar carne y los reparten de forma gratuita a los damnificados.

Fort Bend y otros 30 condados han sido declarados en estado de emergencia.

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