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Cómo fue el ‘hackeo’ de piratas informáticos de Rusia durante las elecciones de Estados Unidos

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Los rusos le dicen “kompromat”: usar información política en contra de una persona para dañar su imagen o chantajearla.

“Material comprometedor” es lo que significa esa composición de palabras en ruso y que se usa como táctica en contra de figuras públicas nacionales y extranjeras.

Para las agencias de inteligencia de Estados Unidos, una suerte de “kompromat” es lo que está en investigación.

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La Agencia Central de Inteligencia (CIA) concluyó que hubo una inferencia ilegal vía ataques cibernéticosen la elección presidencial de este año.

  • ¿El origen? Rusia, presuntamente con un grupo de hackers llamados The Dukes.
  • ¿El responsable? El presidente ruso Vladimir Putin, o al menos eso dice el gobierno de EE.UU.
  • ¿El objetivo? La campaña presidencial del Partido Demócrata y su candidata, Hillary Clinton.
  • ¿El efecto? Un golpe en la campaña de los demócratas.

Pero hay otra duda que, a falta de la publicación de investigaciones de inteligencia, se ha podido conocer poco a poco conforme se revela parte de la trama que vivió el Partido Demócrata este año: cómo ocurrió la interferencia vía ataques informáticos supuestamente orquestados desde Moscú.

El email que causó todo

“Robar información con propósitos políticos o económicos es tan viejo como la humanidad”, apunta Ciaran Martin, el jefe del Centro Nacional de Ciberseguridad de Reino Unido.

Pero lo nuevo es la forma en que se está haciendo, y en todo ello internet “da la oportunidad a la gente a hacerlo en una escala diferente”, advierte Martin a la BBC.

La campaña de Clinton y el Partido Demócrata fueron objeto de múltiples ataques que causaron el robo de información, pero uno fue el de mayor relevancia.

John Podesta era el jefe de la campaña de Hillary Clinton, un antiguo asesor del presidente Barack Obama y parte del equipo de la Casa Blanca.

En marzo pasado, cuando estaba en marcha la campaña de las primarias demócratas, Podesta recibió una alerta de correo electrónico.

Era una como la que recibe cualquier persona que usa el servicio de Gmail y que dice en letras grandes sobre un fondo rojo “Alguien tiene tu contraseña”.

“Es legítimo”

Ese correo es el que cualquier usuario del correo de Google recibe cuando ocurre un inicio de sesión sospechoso, desde un lugar inusual o en un dispositivo desconocido.

Para proteger la seguridad de la cuenta, pide que el usuario cambie la contraseña inmediatamente y de esa manera quede bloqueado cualquier nuevo intento de ingreso cuando la clave fue robada.

Podesta no hizo clic al instante, sino que envió ese mensaje a su equipo de soporte técnico y ciberseguridad para que se encargaran de comprobar la veracidad de la alerta.

“Este es un correo legítimo”, fue el diagnóstico de Charles Delavan, del equipo técnico de Clinton, el 19 de marzo pasado, según una investigación de The New York Times.

Podesta no era el único que había recibido el correo, sino que se trataba de una oleada de correos dirigidos a miembros del Comité Nacional Demócrata y los miembros de la campaña de Clinton.

“Phishing”

Hacer clic en el botón cambiar contraseña” de ese correo fue quizás el error que desencadenó uno de los mayores golpes a la campaña de Hillary Clinton.

John Podesta acababa de entregar su contraseña genuina con un método de hackeo ampliamente conocido llamadophishing” o suplantación de identidad.

La web sobre ciberseguridad Techtarget explica que 80% de los usuarios que reciben este tipo de mensajes fraudulentos caen en el error.

“La fuente ilegítima debe parecer un individuo conocido y de confianza”, Google en el caso de Podesta.

“Hay información dentro del mensaje que apoya su validez”, como las imágenes del buscador, un mensaje bien escrito y lógico.

“Y la petición que el individuo hace parece tener una base lógica”: en este caso mostraba los datos sobre la supuesta entrada ilegal a tu cuenta.

El Comité Nacional Demócrata hizo público en junio el hackeo, pero desde abril el partido tuvo conocimiento de que ordenadores habían sido infiltrados, correos electrónicos intervenidos y los chats espiados.

La entonces directora del CND, Debbie Schultz, calificó como “grave” lo sucedido y dijo que rápidamente se tomaron medidas para “expulsar a los intrusos y asegurar la red”.

Ataques desde Moscú

Desde junio, Schultz denunció la intromisión, pues dijo que la firma de seguridad CrowdStrike, contratada por los demócratas.

La firma identificó dos grupos de atacantes, uno llamado Fancy Bear que acababa de entrar al sistema, y otro que llevaba allí casi un año y se denomina Cozy Bear.

Ambos son nombres utilizados por un grupo de ciberespionaje vinculado al gobierno ruso que los investigadores del FBI han llamado The Dukes (los duques), explica desde Moscú el periodista Andrey Soshnikov, experto en temas de seguridad de BBC Rusia.

Toni Gidwani, exanalista del Pentágono y consultora de la firma de ciberseguridad Threat Connect, dijo que este año el mundo ha detectado “un descarado número” de ataques desde Moscú.

“A los rusos no parece importarles que estas actividades les sean atribuidas. Están dispuestos a descargar una tremenda cantidad de información personal y privada como parte de estos ataques”, dijo Gidwani a la BBC.

Sin embargo, desde Moscú se sigue cuestionando que hasta ahora el gobierno estadounidense no haya presentado las pruebas que tuvo desde hace meses que se dio a conocer la intrusión al Partido Demócrata.

“Este cuento de ‘hackeos’ se parece a una pelea banal entre funcionarios de seguridad estadounidenses sobre sus esferas de influencia”, dijo Maria Zakharova, la portavoz de la cancillería rusa.

Expuestos

Neera Tanden fue una de las asesoras de Hillary Clinton cuyos correos electrónicos fueron publicados en internet.

Dice a la BBC que “era como una humillación diaria” el ver todos los días nuevos correos electrónicos publicados y comentados en la televisión de EE.UU.

¿Fue la diferencia entre el triunfo y la derrota de Clinton? “Absolutamente”, responde.

No solo los correos de Tanden, sino múltiples correos de Podesta y otros demócratas de alto rango mostraron una serie de golpes bajos del partidoen las primarias en contra del otro contendiente, Bernie Sanders.

A eso se sumaron miles de correos publicados por WikiLeaks, antes y después de la Convención Nacional Demócrata que nominó a Clinton, y cuyo origen se ha negado a revelar su fundador, Julian Assange.

“Editores que publican información periodística durante una elección es parte de una elección libre”, dijo Assange a The New York Times en una declaración en la que niega que haya sido la intención de WikiLeaks dañar a Clinton o ayudar a Trump.

“No” era legítimo

Donald Trump ganó la elección presidencial del 8 de noviembre con 305 contra 233 votos del Colegio Electoral, una mayoría más amplia de la que los números optimistas del republicano hubieran previsto.

El presidente electo ha dicho que es “ridículo” presumir que él estaba enterado de cualquier intento de hackeo ruso o que se hubiera coordinado con el gobierno ruso para ganar la presidencia.

Pero para el gobierno de Obama y los demócratas, no es una historia terminada.

En sintonía con la conclusión de una investigación de la CIA, respaldada este viernes por el FBI, el presidente de EE.UU. también ha responsabilizado al gobierno de Rusia de los ciberataques.

“No pasa mucho en Rusia sin Vladimir Putin”, dijo este viernes el presidente estadounidense, pues “esto ocurrió en los niveles más altos del gobierno ruso”.

El jueves adelantó que EE.UU. tomará acciones en respuesta a este golpe cibernético.

Pero quizás este “kompromat” pudo haberse evitado si el asesor de seguridad de los demócratas no hubiera cometido el errorque le reconoció en entrevista a The New York Times: haber olvidado escribir un “not” en su respuesta en inglés a John Podesta.

Es decir, no haberle escrito “This is ‘not’ a legitimate email”, en español: “Este no es un correo legítimo”.

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