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Menos escuelas y maestros en Detroit, un reflejo de la mala economía y los cambios demográficos

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Los estudiantes -en su mayoría pobres y negros- matriculados en escuelas públicas de Detroit han estado expuestos al plomo, soportado el desmoronamiento de las aulas, y tienen algunas de las tasas más bajas de alfabetización en el país. También han visto cómo las escuelas del barrio van desapareciendo. Pero este mes, además, tuvieron que soportar otra cosa. Durante dos días, la mayoría de ellos no pudo ir a la escuela.

El 2 y 3 de mayo pasados -durante el inicio de la Semana de Agradecimiento a los Maestros- decenas de docentes se reportaron enfermos, lo cual significó el cierre del 97% de las escuelas. La acción se produjo después de que el sindicato de maestros se enterara de que el distrito se estaba quedando sin dinero, y que los cheques de pago para el 30 de junio no estaban garantizados.

La mayoría de los maestros regresaron a las escuelas después de que el gremio logró asegurar una promesa de pago para finales de junio.

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La huelga fue otro episodio preocupante para el distrito, que tiene cientos de millones de dólares en deuda y está atrasado en los pagos a su sistema de pensiones. También fue otro recordatorio de cómo el destino de las escuelas está guiado por los cambios demográficos, el creciente sector las escuelas charter y las economías pobres, aunque Detroit es un ejemplo extremo.

La pregunta es, ¿cómo se llega a una situación tan complicada? La desconfianza y la inseguridad financiera que estallaron este mes fueron la consecuencia de años de acumulación de déficit, más una disminución notable de inscripciones y gestiones de un funcionario tras otro, designados por el estado. Los problemas igualaron la crisis en general de Detroit, que perdió población y empleo ante la baja del empleo. “El distrito necesita desesperadamente dinero en efectivo”, señaló Mike Addonizio, profesor de educación en la Universidad Estatal de Wayne. “Eso los llevó a donde están hoy”.

Una de los principales impulsores de esa falta de ingresos ha sido la pérdida de los estudiantes. En 2002-2003, las escuelas públicas de Detroit tenían 164,496 estudiantes en sus filas. Este año, ese número se redujo a 47,000. Y con cada estudiante que deja la escuela, también lo hacen varios miles de dólares. El distrito ha respondido cerrando las escuelas, pero aún conserva los edificios vacíos.

¿Por Michigan ha ido de crisis en crisis?

El número de estudiantes K-12 total en Detroit -contando a alumnos de escuelas estatales, privadas y charter- se redujo de 201,774 en 2002 a 119,758 en 2012.

Las charter, que son financiadas con fondos públicos y administradas de forma privada, crecieron rápidamente a medida que la economía de Detroit disminuía, y absorbieron a miles de estudiantes. En 2011, el gobernador de Michigan, el republicano Rick Snyder, creó el Education Achievement Authority (EEA), una entidad separada y destinada a mejorar a las escuelas de Detroit con peor desempeño. El EEA cuenta actualmente con unos 6,000 estudiantes.

Pero los problemas tendieron a crecer porque había pocas sanciones. Bajo la ley de Michigan, si un distrito escolar reporta un déficit, debe presentar un plan de eliminación de éste. Si persiste el déficit, la consecuencia es en gran medida la presentación de otro plan. “La gente ve como el problema va surgiendo, pero no hay ninguna acción concreta para erradicarlo”, explicó Addonizio.

Otros sitios de Michigan enfrentan problemas similares.En mayo de 2013, los maestros de Buena Vista, un pequeño distrito que también se está encogiendo y cuya población estaba formada casi exclusivamente por pobres y negro, se enteraron de que su gobierno no tenía más dinero. Los maestros ofrecieron continuar en la escuela -y también era la Semana de Apreciación del Maestro- pero no se les permitió enseñar porque el distrito argumentó que, al hacerlo, habrían violado las leyes laborales.

Los estudiantes de Buena Vista se quedaron sin escuela. En cambio, el condado les ofreció “un campamento de habilidades”. Con el tiempo, el distrito fue absorbido por otros sistemas escolares. Aproximadamente al mismo tiempo, otro distrito, Inkster, también presentó problemas.

En Detroit, a pesar de que contar con una junta escolar electa, las escuelas públicas han estado bajo el control de un administrador de emergencias designado por el estado desde 2009. Recientemente, el administrador, Darnell Earley, renunció en parte debido a su implicación en la crisis del agua Flint, y obtuvo $ 82,862.90 como parte de su acuerdo de salida. Ahora un “gestor de transición” está a cargo, un ex juez llamado Steven Rhodes.

Luego está la corrupción, otro problema de las escuelas públicas de Detroit. El FBI investiga actualmente a 12 directores de la ciudad por supuestos sobornos por $1millón. Los directores son acusados ¿¿de aceptar el uso de un proveedor de útiles escolares a cambio de obtener dinero de ese vendedor, en cantidades que van desde $4,000 hasta $324,000. Los directores se enfrentan a cargos de conspiración federal y soborno presentadas por la fiscal federal de EE.UU. Barbara McQuade.

Las acusaciones de corrupción no sólo aumentan la desconfianza en la Legislatura estatal, el cuerpo que a menudo debe rescatar al sistema; sino que también perjudican la línea inferior del distrito. Un informe de 2014 realizado por la Oficina del Auditor General del distrito encontró 79 casos de fraude en la nómina. A la gente se le pagó por el trabajo que no hizo y una escuela perdió dinero simplemente por no poner en una caja fuerte.

La Legislatura está considerando ahora maneras de rescatar al distrito una vez más. La cámara de Representantes de Michigan votó para dar al sistema escolar $500 millones, pero el dinero tendría ciertas condiciones. El Senado aprobó un paquete que incluía $717 millones de dólares, así como la creación de una comisión para aprobar la apertura de cada escuela nueva. Varios de los acuerdos de negociación colectiva del sindicato expiran el 30 de junio, pero esta semana Rhodes afirmó que cuando supiera cuánto dinero iba a haber, entonces renegociaría.

La desconfianza que se cuece a fuego lento en torno a Detroit explotó durante la semana de la masiva huelga por enfermedad de los docentes. Según CNN, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin Cotter, definió la protesta de los maestros como “un truco político barato”.

Pero Addonizio, el profesor universitario, respondió que negarse a trabajar “es literalmente el único medio de presión maestros tienen”.

Los maestros que no asistieron a trabajar exigieron una auditoría de las finanzas del distrito. Hasta el momento, sin embargo, los recursos para realizarla no han aparecido.

A Emma Howland-Bolton, que enseña quinto grado, le preocupa que “la verdad de lo que está ocurriendo fiscalmente nunca salga a la luz”, y criticó a los jefes del gremio por poner fin a la protesta antes de obtener garantías más allá de 30 de junio.

Randi Weingarten, presidenta de la Federación Americana de Maestros -el gremio nacional que tomó el control administrativo de la Federación de Maestros de Detroit- defendió haber puesto fin a la situación y remarcó que hizo todo lo posible para conseguir que los maestros reciban sus cheques de pago. También señaló que el sindicato seguirá pidiendo una auditoría, y “que se está poniendo mucha presión por parte de la comunidad de negocios, trabajo y el clérigo… para intentar que el gobernador se haga responsable”.

Howland-Bolton, por su parte, reflexionó acerca de los verdaderos perdedores de la situación escolar en Detroit. “Mis estudiantes no crearon la deuda”, dijo, “pero ellos son los que pagan por ella”.

joy.resmovits@latimes.com

Traducción: Diana Cervantes.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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