Muere un quinto infante de Marina tras tiroteo en Chattanooga

Muhammad Youssef Abdulazeez se acercó a sus víctimas en un convertible Mustang plateado que había rentado, en el que llevaba dos armas largas —fusiles o escopetas— y una corta. Su rostro, antes rasurado, estaba cubierto por una barba frondosa. Poco después, cuatro marines habían muerto. Un marinero herido de gravedad murió el sábado por la mañana.

La imagen de Abdulazeez descrita por los investigadores no cuadra con la del habitante de los suburbios que conocían sus vecinos y compañeros de secundaria: practicante de lucha libre, hermano de un tenista, cuyos padres sin lujos. Un hombre que jugaba con los chicos del barrio o recogía a un vecino varado en una tormenta de nieve.

Días antes de la matanza, Abdulazeez estaba jugando al fútbol en su patio y dijo a dos viejos amigos que estaba feliz con su nuevo trabajo en una compañía que diseña y fabrica productos de cable.

“Todo parecía estar bien. Estaba normal. Me dijo que le encantaba su trabajo”, dijo uno de los amigos, Ahmed Saleen Islam, de 26 años, que conoció a Abdulazeez en la Sociedad Islámica de Chattanooga y lo vio en la mezquita dos o tres noches antes de los ataques. “Estamos atónitos y furiosos”, dijo Islam. “Ojalá hubiera venido a hablar con nosotros”.

Hailey Bureau, de 25 años y vecina de asiento de Abdulazeez en la secundaria, recordó su sentido del humor al escribir entonces junto a su foto en el anuario de la escuela una frase que desde entonces ha adquirido un sesgo amargamente irónico: “Mi nombre provoca alertas de seguridad nacional. ¿Y el tuyo?”

El hombre de 24 años nacido en Kuwait abrió fuego en dos instalaciones militares en Chattanooga. Cuatro marines murieron en el lugar y un marinero falleció después. La muerte del suboficial de reserva de la armada Randall Smith fue anunciada por la fuerza el sábado por la mañana.

Lo que no es claro —para los investigadores de contraterrorismo y para sus vecinos y excompañeros de escuela— es qué lo puso en el camino de la violencia que terminó cuando fue baleado por la policía.

Aparentemente, Abdulazeez no estaba en el radar de las autoridades federales antes del ataque del jueves, dijeron funcionarios. Pero ahora, investigadores de contraterrorismo están echando un profundo vistazo a sus actividades en internet y a sus viajes al extranjero, en busca de pistas sobre sus contactos políticos o influencias.

“Sería prematuro hacer conjeturas sobre la razón exacta por la que el tirador hizo lo que hizo”, dijo el agente del FBI Ed Reinhold. “Sin embargo, estamos conduciendo una investigación rigurosa para determinar si esta persona actuó sola o fue inspirada o instruida”.