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¿Por qué los japoneses quieren deshacerse de las decenas de bases de EE.UU. en la isla de Okinawa?

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“Nuestro enojo ya superó el límite”, “¡Saquen a los Marines!”, decían algunos de los carteles en una protesta masiva que tuvo lugar en Okinawa, Japón, este fin de semana.

La raíz del enojo es la enorme presencia militar estadounidense en la isla.

Específicamente, cerca de 65.000 personas salieron a mostrar su indignación por el asesinato, en semanas recientes, de una joven de 20 años y el arresto de un exinfante de marina estadounidense empleado como contratista en una de las bases en la isla.

El caso ha intensificado la larga oposición de los residentes de Okinawa a las cuarteles de EE.UU. y ha reavivado los llamados para que el personal militar estadounidense sea retirado de la isla.

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“Desproporción”

En la isla de 1,4 millones de habitantes viven unos 26.000 efectivos de EE.UU. en más de 30 bases establecidas en Okinawa.

Éstas abarcan una quinta parte de Okinawa. Constituyen el 74% de todas las bases de Estados Unidos en Japón en menos del 1% de su territorio.

Y forman una pieza clave de la alianza de seguridad de ambos países, forjada después de la Segunda Guerra Mundial.

Desde hace dos décadas, sin embargo, los habitantes de Okinawa han estado resentidos por esta presencia, que consideran “injusta” y no entienden por qué la isla tiene que tener una proporción tan grande de bases estadounidenses.

La indignación se vio exacerbada en 1995 con la violación de una niña de 12 años por parte de soldados estadounidenses.

Ese crimen provocó también protestas masivas y forzó a ambos países a revisar la reducción de la presencia estadounidense en la isla y a los planes para reubicar la base de Futenma, establecida en una de las ciudades más pobladas, a un poblado en la costa norte de la la isla.

Esos planes han estado suspendidos porque los residentes se oponen a su reubicación, preocupados, dicen, por el ruido, la contaminación y el crimen.

Este domingo los manifestantes pedían a ambos gobiernos que abandonen dicho plan y que clausuren de una vez por todas dicha base.

Crimen

La protesta del fin de semana, realizada en la capital, Naha, comenzó con un minuto de silencio por Rina Shimabukuro, la víctima que fue supuestamente asesinada, y un mensaje de su padre.

“¿Por qué mi hija? ¿Por qué fue asesinada?”, decía el mensaje. “Comparto los mismos pensamientos de todas las familias que han tenido pérdidas y han conocido el sufrimiento”.

Chihiro Uchimura, de 71 años, le dijo a la agencia AFP: “Estoy lleno de tristeza y realmente ya no quiero que haya más víctimas”.

Mientras haya bases militares de EE.UU., este tipo de incidentes continuará ocurriendo”.

Un empleado civil estadounidense de 32 años fue arrestado el mes pasado en conexión con el asesinato de Shimabukuro.

Por su parte, Takechi Onaga, el gobernador de Okinawa, que se opone a las bases, le dijo a la multitud que lamentaba no tener poder para prevenir los crímenes ocurridos.

“Prometimos que nunca se repetiría un incidente semejante”, declaró. “No puedo hacer nada para cambiar el sistema político y prevenir eso”.

“El gobierno... debe entender que los residentes de Okinawa no deben sufrir más por la carga de las bases”., dijo.

Comportamiento

Onaga ha estado tratando de forjar una coalición política amplia para lograr la reducción de la presencia estadounidense en la isla.

Pero su principal opositor es el gobierno nacional del primer ministro japonés, Shinzo Abe.

Abe ha estado tratando de reforzar sus vínculos con Washington en momentos en que su principal rival, China, muestra cada vez más indicios de poder en la región.

Por otra parte, la milicia estadounidense asegura que las tasas de delitos entre el personal militar en Okinawa es menor que el de la población civil local.

Sin embargo, en años recientes ha habido una serie de crímenes graves cometidos por soldados, marines y pilotos estadounidenses.

A principios de este mes, la Armada de EE.UU. impuso una prohibición en el consumo de alcohol después de que un marinero basado en Okinawa fue arrestado bajo sospecha de conducir ebrio y causar un accidente en el que dos personas resultaron heridas.

La restricción fue retirada la semana pasada. Ahora se permite a los marineros beber alcohol en la base hasta las 10 de la noche y en sus casas si viven fuera de la base, indicó la Armada en una declaración.

Agregó que la prohibición en el consumo de alcohol en bares y restaurantes civiles sigue en práctica.

Artículo publicado originalmente en BBC Mundo

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