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Estadounidenses quieren aprender a sobrevivir a tiroteos

En esta imagen, tomada el 28 de enero de 2016, el jefe de la policía de Westerville Joe Morbitzer da la bienvenida a los asistentes a la primera clase sobre como reaccionar y sobrevivir a un tiroteo, en Westerville, Ohio. (Foto AP/Andrew Welsh-Huggins)
(Andrew Welsh Huggins / AP)
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Estudie su entorno. Encuentre salidas. Identifique armas improvisadas. Los estadounidenses aprenden estos y otros consejos en concurridos cursos sobre cómo reaccionar y sobrevivir a un tiroteo.

Esta formación ya es habitual en escuelas, universidades y empresas, pero las sesiones para el público general son el siguiente paso para confrontar el temor a la violencia de masas que lleva años pesando sobre algunos, para muchos desde la masacre en la escuela secundaria Columbine, en 1999.

La policía ha ofrecido cursos de concienciación en Livonia, en el estado de Michigan, y en Douglasville, en Georgia, y más de 600 personas han asistido a las clases impartidas por el comisario del condado de Potter, en Amarillo, Texas, que comenzaron hace tres años.

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La demanda se incrementó drásticamente tras la balacera del pasado diciembre que causó 14 muertos en San Bernardino, California, dijo el teniente Scott Giles, un instructor de Amarillo.

“Esto es algo que nació de una necesidad”, dijo Giles. “Los tiroteos seguirán ocurriendo”.

El condado de Potter es uno de los que proporcionan formación basada en el método CRASE: Civilian Response to Active Shooter Events (respuesta civil a tiroteos, por sus siglas en inglés). CRASE promueve una estrategia que incluye evitar la situación abandonando el lugar, encerrarse dentro de una sala y, como último recurso, defenderse.

El curso que se impartió en Westerville, un suburbio de Columbus, se llenó tan rápido que hubo que programar otro para más tarde este mes. La ciudad, con unos 38.000 habitantes y unos ingresos per cápita que superan al resto del estado de Ohio, suele encabezar las listas de mejores barrios residenciales del país.

“Sentimos que el mundo ha cambiado. Hay maldad ahí fuera”, dijo Tom Madine, un jubilado de 67 años que asistió a la primera clase de Westerville el mes pasado con su esposa, Sue Madine, y docenas de personas más.

Hoy en día, la gente entiende que estas amenazas son reales y que pueden pasar en sus comunidades, dijo el jefe de policía Joe Morbitzer. Los agentes imparten el método “correr, esconderse, pelear” similar al contemplado en CRASE.

“Parte del problema es que la gente no sabe cómo evitar convertirse en víctimas”, señaló Morbitzer. “En la sociedad actual esto es malo, que tengas que entrenar para evitar ser una víctima, pero tienes que hacerlo”.

En el curso del 28 de enero en Westerville, los agentes Dan Pignatelli y John Jeffries hicieron especial hincapié en el “reconocimiento del entorno”.

Combinaron consejos prácticos — como la mejor salida en una emergencia no es siempre el lugar por el que se entra y, si se está escondiendo, apague siempre la luz — con ejemplos del tiroteo de Columbine, de la matanza de 2007 en Virginia Tech y otros.

Como último recurso, cerca podría tener un arma: La silla más próxima, un par de tijeras o un objeto romo, explicaron.

“Tienen que tener un plan de acción”, dijo Jeffries, con 31 años de experiencia en el cuerpo, a los asistentes. Su comentario forma parte de la idea que transmiten los instructores durante las dos horas de clase: La gente debe evitar la inacción cuando pasa algo malo.

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