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Trump reaviva debate migratorio en Arizona y Nevada

El magnate Donald Trump, derecha, aspirante a la candidatura republicana a la presidencia, saluda desde el escenario del Freedomfest, el sábado 11 de julio de 2015, en Las Vegas. (Foto AP/John Locher)
(John Locher / AP)
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El magnate y precandidato republicano Donald Trump reavivó un debate de voces conservadoras en los estados de Arizona y Nevada que piden la fortificación de la frontera y la deportación de inmigrantes sin permiso tras su visita el sábado.

“Ya se está corriendo la voz de que tenemos que parar la inmigración ilegal”, afirmó Trump ante un grupo de miles de personas en el centro de convenciones de Phoenix, luego de que primero acudiera a Las Vegas a la edición anual del Freedom Fest. “Tenemos una situación que está fuera de control”.

Trump ha sido blanco de críticas por sus comentarios hacia los inmigrantes mexicanos, a los que tachó de violadores y criminales en un discurso el 16 de junio, día en el que anunció su postulación a la presidencia.

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En Phoenix, el multimillonario enfatizó que muchas personas hispanas han trabajado para él y dijo “amar a los mexicanos”, pero responsabilizó a los políticos de México por la inmigración no autorizada que llega a Estados Unidos.

Un grupo de jóvenes interrumpió a Trump con gritos de “¡paren el racismo!”, mientras que la gran mayoría de la audiencia coreaba las siglas de Estados Unidos.

El magnate subió al escenario a Jamiel Shawn Sr., el padre de un joven de 17 años que fue baleado de muerte en Los Ángeles en el 2008 por un hombre que estaba sin permiso en el país.

“Pónganse en mi lugar. ¿Qué harían si alguien mata a uno de sus hijos?”, le preguntó Shawn a la audiencia en Arizona.

Pese a las críticas hacia sus declaraciones, Trump ha inyectado nueva energía a la base conservadora del estado fronterizo y a los políticos que históricamente han puesto en vigor algunas de las medidas más duras contra la inmigración no autorizada en todo el país.

Entre las figuras que han redoblado su apoyo a Trump se encuentra el controvertido jefe policial del condado Maricopa, Joe Arpaio. Un juez halló que la agencia que Arpaio dirige había violado la Constitución por detener a conductores latinos en operativos contra la inmigración no autorizada.

En palabras ante la audiencia, Arpaio dijo que un 38% de los inmigrantes sin permiso legal que han pasado por sus cárceles vuelven a reingresar al país sin permiso, según una encuesta interna que realizó su agencia.

“Esto es un problema. Donald Trump está alzando la voz y lo están criticando mucho, pero hay una mayoría silenciosa” que lo apoya, afirmó ante la ovación de los presentes.

Los comentarios de Trump encontraron aún más eco tras la muerte de una mujer en San Francisco en la que el presunto asesino había ingresado al país sin permiso repetidas veces.

Mary Ann Mendoza habló en el evento sobre la muerte de su hijo Brandon Mendoza en un accidente vehicular el 12 de mayo de 2014 del que presuntamente fue responsable un inmigrante que ingresó sin autorización a Estados Unidos en diversas ocasiones.

“¿Por qué se le permitió a un inmigrante ilegal reingresar al país?”, dijo Mendoza. “No esperen a que esto pase en su familia para alzar la voz”.

La visita de Trump a Arizona generó una mezcla de protestas y elevada concurrencia a las puertas de un centro de convenciones de Phoenix.

“Tenemos que impedir que los ilegales lleguen a nuestro país”, dijo Denis Cook, una jubilada de 62 años que hacía fila. “Trump está trayendo el tema de la seguridad nacional a la delantera”.

Pero a los simpatizantes del magnate, que portaban banderas estadounidenses, se sumó un coro de manifestantes con carteles en los que lo acusaban de racismo.

“Este es un país de inmigrantes; no entiendo por qué hace esto”, dijo Ezequiel Bañuelos, un inmigrante de 49 años del estado mexicano de Jalisco que se acercó a protestar junto a otras 100 personas antes de que el evento comenzara.

“Todos llegamos tratando de buscar una vida mejor, especialmente para nuestros hijos, por la mala situación económica en nuestros países”, agregó.

Lo que molestó más aún a algunos manifestantes fue la participación de Arpaio.

“Aquí empezó esta retórica que hizo tanto daño, en Arizona con figuras como el sheriff, y Trump viene aquí a seguirla empujando”, dijo Carlos García, activista de la organización pro inmigrante PUENTE que convocó la protesta.

García cuestionó las estadísticas presentadas por Arpaio sobre el número de detenidos que reingresan al país ilegalmente.

“Esos números no son ciertos y los cargos que esa gente enfrenta no son serios, igual que lo que dice Trump. Es una exageración que sólo sirve para crear más odio en contra de nuestra comunidad”, afirmó.

La visita a Arizona no fue bien recibida en todas las esferas políticas, incluso del partido republicano.

Los demócratas y republicanos que manejan el gobierno municipal lo criticaron incluso aunque respaldaron el derecho que tiene a arrendar el centro de convenciones —que es propiedad de la ciudad_, el cual puede albergar a más de 4.000 personas.

Y el gobernador republicano Doug Ducey, quien se entrevistó con Marco Rubio —aspirante a la candidatura de ese partido a la presidencia— y con Scott Walker —gobernador de Wisconsin— cuando estuvieron recientemente en el estado, desairó al magnate de los bienes raíces.

Reymundo Torres, integrante del grupo Latinos Republicanos de Arizona, dijo que Trump sólo hará que sea más difícil reclutar candidatos latinos en el estado, al igual que votantes.

“Los latinos ya se inclinan más hacia el lado demócrata y están convencidos de que somos antiinmigrantes”, dijo Torres. “Él tiene mucho poder para llamar la atención, pero es una persona a la que ni siquiera le interesa el futuro del partido”.

Los comentarios de Trump también llevaron a la suspensión de relaciones de negocios de él con empresas televisivas como Univision y NBC, así como la cadena de tiendas departamentales Macy’s.

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