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Mexicano sospechoso de homicidio en EE.UU. había sido deportado cinco veces

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El mexicano indocumentado sospechoso de la muerte de una mujer en San Francisco había sido deportado cinco veces en el pasado y había sido condenado cuatro veces por crímenes relacionados con drogas, según recogen hoy medios nacionales.

El miércoles pasado, Juan Francisco López Sánchez, de 52 años, fue detenido como sospechoso de la muerte de Kathryn Steinle, de 31 años, quien fue remitida a un hospital de San Francisco, en donde murió víctima de una herida de bala.

El portal Breitbart.com, de tendencia conservadora, criticó hoy que el sospechoso fuera liberado en abril pasado por el Departamento de Alguaciles de San Francisco tras “ignorar” una “orden de detención” de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE).

San Francisco hace parte de las ciudades que prohíben las detenciones prolongadas de indocumentados basadas en peticiones de ICE, que requieren que las fuerzas del orden locales mantengan en su custodia por hasta 48 horas a personas que de otra manera podrían quedar en libertad.

Grupos de derechos civiles en el país buscan acabar con estas detenciones prolongadas de indocumentados, que carecen de una orden de una corte federal, al considerarlas “inconstitucionales”.

López Sánchez ha sido declarado culpable de siete delitos que se remontan a 1991, cuatro de ellos relacionados con narcotráfico y el resto por reingreso ilegal al país, según reportó la prensa de San Francisco.

Este caso se presenta en medio de la polémica generada por unas declaraciones de Donald Trump sobre los inmigrantes mexicanos.

El magnate inmobiliario dijo en la presentación de su campaña presidencial que “cuando México envía (a EE.UU.) a su gente, no envía a los mejores. Envía a la gente que tiene muchos problemas, que trae drogas, crimen, son violadores”, aunque matizó que supone que “algunos de ellos son buenas personas”.

El sábado, Trump insistió en que su prioridad es la “seguridad” y avisó de que la porosidad de la frontera puede permitir también la entrada de “terroristas” en el país.

“Se trata de seguridad. (...) Alguna de la gente que viene es muy violenta, no todos”, señaló, al tiempo que puso como ejemplo, precisamente, el caso de Steinle.

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